El ministro de Defensa, Reymi Ferreira, reveló que se ha postergado la compra de fusiles de asalto para las Fuerzas Armadas bolivianas y en su lugar se adquirirán simuladores para el entrenamiento de tiro.
“Por temas presupuestarios hemos postergado la compra (de fusiles), estamos viendo la posibilidad de hacerlo a crédito, no lo hemos definido todavía. Hay prioridades en este momento, pero sí se va a comprar. Ahora estamos con un ambicioso proyecto de incorporar tecnología a la capacitación, son simuladores de tiro, todos los ejércitos modernos lo usan y permiten ahorrar municiones, ahorrar el desgaste de armas y poner una serie de ejercicios sin necesidad de poner movimiento logístico y transporte”, declaró Ferreira según reseñan algunos medios de comunicación de Bolivia.
Conforme a la información de prensa, se tenían presupuestado 140 millones de dólares para la compra de 40.000 fusiles y, en ese orden, desde 2015 las Fuerzas Armadas han evaluados modelos de China, Rusia, Suecia, Cuba y Argentina.
En una entrevista concedida en enero de 2016, el ministro Ferreira expresó: “Necesitamos reponer las armas de entrenamiento, ya que las que tenemos datan de 1979. Los conscriptos ya no pueden manejar un (fusil) FAL o un Mauser”. En esa oportunidad, también hizo referencia a los fusiles rusos Kalashnikov fabricados en Cuba de los que dijo estár "en muy buen nivel”.
Las Fuerzas Armadas bolivianas mantienen en servicio, en sus unidades de primera y segunda línea y especiales, fusiles de asalto de distintos modelos y orígenes que incluyen belgas FN FAL y chinos Type 56 (variante del Kalashnikov AK-47) de 7,62 mm; así como israelíes IMI Galil, austriacos Steyr AUG, británicos RSAF SA80 y norteamericanos ColtM16A1/A2, de 5,56 mm, entre otros.
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