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jueves, 12 de enero de 2017

Sin empresas especializadas, ni medios para combatirlos, los incendios argentinos levantan fuertes críticas por la mala gestión

Tras arrasar casi dos millones de hectáreas en su paso demoledor, devorar campos enteros, matar a decenas de miles de cabezas de valioso ganado y cubrir de cielos negros a ciudades y pueblos a decenas de kilómetros en varias provincias del país, la gestión y medios para luchar contra los devastadores incendios en Argentina está levantando numerosas críticas.

El ministro de Ambiente, el rabino Sergio Bergman, quien durante la catástrofe llegó a hablar de una “profecía bíblica” ante la que “solo quedaba orar”, fue enviado de forma rápida por el presidente Macri a visitar las zonas de desastre y justipreciar las multimillonarias perdidas. La pobre actuación del ministerio, que se vio reflejada en los pocos medios intervinientes, la escasa coordinación y sospechas de corrupción en la contratación directa de empresas para trabajar en la extinción de incendios, han puesto al funcionario en el ojo del huracán, en medio de un mar de críticas y peticiones de renuncia.

Tiempo atrás se informaba sobre el fracaso de un proceso de licitación que había efectuado este organismo para contratar empresas especializadas en la extinción de incendios forestales ante la próxima llegada de los tiempos de ambientes seco y la temporada de posibles siniestros. La licitación, por montos millonarios, fue declarada nula, pese a la presencia de media docena de compañías del rubro, por lo que ahora se debió contratar de forma directa a empresas que, con pocos medios, deben enfrentar un muro rojo de llamas y temperaturas extremas.

Se recrudecen así las críticas al ministerio y en especial al organismo responsable, el rimbombante Sistema Federal de Manejo del Fuego, oficina que ha subejecutado el presupuesto a su cargo, que capacitó menos hombres que lo ordenado y que tiene un 35% de sus equipos móviles de extinción de incendios fuera de servicio. Además, solo un pequeño grupo de aviones hidrantes, todos de reducido porte y contratados ad hoc, son utilizados, con poco éxito para hacer frente a la marea de fuego, que incontenible, ha terminado en la ruina de muchos productores agropecuarios, lo que exigirá años para lograr una recuperación


Asimismo, se sabe hoy que la compra de 26 aviones hidrantes anunciada en acto público por la ex presidentes Cristina Kirchner en 2012 nunca se concretó en realidad, desconociéndose el paradero de los dineros estipulados para tal adquisición. Pese a la anunciada incorporación de algunos equipamientos logísticos, como elementos de protección para los bomberos, centrales meteorológicas y autobombas, no serán suficientes en escenarios en que el fuego se expande de forma rápida sobre montes secos y ayudado por vientos fuertes.


También llama la atención la escasa y tardía participación de las Fuerzas Armadas en el asunto, pese a contar con medios y hombres entrenados, que recién ahora, y a cuentagotas, han sido movilizados en los sectores siniestrados. La estremecedora imagen de unos pocos bomberos luchando fantasmagóricamente entre los pastizales ardientes y en medio de vientos casi huracanados, creados por las altas temperaturas, es lo que queda de este desastre. Un pobre manejo de la situación, funcionarios ineptos a cargo de puestos relevantes y la mucha politiquería barata en torno al asunto enmarcan esta catástrofe natural que presagia otras plagas por venir. (Luis Piñeiro)

Fotografías

·Pocos bomberos y mucho esfuerzo.
·Joven bombera exhausta tras horas de combate contra el fuego.
·Usar aviones fumigadores modificados no es un gran solución.


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