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miércoles, 7 de noviembre de 2018

¿Cómo funcionan los sistemas de defensa antimisiles?


Estados Unidos tiene un sistema de defensa antimisiles, y solamente con saberlo puede que, si vives en el país sientas un poco de seguridad y comodidad. ¿Pero sabes cómo funcionan estos sistemas o qué tan efectivos son? En realidad no son el escudo impenetrable que podrías creer.

Corea del Norte recientemente realizó el lanzamiento de otro misil y esto convenció a los expertos de que todo el territorio de los Estados Unidos contiguos se encuentra en el alcance de sus misiles balísticos intercontinentales (ICBM), siempre y cuando los misiles no lleven una carga muy pesada. Eso ha hecho que muchos más se pregunten acerca del sistema de defensa antimisiles de los Estados Unidos y si realmente funciona. Después de un supuesto intento de defensa fallido en Arabia Saudita usando un sistema de misiles Patriot estadounidense, muchos se preguntan si están seguros en el país. Pero antes de hablar de lo efectivo que es o no el sistema, veamos cómo funciona


Cómo funciona un sistema de defensa antimisiles

Las funciones más básicas de un sistema de defensa antimisiles son sencillas: usar un misil balístico para derribar otros misiles. 

Pero durante este proceso suceden otras cosas más. 


Aquí encontrarás un paso a paso de cómo se desarrolla una defensa antimisiles, así como el sistema terrestre de defensa en pleno vuelo (GMD) de Estados Unidos y el sistema de defensa de misiles balísticos Aegis de la Armada, y cómo se supone que pueden detener un misil balístico intercontinental como los que ha estado probando Corea del Norte.
  1. El misil amenazante es lanzado.
  2. Los satélites detectan el lanzamiento y hacen un seguimiento de su trayectoria usando tecnología infrarroja y radares.
  3. El misil enemigo libera una ojiva y señuelos (conocido como “la nube de amenazas”) 
  4. Los radares en tierra firme y en el mar continúan haciendo un seguimiento de la nube de amenazas, intentando identificar cuál es la ojiva (en la que se encuentra la carga explosiva)
  5. El sistema de defensa antimisiles lanza un misil interceptor.
  6. La carga del interceptor, “el vehículo asesino”, se separa del cuerpo del misil.
  7. El vehículo asesino ubica la nube de amenazas e intenta interceptar la ojiva en lo alto de la atmósfera.
Si todo va según lo planeado, la ojiva es destruida en el espacio, antes de que pueda alcanzar su objetivo en tierra firme.


Sin embargo, estos sistemas son diferentes de los sistemas de defensa con misiles Patriot, Arrow y Iron Dome en case terminal dentro de la atmósfera (menudos nombres complicados)

Esos sistemas funcionan de forma similar pero están diseñados para interceptar misiles de corto y mediano alcance que se mueven más lento y a menores altitudes que los ICBM.


Estos solo abarcan áreas con un tamaño de hasta algunas docenas de kilómetros, así que aunque es bueno tenerlos como respaldo de los sistemas antimisiles en pleno vuelo (GMD), estos son más útiles en regiones como Corea del Sur y Japón que en los Estados Unidos (siempre y cuando el lanzamiento provenga de Corea del Norte)


El sistema de defensa a gran altura del ejército estadounidense (THAAD) también es un sistema defensivo de fase final, pero tiene algunos trucos bajo la manga. El THAAD funciona más como un sistema de defensa en pleno vuelo y puede destruir objetivos mediante colusión directa tanto en la parte superior de la atmósfera como sobre ella


Entonces, ¿qué tan efectivos son?


En lo que concierne a sistemas de defensa de ICBM en pleno vuelo, no tenemos idea. Quizás funcione, quizás no. ¿Por qué? George N. Lewis, físico e investigador asociado en el Instituto Judith Reppy para el estudio de la Paz y el Conflicto en la Universidad Cornell, explica en su estudio acerca de la efectividad de los sistemas de defensa antimisiles balísticos, no existe hasta ahora experiencia real usando estos sistemas. 

Los GMD han sido probados y han tenido éxito, pero estas pruebas no se desarrollan constantemente y suelen ser una demostración completamente planificada que solo nos dejan claro la fiabilidad de estos sistemas, pero no su efectividad.

Se debe tomar en cuenta que es muy probable que los atacantes empleen “contramedidas” al lanzar sus misiles. Estas contramedidas incluyen mecanismos como señuelos o una cubierta de refrigeración diseñada para confundir o alterar el sistema antimisiles para que falle. Estados Unidos no ha probado los sistemas de este modo, incluso cuando la tecnología para desarrollar esas contramedidas es muy conocida. El sistema GMD de Estados Unidos es muy efectivo en detectar lanzamientos de misiles y hacer seguimiento de varios objetivos a largo alcance, pero no lo es mucho al identificar cuál es el la ojiva y cuáles son los señuelos. El sensor primario de discriminación que se encuentra en Honolulú, llamado radar SBX, tiene limitaciones operacionales muy importantes.


Dicho esto, el libro “Making Sense of Ballistic Missile Defense” de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos sugiere que estas contramedidas son difíciles de desplegar, como quedó demostrado cuando Estados Unidos e Inglaterra intentaron desarrollar este tipo de sistemas durante la Guerra Fría. También existe una gran probabilidad de que estas contramedidas reduzcan la carga, el alcance y la fiabilidad de un misil.

Aunque el sistema de defensa GMD de Estados Unidos es, en teoría, capaz de proteger todo su territorio de ataques de misiles ICBM, nunca ha sido probado contra una amenaza real, y los resultados de sus pruebas no son completamente reconfortantes:


Como puedes ver, el sistema GMD tiene éxito solo la mitad de las veces, y no parece estar mejorando. El sistema Aegis BMD de la Armada tiene mejores resultados:

No solo tienen mayores tasas de éxito, sino que también han sido probados durante el día y la noche, contra objetivos a corta, mediana y larga distancia. También han sido probados contra misiles completos como con ojivas separadas, e incluso contra dos objetivos de forma simultánea. Desafortunadamente, Lewis dice que al ser más lentos no pueden cubrir tanto territorio como para ser el sistema de defensa de todo el país, pero en 2018 Estados Unidos espera desplegar los nuevos sistemas interceptores de misiles SM–3 Block IIA para que hagan este trabajo (aunque fallaron una prueba en junio).

Entonces, ¿Estados Unidos está seguro de un ataque de misiles? Es difícil decirlo, pero quizás no tanto como podrías imaginar. El ejército de Estados Unidos suele anunciar tasas de éxito que son mayores a la realidad. Durante la Guerra del Golfo el ejército aseguró que habían tenido éxito en un 96% de ocasiones contra los misiles modificados de Irak, pero después cambió esa cifra a 61%. Un análisis posterior determinó que el número en realidad era mucho menor, e incluso podría ser de 0%. Después del reciente ataque de misil en Arabia Saudita, el Presidente Trump dijo:

“Nuestro sistema derribó ese misil en pleno vuelo. Así de buenos somos. Nadie hace lo que nosotros hacemos, y ahora lo estamos vendiendo en todo el mundo”.

Pero evidencias posteriores sugieren que el sistema de misiles Patriot falló y que la ojiva casi impacta su objetivo (un aeropuerto), además de que algunas personas escucharon una explosión. En cuanto a los sistemas de defensa GMD en Estados Unidos, Lewis dice que los oficiales también han exagerado sus resultados.


Las declaraciones de funcionarios estadounidenses sugieren que un sistema destinado a contrarrestar misiles nucleares podría ser considerado “efectivo” si su eficacia prevista es superior al 90%. El 16 de junio de 2019, apenas una semana después de que el secretario de defensa Robert M. Gates le dijera al Congreso que el sistema GMD es “adecuado para proteger a la nación de la amenaza norcoreana”, el general James Cartwright dijo a un comité del Senado que determinó que la efectividad del sistema GMD era de un “90% o más”.

Un año más tarde, después de muchas declaraciones de oficiales acerca de su confianza en el sistema GMD, el teniente general Patrick O’Reilly, director de la agencia de defensa antimisiles, dijo a un comité que había “más de 90% de probabilidades” de que el sistema pudiera contrarrestar un ICBM lanzado por Irán.

Aquí el problema: incluso si los sistemas GMD o Aegis BMD logran tasas de éxito de 80% o 90%, no es suficiente. Después de todo, una tasa de fallo del 10% al 20% no es aceptable contra un bombardeo de misiles nucleares. Como demostró Estados Unidos en el pasado, solo hace falta que caiga uno para devastar una región por completo.

Mejorar esos sistemas antimisiles requiere de muchas más pruebas (incluyendo escenarios realistas), lo que se traduce en tiempo y dinero. 

Estas pruebas no son baratas (la que el país llevó a cabo en mayo costó 244 millones de dólares), pero son necesarias si un país va a depender de estos sistemas. Sin embargo, quizás lo mejor sería intentar evitar cualquier conflicto en el que lo necesitemos.

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