Un Be-200ES anfibio (Foto: Beriev)
Las consecuencias de los feroces incendios ocurridos en la zona central de Argentina durante el verano austral, que destruyeron casi dos millones de hectáreas de campo entre noviembre y enero, han llevado al Gobierno de Mauricio Macri a poner en marcha distintos proyectos para evitar que se vuelvan a repetir episodios de esta gravedad.
La última medida en este sentido tuvo lugar durante la celebración de la 52 edición de la feria internacional Paris Air Show,que reunió a las principales empresas del sector aeronáutico entre el 19 y el 25 de junio en el aeropuerto de París Le Bourget. Allí, el secretario de Logística y Coordinación de Emergencias del Ministerio de Defensa de Argentina, Walter Ceballos, y el director general del Complejo Científico-Técnico de Aviación Beriev de Taganrog (Tantk, por sus siglas rusas), Yuri Grudínin, firmaron un memorándum de entendimiento que contempla la compra de tres aviones anfibios rusos Be-200 por parte del país suramericano.
Las aeronaves, diseñadas por la compañía rusa Beriev, pueden recolectar agua sin la necesidad de aterrizar, lo que acorta los tiempos de traslado en una misión y las hace más eficaces a la hora de afrontar una emergencia. Además, pueden llevar 12 toneladas de agua en ocho depósitos y recogerla a una velocidad de entre 150 y 190 kilómetros por hora, cargándola en 12 segundos. Por este mismo motivo, otros países de Latinoamérica afectados por los incendios en los últimos meses, entre ellos Chile, ya mostraron su interés en ellas
Según un comunicado de la Corporación Aeronáutica Unificada de Rusia, de la que forma parte Beriev, además de estas adquisiciones, el memorándum contempla la creación de un centro para el mantenimiento de las aeronaves del Ministerio de Situaciones de Emergencia ruso en Argentina
El Be-200 tiene una longitud de 32,1 metros, una envergadura de 32,7 metros y una altura de 8,9 metros con un peso vacío de 25 toneladas aproximadamente. Por otro lado, tiene una velocidad máxima de 700 kilómetros por hora y crucero de 560 y 600 kilómetros por hora.
Este acuerdo se suma a otras iniciativas dirigidas a mejorar la lucha contra el fuego tomadas recientemente por el Gobierno argentino y como la firma de otro memorándum con la canadiense Coulson Aviation para poner en marcha una división aérea de combate de incendios o el objetivo de adaptar las aeronaves Hercules C-130 de la Fuerza Aérea con el fin de que funcionen como "aviones hidrantes".