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sábado, 5 de marzo de 2016

FADEA espera su próximo vuelo

Por Carlos de la Vega, para Agencia TSS

En diciembre de 2009, la concesión de la Fábrica Argentina de Aviones (FADEA) “Brigadier San Martín” retornó al Estado nacional a través del Ministerio de Defensa, tras haber estado 14 años privatizada y en manos de la compañía estadounidense Lockheed Martin. Por aquel entonces era ministra de la cartera Nilda Garré, y la encargada de los detalles de la reestatización fue Mirta Iriondo, en ese momento directora general de Planificación Industrial y de Servicios para la Defensa. Desde esa fecha, la empresa tuvo tres presidentes: Jaime Saiegh, Raúl Argañaraz y Matías Savoca.

Aunque FADEA fue, desde su origen, una empresa muy problemática, la nueva gestión designada por el gobierno de Mauricio Macri encuentra una organización con varias iniciativas de suma importancia en marcha, que, de ser continuadas y potenciadas, podrían marcar el anhelado despegue de la compañía.

Pampas renovados

El entrenador militar avanzado IA-63 Pampa es la aeronave más moderna que produce FADEA. Nacido en la década de los 80, en los últimos años pasó por dos modernizaciones: una de la aviónica (electrónica de vuelo) y otra del motor, que fue totalmente cambiado y dio origen al Pampa II. De la flota actual de estos aviones, compuesta por 19 aparatos, 10 ya se encuentran modernizados.

Como paso siguiente al Pampa II, se planeó la producción de 40 aeronaves más para la Fuerza Aérea Argentina (FAA), pero con dos nuevas versiones mejoradas: Pampa III y Pampa GT. El primero incluirá la capacidad de simular combates aéreos, gracias a que contará con un relay de datos que transmite su posición a las demás aeronaves participantes del ejercicio y genera, a partir de ello, un entorno virtual de combate de gran utilidad para el entrenamiento de los futuros pilotos de caza. El Pampa GT será una versión del Pampa III a la que se le agregarían capacidades tácticas, con un pod (contenedor unido al fuselaje) para portar un cañón o ametralladoras. También podría portar dos misiles en las estaciones subalares y, eventualmente, un radar banda X de búsqueda y seguimiento (no de combate).



El Pampa III es una versión mejorada del Pampa II que incluirá la capacidad de simular combates aéreos.

El programa para producir 40 Pampas se demoró por las dificultades para conseguir las divisas necesarias para la compra en el exterior de los insumos y equipamientos que se precisan y por el esfuerzo que significó reconstruir la cadena de proveedores, tras dos décadas sin producir el avión. El costo total de la iniciativa asciende a unos 550 millones de dólares, de los cuales ya se han invertido cerca de 100 millones. Esta cifra, como las demás que se mencionarán, estaría distribuida a lo largo de tres años y es muy razonable para la industria aeronáutica.

Nueva vida para el Pucará

El IA-58 Pucará es un bimotor turbohélice diseñado y producido en FADEA en la década de los 70 para la lucha en zonas de selva o rurales. Se caracteriza por su resistencia, facilidad de mantenimiento y capacidad para operar desde pistas no preparadas. Cinco años atrás se inició el proceso de remotorización del Pucará, dado que los motores franceses Astazou, que lo propulsaban, no se fabrican más, y era difícil y costoso conseguir repuestos. Después de muchos inconvenientes —los principales nacidos en la propia FAA, ansiosa por dar de baja estos aparatos para tener el justificativo para comprar en el exterior otros nuevos—, en noviembre de 2015 voló el prototipo del Pucará remotorizado con dos modernos PT6, el motor turbohélice más popular del mundo, lo que garantiza el soporte logístico durante décadas. Para esta tarea, FADEA se asoció con empresas internacionales como IAI (Israel Aeroespace Industries), Pratt & Whitney y Hartzell Propeller, entre otras, ya que debieron modificarse parte de las alas del avión porque las dimensiones del PT6 son diferentes a las del Astazou.

El siguiente paso fue avanzar en la modernización de la aviónica del Pucará, para lo cual FADEA comenzó negociaciones con la empresa de electrónica aeronáutica y naval Redimec, ubicada en Tandil. La idea era que la arquitectura del nuevo sistema fuese nacional, aunque luego se debieran buscar en el exterior los componentes. Otros aspectos por modernizar en el avión son los sensores y las comunicaciones, y esto último ya se ha llevado a cabo en ocho aeronaves. Un programa de esta magnitud, para 18 Pucarás, demandaría unos 180 millones de dólares, parte de los cuales ya han sido invertidos en el prototipo remotorizado.

Un programa de modernización para 18 Pucarás demandaría unos 180 millones de dólares.

La actual flota de Pucarás de la FAA cuenta con cerca de 25 aeronaves operativas, cuyas células (fuselaje) en conjunto tienen unas 100.000 horas de vuelo remanentes antes de tener que desprogramarse. Si se tiene en cuenta que, en el presente, esta flota vuela cerca de 2500 horas anuales, se puede calcular cuánto tiempo de vida útil le quedan a los aviones: casi 40 años. Por supuesto, hoy en día estos aparatos vuelan muy poco, producto de sus vetustos sistemas y la falta de presupuesto, pero, si se destinaran a patrullar la frontera norte, y, por ejemplo, se duplicaran sus horas de vuelo anuales, aun así le quedarían dos décadas de servicio, suficiente para justificar la inversión, que, además, recaería en gran parte en capacidades industriales y tecnológicas argentinas.

El Pucará, a su vez, se complementaría muy bien con los Pampa en la vigilancia de fronteras. El primero podría operar desde zonas no acondicionadas junto con los radares móviles; y el Pampa, mucho más veloz (819 km/h de velocidad máxima), desde las bases próximas a los radares fijos de gran alcance para la identificación, y virtual intercepción, de TAI (Tráfico Aéreo Irregular) de aviones más rápidos.

La continuidad de los Hércules

Los C-130 Hércules son la columna vertebral de la aviación militar de transporte argentino. Los modelos de los que dispone la Argentina son viejos, pero, en octubre de 2014, se firmó un contrato para que la empresa estadounidense L3 modernizara las cabinas de cinco de ellos (no se incluyó el matrícula L100, que posee certificación civil). El contrato prevé la instalación de aviónica digital, nuevas comunicaciones y sistemas auxiliares (de energía, principalmente). El primero de los aviones se modificaría en Estados Unidos con la presencia de técnicos e ingenieros de FADEA, que de ese modo se entrenarían en el trabajo, y luego los cuatro restantes se harían en Córdoba. Entre diciembre de 2014 y febrero de 2016, cerca de 15 especialistas de FADEA trabajaron codo a codo con especialistas de L3 en la primera modernización de un C-130 argentino y ahora está todo listo para continuar con los restantes en el país.

Los C-130 Hércules son la columna vertebral de la aviación militar de transporte argentino.

El contrato tiene un valor total de 85 millones de dólares y ha sido un caso testigo en el marco del sistema FMS (ventas militares al exterior, por sus siglas en inglés), el mecanismo que el gobierno de Estados Unidos posee para ventas militares, ya que rara vez antes se había aceptado que el cliente trabajara directamente con el proveedor en sus instalaciones. Este es un logro que muestra la madurez institucional y técnica de la relación entre la Argentina y Estados Unidos en materia aeronáutica.


La modernización de los Hércules abrió la posibilidad de incorporar cuatro aparatos más. Dos ubicados en el depósito de Davis-Monthan (Estados Unidos), que han sido revisados y podrían ser adquiridos a precio simbólico; y otros dos abandonados desde hace años en la base de El Palomar (en la provincia de Buenos Aires), con muy pocas horas de vuelo en sus estructuras.

El Hércules es una de las principales herramientas de apoyo en las campañas antárticas y en situaciones de emergencias naturales o civiles. Si se pudiera contar con 10 unidades, algunas incluso podrían ser destinadas a la lucha contra incendios.

De los cielos al mar

Solo dos veces, en sus 88 años de existencia, FADEA trabajó en conjunto con la Armada Argentina. La segunda fue fruto de un contrato firmado durante 2015 y, merced a este acuerdo, FADEA se hará cargo del mantenimiento de varias aeronaves de la Armada, incluidos los legendarios P3 Orion, cuatrimotores para patrulla marítima y guerra antisubmarina. Estos aviones necesitan pasar por una revisión de mantenimiento de toda la estructura, sistemas y subsistemas para evaluar el estado en el que se encuentran, que será realizada en Córdoba. Asimismo, la Armada Argentina dejó planteada la intención de adquirir una flota de al menos ocho aviones Pampa para el entrenamiento avanzado de sus pilotos
El IA-100 es un avión de entrenamiento inicial desarrollado en FADEA, que se encuentra casi listo para su primer vuelo.

KC-390 y más allá

FADEA es proveedora de la brasileña Embraer en el programa del avión de transporte táctico militar KC-390, tarea por la que ha recibido reiterados elogios de parte de esta empresa por la calidad de los conjuntos y subconjuntos bajo su responsabilidad. Varias de estas piezas son de materiales compuestos, tecnología en la que FADEA incursionó para participar de este programa. Ahora, esta capacidad está siendo empleada en otros proyectos, como el IA-100, un avión de entrenamiento inicial enteramente hecho con estos materiales, que se encuentra casi listo para su primer vuelo.

Las oportunidades que comienzan a vislumbrarse para FADEA, incluso como proveedor de los grandes fabricantes, al estilo de lo que se hizo con Embraer, son innumerables. La empresa aún adolece de varios, y no menores, problemas internos, pero tiene trazado un rumbo tecnológico y productivo del que las nuevas autoridades deberán partir y continuar, si desean que la empresa rinda los frutos que deben esperarse de ella.


http://www.unsam.edu.ar

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