El Pentágono volvió a declarar en su informe anual los supuestos intentos de Pekín de atacar a los portaviones estadounidenses. Por su parte, China anunció la creación de un sistema que podría convertirse en el elemento clave de su estrategia anti acceso y de negación aérea —A2/AD—, explicó Zachary Keck en su artículo para The National Interest.
Ls medios estatales chinos informaron que el novedoso dron solar chino Caihong-T4 (CH-T4) logró volar por primera vez a una altitud de 20.000 metros, lo que representa un hecho muy importante, puesto que, de este modo, la aeronave solar será capaz de funcionar durante más tiempo —incluso hasta varios meses o años— gracias a la ausencia de nubes a esta altura.
De acuerdo con los expertos Jeffrey Lin y P.W. Singer, citados por Keck, el avanzado dron chino tiene una combinación impresionante de gran tamaño y poco peso, gracias a sus componentes de plástico y de fibra de carbono. La aeronave tiene unos 39 metros de envergadura. Al mismo tiempo, solo pesa entre 450 y 498 kilogramos. A modo de comparación, el peso vacío del Boeing 737 alcanza unas 31 toneladas.
El novedoso dron chino es capaz de alcanzar velocidades de hasta 201 km/h. Además de esto, podrá planear a una altura de hasta 19 kilómetros, lo que permitirá a la aeronave cubrir una superficie récord.
"Puede utilizar su límite máximo de altura para controlar hasta un millón de kilómetros cuadrados", indicaron los analistas.
De acuerdo con el autor, estas capacidades del CH-T4 permitirán a China poner en peligro a los portaaviones estadounidenses en el Pacífico. A pesar de que los medios prestan mucha atención al "asesino de portaaviones" chino, el misil DF-21D, esta es solo una pieza del rompecabezas, sostuvo Keck, puesto que la parte más importante es el uso de los sistemas de vigilancia, radares y comunicación, necesarias para obtener y proporcionar información acerca de los objetivos a los misiles balísticos anti buques, mientras estos están en vuelo.
En su ensayo para la revista Foreign Policy, publicado en 2013 y dedicado a los intentos del Pentágono de contrarrestar las amenazas de la tecnología A2/AD, el entonces jefe de operaciones navales de EEUU, Jonathan Greenert, y el entonces jefe de Estado mayor de las Fuerzas Aéreas, Mark Welsh, declararon que las Fuerzas Armadas de EEUU prevén "interrumpir los sistemas de comando, control, comunicación, ordenadores, inteligencia, vigilancia y reconocimiento" del enemigo, luego, planean "destruir los lanzadores de armas, incluido las aeronaves, los buques y los sistemas de misiles", y, finalmente, "destruir las armas del adversario".
De acuerdo con los expertos, para atacar a EEUU, Pekín tendrá que llevar a cabo una cadena de acciones, y cada de estos pasos es vulnerable para un supuesto ataque por parte de Washington. De este modo, EEUU no tiene que centrarse en cada acción, sino que puede escoger los "eslabones más débiles" de la cadena.
Según Keck, la aparición del dron CH-T4 va a complicar los intentos del Pentágono de destruir la "cadena" china. Así, aun cuando EEUU es capaz de destruir satélites chinos, el avanzado dron será capaz de obtener información acerca de los movimientos de los buques estadounidenses. Además de esto, tendrá otras ventajas ante otros sistemas de vigilancia. Primero, será más barato y más flexible que los satélites; segundo, será capaz de volar más alto y más lejos. Esta combinación hará más difícil para Washington destruir al "eslabón de vigilancia" de la "cadena china". Sin embargo, todavía será capaz de centrarse en atacar los sistemas de comunicación de Pekín.
A pesar de que en su nuevo informe el Pentágono no mencionó el nombre del novedoso dron chino, subrayó que "la adquisición y el desarrollo de los vehículos no tripulados de más largo alcance aumentará la capacidad de China de llevar a cabo operaciones de vigilancia y de ataque".
No obstante, Washington todavía tiene varios años para crear una respuesta a la avanzada aeronave china.