Comienza la cuenta atrás para la puesta en órbita del primer satélite espía de Marruecos. Tras superar la Revisión de Aptitud para el Lanzamiento (RAL), el denominado Mohammed VI-A ˗en homenaje al actual monarca alauita˗ será enviado al espacio en la madrugada del miércoles, 8 de noviembre, exactamente a las 02:42 hora peninsular española, salvo problemas que puedan surgir en las últimas horas.
Poco se ha sabido hasta ahora del Mohammed VI-A. Ni siquiera el nombre había trascendido hasta hace pocos días, ya que tanto el contrato ˗que se remonta nada menos que a 2013˗ su fabricación y puesta en órbita habían permanecido en el más riguroso secreto entre los gobiernos de Rabat y París, y había recibido el sello de confidencial de las empresas responsables de su construcción: Thales Alenia Space (TAS) y Airbus .
Actuando como contratista principal, TAS ha sido responsable de la puesta a punto del elemento clave del satélite ˗el avanzado instrumento óptico HiRI˗, lo que le posibilita para obtener imágenes tridimensionales de 0,7 metros de resolución desde una órbita próxima a los 694 kilómetros de altura, tanto de día como de noche. También ha desarrollado el subsistema de transmisión de imágenes a bordo y el segmento de procesado y obtención de las imágenes en tierra.
Airbus France ha construido la plataforma del satélite, los equipamientos a bordo y su integración, y en la componente terrena asume la planificación de las misiones y el control del satélite. Un segundo satélite llamado Mohammed VI-B, gemelo del actual, ya ha sido fabricado y su lanzamiento a la órbita está programado para 2018.
A pesar del tupido velo que ha ocultado la existencia del Mohammed VI-A, se sabe que está basado en la plataforma francesa AstroSat-1000, del que se deriva la familia francesa de satélites Pleiades de uso civil y militar, compuesta por el Pleiades HR-1A (puesto en órbita en diciembre de 2011) y Pleiades HR-1B, lanzado al espacio en diciembre de 2012. En su vertiente militar, el Mohammed VI-A permitirá, por ejemplo, incrementar la vigilancia de los 8 muros construidos por las Fuerzas Armadas Reales que, a lo largo de más de 2.000 kilómetros, sirven para impedir o dificultar las penetraciones de las fuerzas saharauis del Frente Polisario. También servirá para conocer en detalle la presencia y el despliegue militar español en Ceuta, Melilla, las Chafarinas y la isla de Alborán, así como los peñones de Alhucemas y Vélez de la Gomera.
En el plano de la seguridad, se utilizará para observar la evolución del potencial militar de su vecina Argelia, controlar las extensas fronteras del Reino, tanto terrestres (2.362 kilómetros) como marítimas (1.835 km), especialmente para la vigilancia de la emigración ilegal y la lucha contra el tráfico de drogas. Y, por supuesto, será un ojo electrónico que contribuirá decisivamente a la lucha contra el terrorismo yihadista.
En su vertiente de aplicaciones civiles, facilitará imágenes, por ejemplo, para observar el avance de la desertización, gestionar los recursos hídricos, planificar grandes proyectos de infraestructuras terrestres, vigilar las construcciones irregulares y supervisar las zonas agrícolas de regadío y secano. A la familia AstroSat-1000 también pertenecen dos futuros satélites con destino a las Fuerzas Armadas de Emiratos Árabes Unidos (EUA). Adquiridos a Francia casi al mismo tiempo que los ingenios marroquíes, se trata del Falcon Eye 1 y 2, cuyo envío al espacio está planificado para 2018 y 2019, respectivamente.
El Mohammed VI-A será el único pasajero a bordo del lanzador europeo Vega de Arianespace, que ya se encuentra emplazado en su rampa de despegue de la base espacial de Kourou, en la Guayana francesa ˗territorio de la selva amazónica situado al norte de Brasil˗ listo para su despegue en menos de 48 horas.