Por
Guido Gubinelli
El experto en energía y titular de Hidroestructuras S. A., Luís María Calvo, saca algunas conclusiones luego de su permanencia en Dinamarca, donde analiza medidas de eficiencia energética e incentivos para el uso de la energía eólica replicables en el país, con orientaciones a corto, mediano y largo plazo.
guido.gubinelli@energiaestrategica.com
Resulta interesante el esfuerzo que hacen en nuestro país los distintos grupos dedicados a las energías renovables. Casi todos exponen curvas y números para ofrecer un diagnóstico y análisis del protagonismo de las energías renovables, formulando propuestas para planificar, pero sin grandes detalles sobre cómo implementarlas para
arribar al 2035.
Como profesor de planificación por más de 30 años en la UBA, puedo decir que un periodo de 20 años resulta corto para tener éxito, como lo que proponen esos grupos, y muy largo si se piensa en la necesidad de promover e implementar políticas energéticas que dispongan de un plan director con sólidas bases. Lo que es peor, es que hoy no hay propuestas concretas de implementar un plan que al menos cubra el corto plazo.
Lo que sí resulta interesante es este tipo de inquietudes estimulan la necesidad de producir un cambio, esto concientiza al común de la gente.
En la aplicación de las practicas sustentables quizás Dinamarca sea el país líder en reducción de emisión de CO2, en particular Copenhague, que después de la crisis del petróleo (década del 70/80) comenzó a concientizar a su gente que la única posibilidad de obtener calidad de vida era conociendo qué cosas producían su degradación. Además, sinceró la falta de soluciones a la gran cantidad de energía eléctrica necesaria, principalmente al suministro para la calefacción.
En efecto, con el apoyo de la ciudadanía, aumentaron el precio de la tarifa eléctrica (en el caso de ellos no hizo falta subsidiarlas); aplicaron un importante impuesto, del orden del 170/180 por ciento, a los automóviles que ingresaran al centro de la ciudad, lo que hace que las calles y autopistas casi no tienen autos; que los vehículos apaguen sus motores cuando se detienen principalmente en semáforos; y mucho otros elementos que la comunidad fue adoptando paulatinamente.
En lo que respecta a la generación de energía eléctrica, su desafío fue reemplazar las energías fósiles por las eólicas, creando grandes parques eólicos. El proceso les llevó más de 15 años, y se propusieron reemplazar el total de energías no renovables por las renovables. Hoy su matriz se compone por un 8 por ciento de energía fósil.
No obstante, siguen buscando alternativas en zonas con vientos sostenibles creando bolsones que se autoabastezcan con aerogeneradores que evitan la necesidad del transporte de energía en media y alta tensión. Hoy están en pleno desarrollo las instalaciones pilotos que permiten su implementación en el corto plazo. Sin embargo están pensando en que el plazo final debe ser el 2050 aceptando el crecimiento poblacional y lo que significa la presión urbana.
Como conclusión: el plazo 2015-2035 parece corto para una Argentina falta de un espíritu planificador, sobre todo considerando que carece de un plan para concientizar a la gente.
Posibilidad de desarrollo eólico
La generación eólica presenta una nueva visión en cuanto a su inclusión en los mercados eléctricos, porque gran parte de su producción no dependerá de los sistemas interconectados nacionales, sino de su aplicación a poblaciones individuales en forma directa o a través de parques o granjas eólicas
Uno de los principios básicos que ofrece la organización del mercado de electricidad es la libertad de contratación para productores, comercializadores y consumidores, perfeccionada por los desarrollos sucesivos en la normativa europea sobre el mercado interior de electricidad.
Esta regulación implica que muchas decisiones que antes se tomaban por la administración central (como la autorización de construcción de nuevas centrales) ahora se dejan a criterio de las empresas, sin más limitaciones que las que establece la ley para cualquier instalación industrial. En este nuevo marco regulatorio son las compañías generadoras las que individualmente planifican la operación de sus recursos con la intención de maximizar su beneficio esperado. El objetivo de un mercado libre de estas características es incrementar la calidad del suministro, la mejora del medio ambiente y hacer que los precios se auto regulen mediante la competencia. Ya en Dinamarca, en la actualidad, los consumidores, tanto domésticos como industriales, han adquirido la condición de liberalizados, pudiendo por tanto elegir suministrador.