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domingo, 19 de marzo de 2017

¿Es prioritaria la compra del avión presidencial argentino?

La pregunta viene de largo y se avivaba recientemente, cuando en el mismo vuelo comercial de Aerolíneas Argentinas que transportaba de regreso al país al Presidente, Mauricio Macri, fue descubierto un cargamento de decenas de miles de pastillas de droga sintética que transportaban dos ciudadanos colombianos que, provenientes de Europa, habían pasado los controles aeroportuarios.

Tras arribar a Ezeiza, los narcotraficantes se dirigieron a efectuar una conexión en el Aeroparque Metropolitano, hacia Chile, siendo descubiertos por la Policía Aeroportuaria. Este hecho provocó nuevamente la discusión sobre la necesidad de que el máximo funcionario del gobierno tenga un avión específico para sus viajes. Sabido es que la actual administración desea adquirir un jet bimotor Boeing 737, más específicamente un Boeing 737 BBJ (Boeing Business Jet) para sus necesidades, e incluso, con el objetivo de transparentar dicha operación de compra, ha convocado a la misma Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) para que intervenga en la obtención de un medio aéreo acorde. La suma a costear para dicho encargo rondaría los 65 millones de dólares, lo que ha provocado numerosas críticas



Algunos especialistas aeronáuticos han expresado que no existe una clara necesidad de reemplazo del famoso Tango 01, un Boeing 757-200 que fuera adquirido durante la presidencia de Carlos Saúl Menem, allá por los años 90. A la aeronave la empaña un halo de rechazo social, ya que funcionarios de varios gobiernos anteriores la utilizaron para provecho propio, al margen de las reglamentaciones y normas que existen para su uso. El mismo Presidente Macri ha expresado su disgusto sobre el tema, y la emblemática máquina está hoy arrumbada en un aeródromo castrense a las afueras de la ciudad de Buenos Aires



Siempre suponiendo la buena voluntad de los funcionarios de turno y la carencia de intención non santa, consideramos que la adquisición de un nuevo avión es innecesaria y que existen fundamentalmente técnica y operativa que avalan este parecer.

Este modelo de aeronave fue fabricado en más de un millar de unidades, siguiendo en servicio un buen número de las mismas, incluso el presidente de los EEUU, Donald Trump, posee uno en propiedad.

También la misma USAF utiliza este tipo de avión como transporte, con gran éxito, por lo tanto el argumento de cierta obsolescencia del aparato argentino carece de fundamento. El Tango 01 fue sometido a una importante revisión técnica hace unos tres años, siéndole actualizada toda la aviónica y equipos de navegación por un costo superior a los tres millones de dólares, e incluso se le mejoró su ya avanzado sistema de comunicaciones satelital por un valor importante.

Actualizar el Tango 01

Los expertos aseguran que la inspección mayor requerida, con la satisfacción de los correspondiente boletines mandatarios, podría costar unos cuatro millones de dólares, mientras que el punto siempre criticado de la nave, su imposibilidad de llegar a Europa sin escalas, podría ser fácilmente resuelta con la instalación –ya estudiada y certificada- de tanques auxiliares y la adopción de winglets que, a un costo para el erario público de otros cuatro millones de dólares, permitirían al Tango 01 operar desde la capital argentina hasta New York o París sin escalas.

También se ha hablado de ciertas dificultades que tendría este bimotor para operar en determinadas estaciones aéreas del interior de la nación , aunque dichas restricciones son similares a las que puede sufrir un Boeing 737 NG o BBJ, en breve comentario, donde opera este jet también lo hace el 757-200, corriendo las limitaciones para ambas máquinas por igual.




Según los técnicos consultados, la aeronave en cuestión ha volado un promedio de seiscientas horas anuales, su cabina de mando siempre se ha mantenido actualizada técnicamente, aunque ha tenido ciertas dificultades con sus propulsores, atribuidas más a problemas de mantenimiento por la incorrecta elección de un taller adecuado, que a las propiedades técnicas del motor. La posible elección de un Boeing 737 no implica necesariamente un coste menor operativo, aunque sí es verdad que la hora de vuelo es un quince por ciento menor que la del 757, guarismos que empalidecen cuando se toma en cuenta que debe adquirirse un jet nuevo, casi al contado, que tardará décadas en amortizarse.

No olvidemos que el Boeing 757-200 fue adquirido con un amplio plan de financiación, cosa que no ocurriría ahora. También las disponibilidades interiores son importantes: los 737 VIP, como el ofrecido, están adaptados a muy pocas plazas, entre catorce a dieciocho pasajeros, mientras el Tango 01, tiene una capacidad muy superior e incluso divisiones internas muy específicas para el personal de primera línea y el de servicio, léase custodias, médico y enfermero, invitados, etc.

Mencionemos que existe un protocolo claro que establece la cantidad de personas que deben acompañar a una comitiva presidencial, pese a que el actual mandatario suele moverse en forma muy independiente y no haciendo mucho caso a las normas al efecto. Además, el momento político interno presente en el país provocaría una avalancha de críticas e incluso denuncias judiciales de la oposición, a las cuales debería hacer frente la actual administración con la consabida crítica de lo impropio de gastar 65 millones de dólares en un jet para el primer mandatario cuando existen otras perentorias necesidades.

Creemos, en suma, que hay alternativa a la de asumir la compra de un avión nuevo, cuando ya se posee en el inventario una maquina eficaz, cómoda y que con poco presupuesto de modernización y puesta a punto puede volar durante mucho tiempo más al servicio del Estado. (Luis Piñeiro)

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