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lunes, 22 de octubre de 2018

Armada Argentina "Modernización" ¿una Misión Posible?

Super Etendard modernizados y Patrulleros Oceánicos Multipropósito para la Armada Argentina y nuevos buques de superficie

El próximo mes de diciembre está prevista la llega a Argentina de los cinco jets Super Etendard SEM excedentes de la Aviación Naval francesa. 


La adquisición se concretó en base a un acuerdo suscripto con fecha 17 de diciembre de 2017 entre el Ministro de Defensa y la Ministra de las Fuerzas Armadas Francesas, acordándose la compra de las 5 aeronaves acompañadas con su documentación de seguimiento técnico, a los que se agregan piezas de recambio, bancos de prueba, valijas de prueba, equipos de misión, herramientas y un simulador de vuelo. Está prevista la llegada al país de las aeronaves este mes de diciembre.

El monto del arreglo técnico por la compra de los cinco aviones es de 12.550.000 euros. Por su parte, el monto de su preparación y traslado hasta la Base Aeronaval Comandante Espora (Bahía Blanca) asciende a 1.500.000.


Con respecto al monto que deberá gastar el Estado Argentino para que dichos aviones sean operativos, la evaluación final presupuestaria se podrá concretar una vez recibidas las aeronaves y los componentes en el país, se estima alrededor de EUR 1.600.000. Se encuentran en condición de preservación, por lo cual su puesta en servicio a nivel local implicará la “des-preservación” e inspecciones parciales menores, lo que les otorgará una vida útil de casi 10 años.

Patrulleros Oceánicos Multipropósito franceses

Por otro lado, y según información del Ministerio de Defensa, el proceso de adquisición de los Patrulleros Oceánicos Multipropósito fue resultado de una compulsa internacional entre tres oferentes que contaban con la doble facilidad de astilleros estatales y financiamiento estatal. El 18 de octubre de 2016 se recibieron las ofertas, provenientes respectivamente, de China, España y Francia. La oferta francesa fue, según el Gobierno argentino, la única que cotizó todos los elementos solicitados, además de ser la opción más económica.

Esta negociación país a país se encuentra excluida del Régimen de Contrataciones de la Administración Nacional por el Artículo 5, Inciso c) del Decreto 1023/01, dónde explícitamente se excluyen los contratos que se celebren con estados extranjeros, con instituciones multilaterales de crédito, como así también, a los que se financien, total o parcialmente, con recursos provenientes de esos organismos.

En esta oferta, se reúnen las condiciones de un precio muy adecuado y la celeridad en la entrega para la provisión requerida. 

La rápida entrada en servicio de esta Clase de buques en la Armada Argentina permitirá patrullar el límite de la ZEE y zonas adyacentes de manera muy eficiente y con menor consumo. La disponibilidad temprana del buque permitirá, a su vez, iniciar perentoriamente la formación del personal que lo opera y lo mantiene.

Por otro lado, Naval Group ha designado a Piriou/Kership - por razones de escala - para la construcción inicial de buques menores a 95m de eslora. A partir de un grado de terminación intermedio, los buques son trasladados al Astillero Lorient (Naval Group) para su finalización. Más allá de la elección del Astillero, la Empresa Naval Group es el garante de toda la provisión.

Diseño

El diseño de los buques tipo OPV 87, de la Clase L'ADROIT” de la firma Naval Group, responde al conjunto de requerimientos operativos que definió la Armada Argentina, además de que se ajusta a normativa específica estipulada por la Organización Marítima Internacional como así también de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), en cuanto a su reacción ante los diferentes tipos de mar.

Ante la consulta sobre el diseño de diseño del astillero alemán Fassmer, el Ministerio de Defensa informó que durante los 10 años transcurridos entre este diseño y los que se van a adquirir con Naval Group, se han desarrollado nuevas tecnologías que permitieron reducciones significativas en los tamaños de los equipos electrónicos necesarios. Esto ha motivado que el diseño original haya quedado obsoleto. El nuevo diseño optimiza el espacio para, finalmente, mejorar la eficiencia general del buque. Sólo como ejemplo, esta reducción en los tamaños del equipamiento, ha permitido situar el hangar para el helicóptero debajo del puente de comando del buque, lugar antiguamente destinado a los equipos de comunicaciones y navegación.


En lo que refiere al precio total de la oferta, es importante aclarar que la provisión por parte del gobierno francés incluye aspectos más allá de los buques per-sé. Entre otros:

a. “Contenedores de misión” que permiten reconfigurar al buque para trabajos de buceo (cámara hiperbárica), como así también para control de derrames.

b. Insumos para su operación (p ej.: munición para sus cañones, repuestos para 5 años, etc).

c. Un sistema para gestionar las operaciones del buque.

d. Equipamiento para el manejo del helicóptero en cubierta de vuelo.

e. Instrucción del personal que lo opera y lo mantiene.

Es por ello que las comparaciones deben efectuarse teniendo en cuenta los respectivos alcances, de lo contrario, pueden estar comparándose dos conjuntos muy diferentes de elementos


Un Plan a Largo a plazo"Mision Posible"

La Armada Argentina se enfrenta a un problema de obsolescencia de bloques sustancial hacia el año 2020. La mayor parte de la flota existente fue adquirida en el período 1975-1985, e incluso teniendo en cuenta una vida útil de 40 años[frente a 30 años en la Marina de los EE.UU.], la mayor parte de la flota tendría que ser reemplazada en el período 2018-2028.


La resolución de disputas de Argentina sobre su deuda morosa ha eliminado la amenaza que se manifestó en dos ocasiones durante la administración anterior de los buques argentinos que eran incautados en puertos extranjeros sobre la base de acciones legales internacionales. No obstante, las flotas de superficie y submarinas de la Argentina siguen siendo pequeñas, con municiones caducadas, así como demoras en la actualización y la prolongación de la vida útil de sus principales buques de superficie, sus cuatro destructores Meko 360 y seis fragatas Meko 140. También se ha pospuesto la compra de buques de patrulla oceánica a China o Francia, mientras que los tres submarinos argentinos pasaron tan poco tiempo bajo el agua en el 2014, que se estima que el país ya no tiene capacidad submarina. Incluso el alquiler de remolcadores rusos como parte de la campaña de la nación para apoyar sus bases en la Antártida tuvo que ser abandonado debido a problemas con la licitación.

En 2011, el presidente Fernández anunció un programa de cinco años para aumentar el gasto de defensa en reacondicionamiento militar, planes para modernizar todas las fuerzas armadas y reemplazar la envejecida flota naval. Se hicieron pocos progresos en ese programa. La ausencia de amenazas externas e interestatales ha significado un cambio de enfoque hacia otras preocupaciones de seguridad no tradicionales. La modernización naval se ve seriamente obstaculizada por una economía desesperadamente débil. El presupuesto de la armada del país representó un promedio del 25,3% del presupuesto de defensa durante el período 2010-2015.

Todo lo que se dice sobre el futuro del ARA es mera especulación, si no fantasía imposible: conclusión del TR-1700 abandonado en el astillero en los años de Domecq García, modernización de fragatas MEKO-360, adquisición de helicópteros navales antibuque y antisubmarinos, recuperación de la capacidad de ataque naval aéreo de buques.... en definitiva, expresiones de nostalgia por el pasado.


Desde el tercer gobierno de Juan Perón[1974], la Marina no especificó ningún programa para equipar su flota. El programa de Perón incluyó un total de 17 embarcaciones, entre las que se encuentran cuatro fragatas que fueron construidas en Alemania, seis corbetas Meko-140 producidas en Río Santiago (ex Astilleros Navales y Fábricas del Estado) como Spiro, Gómez Roca, Spore, Rosales, Parker y Robinson. También contó con una dotación inacabada de seis submarinos, dos de ellos fabricados en Alemania (Salta y San Luis) y cuatro que el antiguo astillero Domecq García nunca llegó a completar. Finalmente, el plan de Perón para el equipamiento incluyó la construcción de un rompehielos de 13.000 toneladas de carga que se construyó en Finlandia - el "Almirante Irizar", que sustituyó al veterano "General San Martín".

La mayoría de los buques de la flota argentina fueron construidos en la República Federal de Alemania (Alemania Occidental), Francia, Gran Bretaña o Estados Unidos. Argentina también contaba con un avanzado programa de construcción naval que a principios de la década de los ochenta incluía incluso planes para la posible construcción de un submarino de propulsión nuclear.

En la época de la guerra de Malvinas, el lanzamiento en los astilleros Blohm y Voss en Alemania, el 17 de febrero, de la fragata "Heroina" -que se unió a la Armada Argentina- no pasó desapercibida. Tampoco era un secreto que otra fragata, "Sarandi", entró en funcionamiento en marzo de 1982 y que hay dos más en esa misma familia que se encontraban en la fase final de construcción. Sin olvidar las seis corbetas Meko-140, los seis submarinos Thyssen TR-1700, todos en construcción, y los pedidos de aviones Aeromacchi y Super-Etendard, helicópteros y misiles, todos para la Armada Argentina. 


Cabe destacar luego de la llegada al poder de los distintos gobiertnos elegidos por medio del voto popular  la continuidad del programa de los submarinos Clase TR-1700, fueron cancelados en su contruccion a partir del Gobierno del ex presidente Carlos Menen, siguindo en estado de paralizacion hasta la actualidad con dos cascos de submarinos construidos parcialmente, agrabados "luego de la perdida accidental  o en otra circustancia  del Submarino San juan "

En otro aspecto segun rumores no confirmados sobre la oferta a la armada argentina de las corbetas clase Gowind por parte de Naval Group, por ahora esa noticia descartada por la actual crisis economica y la baja presupuestaria en distintas aereas de la administraccion publica argentina , incluyendo aun mas en el aerea de defensa"


Los especialistas en energía naval creían firmemente que estos nuevos equipos, sumados a la ya bien equipada Armada, darían a la Argentina una indudable hegemonía entre fuerzas similares en América Latina.

A pesar de los recortes presupuestarios y del compromiso de fondos futuros para contratos de equipos ya firmados, se preveía que la Armada argentina seguiría gastando sumas considerables en adquisiciones. Según el material publicado a fines de 1984 por la empresa estadounidense de análisis de riesgos políticos y estudios de mercado Frost and Sullivan, se preveía que la Argentina gastaría unos 500 millones de dólares en la adquisición de buques de guerra y otros 736 millones de dólares en la compra de nuevos misiles tácticos entre 1984 y 1988. Pero con el fin del régimen militar, los militares argentinos entraron en un prolongado período de vacaciones de producción.


A mediados de los años ochenta, Argentina gozaba de la distinción de ser una de las dos potencias navales latinoamericanas que tenían un portaaviones. La única aerolínea argentina, la 25 de Mayo, había estado en servicio con otros dos países desde su lanzamiento a mediados de la década de 1940. Este fue el segundo portaaviones de la flota argentina. El primero, el Independencia, había sido adquirido en 1958 y retirado del servicio a finales de la década de 1960 cuando el antiguo Coloso Británico clase 25 de Mayo fue transferido a Argentina desde los Países Bajos. El transportador se mantuvo en excelentes condiciones, aunque se informó de que tenía problemas persistentes de ingeniería. La aerolínea no desempeñó un papel importante en la conducción de operaciones navales o aéreas marítimas argentinas contra los británicos durante la Guerra del Atlántico Sur.


Las cuentas de los documentos del Ministerio de Defensa británico publicados en 1984 indicaban que Gran Bretaña había autorizado a su flota a contratar al portaaviones a partir del 30 de abril. El 5 de mayo el transportista fue retirado de la acción y regresó a puerto.

Diez destructores estaban en servicio en la Armada Argentina en 1985. Entre ellos figuraban cuatro destructores MEKO-360 H2 construidos en Alemania, que fueron lanzados a principios de la década de 1980, y dos destructores de misiles teledirigidos británicos de clase Sheffield que se pusieron en servicio a principios de la década de 1970. Entre los destructores que anteriormente prestaban servicio en la Marina de los Estados Unidos se encontraban un buque de clase Gearing y tres de clase Allen M. Sumner, todos de la época de la Segunda Guerra Mundial, que fueron transferidos a la Argentina a principios del decenio de 1970. En 1984 estaban programados para ser reemplazados por los MEKO-360s.

La Armada Argentina también estaba en proceso de adquirir fragatas adicionales a mediados de la década de 1980. Ya en la flota argentina había tres buques franceses de tipo A-69, dos de los cuales entraron en servicio en 1978 y el tercero en 1981. Los dos primeros barcos fueron adquiridos específicamente para aumentar la flota argentina frente a una posible guerra con Chile por el Canal de Beagle. A mediados de 1979 se encargaron seis buques MEKO Tipo 140 de clase A16. Para 1983, cuatro de los buques habían sido botados, y los dos restantes estaban en construcción en astilleros argentinos. La mayoría de los buques de guerra argentinos estaban equipados para transportar misiles de superficie a superficie MM-38 o MM-39 Exocet. Cada uno de ellos llevaba un promedio de cuatro misiles; se calcula que a finales de 1984 se había desplegado un total de 184.

Otros buques importantes en servicio en la Armada Argentina a principios de 1984 eran cinco corbetas, todas anteriormente en servicio en la Armada de los Estados Unidos y de la época de la Segunda Guerra Mundial; unas seis naves de ataque rápido, adquiridas durante la década de 1970; y seis dragaminas que anteriormente estaban en servicio en la Armada Británica. 

En 1982 se encargó un nuevo buque tanque de desembarco, que pasaría a ser el segundo en el inventario de la Armada Argentina, y en 1984 se estaba construyendo en la República de Corea. A mediados de la década de los ochenta, la Armada argentina también tenía en servicio varios buques anfibios e hidrográficos.

El Libertad de tres mástiles, construido en Argentina, era considerado el velero activo más grande del mundo y se utilizaba como buque escuela de vela. El único rompehielos de la flota argentina, utilizado como apoyo en la Antártida, fue construido por Finlandia y entró en servicio a fines de 1978. Se dice que fue utilizado como barco hospital durante la Guerra del Atlántico Sur.

En cuanto a la capacidad operativa naval, en 2007 se decidió un aumento presupuestario de 65 millones de dólares (en pesos) para atender las prioridades materiales clave. A esto se suma la finalización (por unos 50 millones de pesos) de la reparación de la semivida de la fragata ARA Libertad, una verdadera embajada flotante argentina que zarpó en 2007 con la primera

Además, el Ministerio continuó apoyando la modernización del material del Cuerpo de Infantería de Marina después del desarrollo del Vehículo Anfibio a Oruga (TAV), y planeó tener dos nuevas unidades listas en 2007. La adquisición de la ingeniería básica para la construcción de Buques Patrulleros Oceánicos Polivalentes (POM) destinados al control y vigilancia del mar territorial, y la recuperación de capacidades antisubmarinas a través de la reparación de vida media del Submarino ARA San Juan en el astillero argentino Domecq García, entretejen otras acciones inminentes.

Cabe mencionar también el inicio de las actividades de recuperación,con la reparacion y modernizacion del rompehielos Almirante Irízar, pieza clave de la Campaña Antártica y símbolo indiscutible de la presencia argentina en el "continente blanco".

El 09 de septiembre de 2014, el Ministro de Defensa, Agustín Rossi, firmó un acuerdo con el Gerente General de INVAP S.E., Héctor Otheguy, para modernizar y restaurar el sistema de transporte marítimo en el marco del Programa Progresivo de Investigación y Desarrollo que llevan a cabo la Marina y la empresa. "La relación con INVAP ha permitido a Argentina implementar desarrollos científicos y tecnológicos propios. Este acuerdo es parte de una política pública a largo plazo que nuestro gobierno viene aplicando desde 2003",  habia señaló el ex Ministro.

Los dos documentos firmados sientan las bases para modernizar y aumentar la potencia de cuatro corbetas Meko 360 y el submarino TR-1700, el "Santa Cruz". ¡"Ambos contratos asciendian a aproximadamente 22 millones de pesos argentinos y extenderán por otros treinta años la vida útil de estos dos sistemas de armas", 

"A través de la Secretaría de Ciencia, Tecnología y Producción para la Defensa, estamos trabajando para fortalecer esta política, que nos permitirá reducir la brecha tecnológica entre nuestro país y el Primer Mundo", dijo el funcionario. Y añadió: "Estas decisiones reafirman la autonomía y la soberanía de nuestro país. Tienen que ver con un modelo que debe ser preservado con profundas convicciones políticas"


El gobierno argentino estaba en negociaciones activas con sus pares franceses para la adquisición de tres corbetas tipo A69 / D'Estienne d'Orves. Los buques, que forman parte de las nueve unidades que aún estaban activas en la Armada francesa y que estaban siendo retiradas del servicio, vendrían a complementar los tres buques del mismo tipo, con pequeñas diferencias, que la Argentina ya tenía en la Armada y que se conocían localmente como clase Drummond.

De las tres unidades existentes en Argentina, dos fueron compradas en 1978, después de que la venta de estos barcos a Sudáfrica se viera frustrada por los embargos de armas durante el apartheid, la tercera fue puesta en servicio en 1981. 

A diferencia de sus hermanas francesas, las unidades argentinas fueron modificadas removiéndoseles dobles de doble uso del conjunto Bofors que venían en lugar del lanzacohetes de 375 mm, para un disparo rápido Breda Bofors de 60 / L70 mm. Los buques sudamericanos también han sido objeto de mejoras en electrónica, recibiendo, entre otras, la instalación de una nueva consola de desarrollo de Local Miniacco de C4I (Mando, Comunicación, Control, Informática e Inteligencia)


En 2017, el programa de reequipamiento incluyó la construcción de cuatro patrulleras en los astilleros de Tandanor, con el apoyo de Francia, Italia y China. Los buques se suman a cuatro LICA, para entrenamiento de cadetes, actualmente en construcción en el astillero de Río Santiago, con supervisión japonesa (NKK) y el primero que se entregará a principios de 2019.

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