Fue en septiembre del año pasado cuando los medios de comunicación informaron de la gran preocupación de Washington de que Rusia esté construyendo unos submarinos no tripulados, capaces de ser equipados con armas nucleares y de volar ciudades y puertos estratégicos de la costa norteamericana.
El Departamento de Defensa de EE.UU. nombró el programa innovador ruso como “Kanyon”, “un submarino no tripulado que tendrá una alta velocidad y capacidad de larga distancia”, según un funcionario del Pentágono, citado entonces por el diario estadounidense The Washington Times.
En un informe publicado el miércoles, el rotativo británico The Sun recordó que los funcionarios rusos fueron "obligados" a confirmar la existencia del programa después de que los documentos secretos fueran transmitidos por la televisión estatal rusa.
Sin embargo, agrega el informe, algunos creen que el "escape" de la información puede haber sido orquestado por funcionarios del Estado para provocar pánico entre los estadounidenses.
El reporte revela que EE.UU. está en "la cúspide" de lanzar sus propios vehículos subacuáticos.
Lawrence Wilkerson, exjefe de gabinete del ex secretario de Estado Colin Powell, confirmó que los servicios armados de EE.UU. ya están centrándose en la tecnología.
Wilkerson dijo que el Ejército está "en la cúspide" de usar la impresión tridimensional para hacer un dron subacuático en menos de un día con un coste aproximado de 100.000 dólares.
La nueva carrera armamentista entre Washington y Moscú se produce en momentos que ambas potencias viven relaciones muy tensas sobre todo por la crisis en Ucrania y Siria.
Rusia ha prometido una respuesta contundente a las amenazas de EE.UU. y sus aliados en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), después de que la Alianza Atlántica multiplicara en los últimos años sus maniobras militares y patrullas marítimas, terrestres y aéreas, en el este de Europa, cerca de las fronteras rusas.
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