Yakarta ha confirmado que comprará 10 aviones de combate Sukhoi Su-35 en lugar de los 12 anunciados por 1.140 millones de dólares que se pagarán, con un componente inusual del acuerdo: la mitad se pagará en dinero y la otra mitad en productos indonesios.
En una conferencia de prensa conjunta, el ministro de Defensa y ministro de Comercio de Indonesia declaró que bajo el acuerdo, Moscú estará obligado a aceptar el 50% del valor del contrato en productos locales. Indonesia exportará aceite de palma, café, té y otras mercancías a Rusia como pago por la compra de 10 aviones de combate, confirmó hoy el portavoz del Ministerio de Comercio de esta nación asiática, Marolop Nainggolan.
La Corporación para el desarrollo estatal de Rusia, Rostec, y la compañía indonesia de comercio (PPI) han sido las empresas utilizadas como los “implementadores técnicos” de la transacción. La venta de los cazas también está sujeta al requisito de compensación del 35% de Indonesia. En este acuerdo Rusia podrá seleccionar los productos y las empresas indonesias que los suministrarán en el intercambio por los Su-35.
Sukhoi Su-35s
El acuerdo entre Indonesia y Rusia fue originalmente firmado el 10 de agosto mediante un memorando entre ambos gobiernos durante la visita del titular indonesio de Comercio, Enggartiasto Lukita, aunque la adquisición del Su-35 en Indonesia ha estado en negociación durante varios años. Los detalles de la operación mercantil serán rubricados en la próxima semana con ocasión de la visita del canciller ruso Sergei Lavrov a Yakarta.
Los 10 Su-35s reemplazarán a los seis aviones retirados Northrop F-5E que Yakarta mantiene en reserva para el combate desde finales de 2005.
F-5E Indonesio
El incremento de las sanciones de Occidente contra Moscú podría ser ‘una buena oportunidad’ para Indonesia con vistas a ampliar mercado para sus productos exportables. La fórmula de pago es totalmente infrecuente pero no todo tiene que ser dinero en metálico ya que puede ser incluso más rentable recibir productos a cambio de los equipos exportados y luego venderlos en el mercado ruso. Esta fórmula permite a Indonesia acometer este contrato que de otra forma quizá no pudiese salir adelante