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martes, 18 de junio de 2019

La próxima generación de aviones de combate europeos listos para el despegue

El Director General de Airbus Defence and Space, Dirk Hoke, el Presidente y Director General de Dassault Aviation, Eric Trappier, la Ministra de Defensa alemana, Ursula von der Leyen, el Presidente francés Emmanuel Macron, la Ministra de Defensa española, Margarita Robles, y la Ministra de Defensa francesa, Florence Parly, asisten a la presentación del modelo de avión de combate de nueva generación franco-alemán-español durante la 53ª edición del Salón Aeronáutico Internacional de París, celebrado en el aeropuerto de Le Bourget, cerca de París, Francia, el 17 de junio de 2019. (EPA-EFE/YOAN VALAT)

Alemania, Francia y España firmaron el lunes (17 de junio) un acuerdo marco para la construcción conjunta del mayor proyecto de armas de Europa hasta la fecha, el denominado Future Air Combat System (FCAS)

En presencia del presidente francés Emmanuel Macron, al margen de la mayor feria aérea del mundo, los ministros de Defensa de los tres países firmaron el acuerdo de lanzamiento de un marco trilateral de cooperación para el diseño de un avión de combate de nueva generación.

La decisión de cooperar siguió a duras negociaciones con el gobierno francés y dentro de la difícil `Gran Coalición' de Alemania. En julio de 2017, la Canciller Angela Merkel y Macron acordaron el desarrollo del sistema de combate y un nuevo tanque de combate.

Dassault Aviation y Airbus construirán el avión de combate, mientras que la francesa Safran y la alemana MTU Aero Engines desarrollarán conjuntamente el motor del nuevo avión de combate.

Los gobiernos francés y alemán esperan invertir 4.000 millones de euros iniciales en el avión de combate para 2025, y Francia, el líder del proyecto, aportará 2.500 millones de euros, según el Ministerio de Defensa francés.

Se espera que el nuevo avión de combate despegue a partir de 2040, con vistas a sustituir al Rafale francés y al Eurofighter alemán.

España había subido a bordo durante una reunión de la OTAN en Bruselas en febrero de este año, y otras naciones también declararon su intención de adherirse.

"En 2040, las Fuerzas Armadas francesas dispondrán de un avión de combate, construido entre europeos, para hacer frente a las luchas del mañana. Esto es histórico y eso es sólo el principio", dijo la ministra francesa de Defensa Florence Parly tras la firma.


Dado el gran interés en el avión de combate F-35 de Lockheed Martin entre los socios europeos, con Polonia sellando recientemente un acuerdo para la compra de 32 de esos aviones, el nuevo proyecto militar también se considera como parte de un impulso más amplio para unificar el poderío militar de Europa y reducir su dependencia de los equipos estadounidenses.

A diferencia del Eurofighter, el nuevo FCAS también incluirá una gama de armas asociadas, como enjambres de portaaviones no tripulados (drones) interconectados por una aeronave de nube, vigilancia y comando, misiles de crucero, satélites y estaciones terrestres.

París y Berlín quieren que el primer vuelo del prototipo tenga lugar hacia 2026.

Las empresas europeas se enfrentan a rivales estadounidenses mucho más grandes, como Lockheed Martin, Northrop Grumman y General Dynamics, subrayados por la megafusión de Raytheon y United Technologies anunciada a principios de este mes.

"Existe un desequilibrio cada vez más evidente entre la forma en que Europa está construyendo su industria aeronáutica, espacial y de defensa, y la forma en que está sucediendo en los dos bloques que la están desafiando, Estados Unidos y China", dijo Philippe Plouvier, del Boston Consulting Group de París.

El presidente estadounidense, Donald Trump, ha reforzado aún más el gasto en defensa, que debería alcanzar "un nivel extremadamente alto este año, 700.000 millones de dólares, frente a los 200.000 millones de dólares de 2002", dijo Plouvier.

Los analistas señalan otro problema que frena a los actores europeos: el acceso limitado al dinero en efectivo para financiar el desarrollo de nuevas tecnologías, que será clave para garantizar la disuasión militar en el continente.


Pero como el gasto europeo en defensa sigue estando muy rezagado, los miles de millones que se gastan en EE.UU. y China, Europa podría ver un nuevo impulso para sus propios proyectos militares con la aprobación del presupuesto del Fondo Europeo de Defensa a finales de este otoño, o con el desarrollo ulterior del marco PESCO.

Con la adhesión de Madrid al proyecto franco-alemán inicial, se alcanza un mínimo de tres socios, una condición para financiar la investigación y el desarrollo de proyectos industriales de defensa europeos conjuntos en el marco del Fondo Europeo de Defensa, a los que ahora podrán acceder algunas partes del proyecto a largo plazo.

"Para nosotros es importante que con el tiempo se convierta en un verdadero sistema europeo común de cazas", dijo la ministra de Defensa alemana Ursula von der Leyen al firmar el acuerdo.

"No fue por nada que lanzamos la Unión Europea de Defensa y el Fondo Europeo de Defensa."

Según la propuesta de la comisión de presupuesto del Bundestag alemán para el proyecto, las anteriores naciones Eurofighter como Gran Bretaña, Italia y Suecia, "no iban a ganar por una cooperación".

Francia había explorado la posibilidad de trabajar con Gran Bretaña en el proyecto, reuniendo a las dos mayores potencias militares de Europa. Sin embargo, tras haber perdido la posibilidad de una cooperación plena debido a Brexit, Gran Bretaña lanzó el pasado mes de julio su propio proyecto de caza furtiva Tempest, al que también se han sumado Italia y los Países Bajos, poniendo de manifiesto las divisiones europeas y profundizando el escepticismo sobre el futuro de la cooperación europea en materia de defensa.


Uno de los puntos controvertidos sigue siendo la posible exportación del sistema.

El texto firmado el lunes hace referencia a un acuerdo que París y Berlín deben concluir a finales del verano. Dice que cada país es libre de exportar, a menos que exista una "razón primordial de soberanía o seguridad".

"Estoy firmemente convencido de que el futuro de las exportaciones debe ser europeo", dijo la ministra de Defensa alemana Ursula von der Leyen cuando se le preguntó sobre los cambios en la política de exportación.

"Tendremos que desarrollar una actitud europea común, ya que armonizaremos nuestras fuerzas armadas juntas en la Unión Europea de Defensa, adquiriremos colectivamente sistemas, y aquí, usando el sistema de los aviones de combate como ejemplo, queda claro", dijo a los periodistas.

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