Navantia supera la fase de integración de sistemas y prevé entregar el primero en 2022
El Ministerio de Defensa y el astillero público Navantia ultiman ya el acuerdo para elevar el presupuesto del nuevo submarino S-80 de la Armada Española en unos 1.500-1.800 millones de euros adicionales, según fuentes cercanas a este programa especial de armamento.
Con un techo de gasto actual de 2.135 millones de euros y después de haberse solventado los problemas del diseño original por la desviación de pesos aparecidos en diciembre de 2012, Navantia ya trabaja en sus astilleros de Cartagena en la versión definitiva conocida como S-80 Plus. El calendario de entregas de los cuatro nuevos submarinos de la clase S-80 se estima ahora en: septiembre de 2022, mayo de 2024, marzo de 2026 y julio de 2027.
Estos nuevos sumergibles con nombre Isaac Peral (S-81), Narciso Monturiol (S-82), Cosme García (S-83) y Mateo García de los Reyes (S-84) deberán relevar a los actuales Galerna (S-71), Mistral (S-73) y Tramontana (S-74), que alcanzarán así los 40 años de servicio al final de su vida útil después de las obras de revisión a las que van a ser sometidos en los próximos años. El Siroco (S-72) fue dado de baja en 2012.
La elevación del techo de gasto del submarino S-80 hasta la horquilla final de los 3.635-3.935 millones de euros es uno de los proyectos que maneja el Ministerio de Defensa para el nuevo ciclo de inversión industrial, anunciado por la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, el pasado 5 de diciembre.
Además de esta nueva fase del submarino, necesaria para seguir con el proyecto, se esperan concretar nuevas inversiones en proyectos como la nueva fragata F-110 de la Armada Española, el nuevo vehículo de combate 8x8 del Ejército de Tierra o nuevos aviones Eurofighter que permitan sustituir a los veteranos F-18 de la base de Gando (Gran Canaria)
Trabajadores de Navantia en la nave de cuadernas-JAIME GARCÍA
Respecto al submarino S-80, el propio secretario de Estado de Defensa, Agustín Conde, ya reconoció en su comparecencia del pasado 30 de marzo ante la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados que con el actual techo de gasto de 2.135 millones (de los que ya se habían pagado 1.774 millones, financiados por el Ministerio de Industria) sólo se permitiría entregar la primera unidad de los cuatro submarinos previstos.
Evidentemente, los contratiempos acaecidos en el diseño del submarino han originado la desviación del presupuesto inicial. En total ha habido cuatro retrasos en el proyecto del submarino S-80, siendo el más importante el detectado en el desvío de pesos en el submarino de 125 toneladas, siendo necesario acometer un nuevo rediseño del mismo, con un incremento de la eslora en 10 metros.
Desde el astillero de Navantia en Cartagena ya se da por superada esa etapa de contratiempos tras haber pasado con éxito la fase de Revisión Crítica de Diseño (CDR, en sus siglas en inglés) en julio de 2016 y su último gran hito, el pasado mes de noviembre, con la Revisión de Integración de Sistemas (SIR), necesaria para comprobar que en el doble casco del submarino se podrán adaptar los sistemas de comunicaciones, navegación, sonar, combate, torpedos…
«El submarino S-80 es el mayor reto tecnológico al que nunca se ha tenido que enfrentar Navantia. Hasta ahora éramos constructores de submarinos pero no diseñadores», especifican fuentes del astillero participado en su totalidad por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales. Efectivamente, en los 102 años de historia del Arma Submarina en España siempre se construyeron o estuvieron en servicio submarinos con diseño estadounidense, italiano, alemán o francés.
Una de las cuatro popas-JAIME GARCÍA
Para explicar los contratiempos o retrasos del submarino S-80, también se alude a la dificultad que estos proyectos de tecnología puntera siempre conllevan. Por ejemplo, Reino Unido ha experimentado similares adversidades con su recién estrenado portaaviones Queen Elizabeth o EE.UU. ha tenido grandes desviaciones presupuestarias con el destructor de la clase Zumwalt o el portaaviones de la clase Gerald Ford.
El proyecto del submarino español S-80 implica a más de 2.127 empresas, 854 de ellas españolas siendo las principales Navantia, Indra, Saes, Técnicas Reunidas, Gamesa, Exide, Bionet, Sainsel o la estadounidense Lockheed Martin, que integrará el sistema de combate.
Asimismo, y para solventar la última crisis acontecida con la desviación de los pesos, el astillero Navantia ha contado con el apoyo técnico del astillero estadounidense General Dynamics Electric Boat y la US Navy. «Además de revisarse el proyecto con el alargamiento de los diez metros de eslora que equivalen a 16 cuadernas para ganar flotabilidad, se ha cambiado el diseño de construcción con un modelo más próximo a la ingeniería de sistemas aeroespacial», explican las mismas fuentes.
Los cuatro nuevos submarinos S-80 resultantes tendrán una eslora de 80,81 metros, una manga de 11,68m., un diámetro de 7,30m., una autonomía de hasta 50 días de navegación bajo la superficie y una dotación de unos 40 marinos (frente a los 69 actuales) dada la digitalización de sus sistemas.
Una de las novedades de este submarino diesel-eléctrico es su sistema de propulsión anaerobia que le hará navegar en las profundidades independientemente del aire («Air Independent Propulsión», AIP) lo que le proporcionará mayor autonomía y discreción (no tendrá que ir a flote con la actual frecuencia).
La obtención tecnológica de este sistema de propulsión AIP es otra de las dificultades del proyecto del submarino S-80 Plus. Finalmente, y para salvaguardar el calendario de entregas tras el rediseño del submarino, se ha optado por «desacoplar el desarrollo del AIP de la construcción».
Es decir, los trabajos de desarrollo del AIP irán en paralelo: «Los dos primeros submarinos entregados no contarán con AIP, a los que se les acoplará posteriormente en una parada de mantenimiento. El tercero y cuarto sí se entregarán con AIP», explican por su parte fuentes de la Armada Española.
Dos empresas nacionales –Técnicas Reunidas y Abengoa– trabajan en el desarrollo del AIP, una propulsión que hasta ahora no había sido desarrollada en submarinos de unas 3.000 toneladas como lo será el S-80. El Ministerio de Defensa deberá decidir cuál de los dos proyectos se hace acreedor finalmente del desarrollo final.
En estas fechas, los trabajos en el astillero de Navantia de Cartagena continúan a paso firme construyendo los cuatro submarinos a la vez. Se espera como próximo gran hito que en el verano de 2020 se pueda sacar del dique seco el primer sumergible y ponerlo a flote, «un momento en el que el submarino ya está construido al 90 por ciento». Además, en 2019 comenzarán las obras en las infraestructuras del Arsenal de Cartagena para adaptarlas al futuro submarino de la Armada Española.
Simulador del puesto de timonel, con un «joystick» para fijar el rumbo - JAIME GARCÍA
La Armada ya ha recibido el primer simulador de Indra
En abril de 2017 la tecnológica española Indra entregó a la Armada el primero de los dos simuladores del submarino S-80. Se llama Simpla (simulador de plataforma) y en él se instruyen los marinos de la Escuela de Submarinos de Cartagena en el manejo del puesto de timonel (un «joystick» conducirá al submarino), el sistema de propulsión y baterías. «En total hay 30.000-50.000 señales de las que hay que estar pendiente», explica el teniente de navío Salvador Martínez, jefe de logística de la Flotilla de Submarinos. La digitalización en el manejo del S-80 respecto al S-70 permitirá una gestión de la información más fácil.
A lo largo de 2018, la Escuela de Submarinos recibirá ya el segundo simulador (Simtac) que recreará escenarios tácticos con empleo de armas y sensores. El plan de adiestramiento que ya ha trazado la Armada Española contempla que a finales de 2019 se designe la primera dotación del submarino S-81 Isaac Peral.