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jueves, 23 de noviembre de 2017

Misterios bajo el mar: los submarinos perdidos más célebres de la historia

El submarino argentino ARA San Juan lleva seis días desaparecido en aguas del Atlántico sur con 44 tripulantes dentro.

Te contamos la historia de otros sumergibles cuyo rastro se ha perdido misteriosamente durante décadas.

U-Boot alemán de la Primera Guerra Mundial (1916)

En septiembre de 2017, a 30 metros de las costas belgas del mar del Norte, cerca de Brujas, se realizó un descubrimiento inusual: en las aguas yacía un submarino alemán de la Primera Guerra Mundial casi intacto. La nave se topó con una mina, que destruyó los tubos que llevaban los torpedos, pero el resto se conservó en buenas condiciones.


​La tripulación de 23 personas se mantuvo dentro del sumergible durante los más de 100 años que permaneció bajo el mar, cubierto de algas y percebes a lo largo de sus 27 metros de eslora y sus seis de manga. Durante la Primera Guerra Mundial, en Bélgica hubo una flotilla de 18 submarinos alemanes, 13 de los cuales fueron destruidos.

S467 Minerve (1968)

El submarino francés Minerve, de 57 metros de eslora y casi siete de manga, realizaba ejercicios junto a un avión de patrullaje marítimo en las costas de Provenza el 27 de enero de 1968. Desde el Minerve, avisaron a las 8 de la mañana a la aeronave que amarrarían en la base naval de Toulon una hora después.



A pesar de que se encontraban a 25 millas náuticas de la base, el sumergible nunca volvió a su destino, y sin perjuicio de las incansables tareas de búsqueda, jamás se encontraron rastros de la nave ni de sus 53 tripulantes en la profundidad de las aguas de entre 1.000 y 2.000 metros. En los esfuerzos de rescate participó incluso el célebre buzo Jacques Cousteau.

INS Dakar (1968)

Casi en el mismo día que sucedía la desaparición del Minerve, también en aguas mediterráneas, ocurría otro hecho trágico con un sumergible, esta vez de bandera israelí. La nave había pertenecido a la Armada británica, pero fue adquirido por las Fuerzas Armadas de Israel, que lo rebautizaron con el nombre de Dakar.

El 15 de enero de 1968 partió de Gibraltar con rumbo a Haifa, donde se esperaba que llegara el 2 de febrero. Diez días después, en un punto entre Creta y Chipre, la nave dejó de comunicar su posición.



Fuerzas internacionales llevaron adelante su búsqueda hasta el 31 de enero y las fuerzas de Israel prosiguieron cuatro días más. Durante 30 años el destino del Dakar permaneció un misterio hasta que en 1999 se hallaron los restos de la nave, pero no el de sus 69 tripulantes. Hoy en día una parte de las ruinas está en exhibición en Israel.

USS Scorpion (1968)

Estados Unidos perdió un submarino nuclear, también en 1968. Los motivos por los cuales los restos de la nave yacen en el lecho del océano Atlántico, a 700 kilómetros de las islas Azores, no se conocen hasta el día de hoy. El Scorpion había sido célebre en 1967 por espiar en aguas rusas y lograr filmar el lanzamiento de un misil soviético.



El 16 de mayo de 1968, el Scorpion salió de la base naval estadounidense Rota en España en dirección a las Azores, para observar actividades soviéticas en la zona y luego llegar a la base de Norfolk, en Virginia. Cuatro días después el sumergible envió a la base de Rota señales de radio, pero fueron captadas por otro destacamento en Grecia.

A los seis días de su llegada prevista a Norfolk, no se tenían novedades del Scorpion. Se iniciaron las labores de búsqueda, que derivaron con el hallazgo de partes de la nave en el lecho marino. En el imaginario colectivo, las teorías sobre la desaparición del sumergible han abarcado hipótesis conspirativas, como un posible ataque soviético, hasta fallas técnicas. La Armada de Estados Unidos no ha emitido un fallo conclusivo sobre las causas del siniestro.

Submarino K-129 de la URSS (1968)

El submarino K-129 realizó una serie de expediciones exitosas en el océano Pacífico en 1967. En febrero de 1968 partió nuevamente hacia aguas profundas. A mediados de marzo, las autoridades comenzaron a preocuparse, pues la nave no había enviado señales en dos ocasiones en las que tenía que reportarse. Al pedir que se comunicara de manera urgente y no recibir respuesta, se declaró perdida a la nave y se desplegó una flota en su búsqueda.



La inteligencia de Estados Unidos leyó el despliegue como una probable pérdida de submarino y tomó nota del hecho. Cuando ya las posibilidades de recuperar la nave y sus 83 tripulantes eran nulas, la situación tornó a la normalidad.

Pero el hundimiento del K-129 lejos estaría de cerrarse y se volvería un importante capítulo en la historia de la Guerra Fría.

Estados Unidos, confiado en que podrían encontrar en las ruinas del submarino tecnología nuclear soviética —el sumergible llevaba dos torpedos con cabezas nucleares—, lanzó el proyecto Azorian, un costoso proyecto para recuperar el K-129 del fondo del mar. Sin embargo, solamente logró retirar fragmentos, y se cree que no obtuvo nada relevante.

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