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miércoles, 9 de marzo de 2016

Análisis y perspectivas de la visita de inversores extranjeros que desembarcan en Argentina para avanzar en proyectos de energía eólica

La semana próxima visitará la Argentina una importante delegación de la Global Wind Energy Council (GWEC) con el objetivo de tomar contactos con funcionarios del Gobierno Nacional, autoridades provinciales y diversos actores locales vinculados a la industria eólica. Se trata de una visita con una gran carga simbólica y con un potencial enorme en materia de inversiones. Una columna de Juan Carlos Villalonga, diputado nacional por el Pro.

Juan Carlos Villalonga
Por Juan Carlos Villalonga
villalongacorreo@gmail.com
                                                           
Por un lado, la visita de la GWEC es representativa de las enormes expectativas que genera en el mundo la nueva etapa política en la que ha ingresado nuestro país y la posibilidad de que esta nueva etapa institucional se traduzca en políticas energéticas amigables con las renovables. El potencial eólico argentino es visto con particular expectativa por inversores y desarrolladores de proyectos de todo el mundo.

El potencial de que Argentina se convierta, finalmente, en un sitio atractivo para el desarrollo de las renovables abre un campo inmenso de inversiones que pueden concretarse en un rubro estratégico para este siglo, las energías limpias. Meses atrás, la GWEC, en su último pronóstico 2015-2019, dedicó apenas un sólo párrafo a la Argentina donde señala que “sigue siendo el mayor potencial sin explotar, pero hasta que no haya un cambio de gobierno no vamos a ver cambios” para luego señalar que nuestro país “tiene uno de los mejores recursos eólicos del mundo”. La visita tiene el propósito de ver si ese cambio ha llegado y comenzar, entonces, a crear vínculos con la industria y los actores políticos locales.

La delegación estará compuesta por cerca de 30 empresas vinculadas a fabricación de equipamientos, fondos de inversión, desarrolladores y proveedores de servicios para esta industria que durante 2015 creció un 17% en su potencia global, alcanzando la marca de 432 GW. La eólica es una de las ramas más poderosas dentro de la industria de las renovables, la que en su conjunto movilizó inversiones por unos u$s 270 mil millones sólo en 2014.

La situación que atraviesa en estos años Argentina es algo así como la “tormenta perfecta” a favor de las energía renovables. Por un lado tenemos un superlativo recurso disponible en buena parte de la geografía del país; existe tecnología para aprovechar ese potencial que está madura y que permite desarrollos a gran escala; su precio ha caído lo suficiente como para ser competitiva con la energía convencional, pero más aún, cuando comparamos su costo frente a lo que nos sale la electricidad producto de la quema de combustibles importados, la ecuación favorable para la energía eólica es extraordinaria. A esto hay que sumarle también la rapidez con la que se puede comenzar a generar con nuevos proyectos eólicos. Esto la convierte en una opción ideal para cubrir parte de la dramática falta de potencia de generación para los próximos años y reducir así nuestra dependencia de importaciones energéticas.

Todos esperamos que Argentina aproveche la actual coyuntura para crear las condiciones en que pueda desarrollarse un mercado de las renovables en Argentina. Consolidada una demanda firme de proyectos, podremos tener el despegue de una industria eólica nacional y un sector de servicios asociados a la misma. Nada que no haya ocurrido ya en los mercados emergentes de las renovables. Ese desarrollo virtuoso de energías limpias y empleos verdes son un respaldo imprescindible para desarrollar una política climática coherente con los desafíos de este siglo.

Si observamos el desarrollo eólico de algunos países en la región podemos ver el grado de atraso que tenemos en incorporar esta fuente energética. Esto ocurre a pesar de ser el país que mayor potencial disponible posee y que nuestras primeros proyectos en los 90 fueron pioneros en la región. La falta de continuidad en las políticas y la inestabilidad económica explican en parte nuestro retraso.


Un dato para señalar es que quien encabeza la delegación de la GWEC que llega la semana próxima, es su Secretario General, Steve Sawyer. Vale resaltar que quien lidera y es portavoz de este conglomerado de industrias de la energía eólica no es un especialista en marketing ni un profesional de las relaciones públicas, se trata de un activista ambientalista que desde los ‘70 ha venido trabajando en favor de un nuevo modelo energético y liderando la lucha contra el cambio climático. Steve Sawyer, desde 2007, se sumó a la GWEC para seguir contribuyendo a esos objetivos desde la propia industria y dentro del mundo de los negocios de la energía.

http://www.energiaestrategica.com

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