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lunes, 27 de enero de 2020

El Gobierno negocia con Noruega la compra de un submarino

El plan apunta a recuperar la capacidad marítima y reemplazar al ARA San Juan; se desactivó una propuesta que la gestión de Macri venía trabajando con Bolsonaro Fuente: LA NACIÓN - Crédito: Mauro V. Rizzi
El Gobierno celebró ayer la llegada de la Fragata Libertad, tras el viaje de instrucción de sus flamantes 49 guardiamarinas, como "uno de los símbolos que unen a los argentinos y nos representa". Así lo afirmó ayer en la Base Naval Mar del Plata el ministro de Defensa, Agustín Rossi, quien trabaja ya en otro frente sensible para la Armada, vinculada con la tragedia del ARA San Juan.

Aunque no trascendieron abundantes detalles, el Gobierno comenzó gestiones para negociar la "posible compra de un submarino con las autoridades navales de Noruega."

Dejó sin efecto, así, el acercamiento que el gobierno de Mauricio Macri había iniciado con el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, para la cesión de cuatro unidades, en un acuerdo destinado a garantizar el patrullaje conjunto en el Atlántico Sur.

El propio Rossi ratificó ayer que se rendirá un homenaje en el mar a los 44 tripulantes que dejaron su vida en el ARA San Juan. Hace dos semanas había anticipado la voluntad del Gobierno de comprar otro submarino "para que la Armada no pierda su capacidad náutica".

Según pudo saber LA NACION, las negociaciones con Noruega apuntan a la adquisición de un submarino " ya construido y probado en el terreno". La posibilidad de entablar negociaciones con Noruega fue planteada a por la propia Armada Argentina.

Desde la tragedia del ARA San Juan, la Argentina se quedó sin submarinos operativos.

El ARA Santa Cruz, gemelo del ARA San Juan, se encuentra desde hace tiempo desarmado en el complejo Tandanor, sin perspectivas de una inmediata reparación. Y el ARA Salta, que en febrero de 2014 emergió sorpresivamente en medio de una competencia de veleros cerca del Puerto de Mar del Plata, no tiene capacidad para navegar.


Submarinos Clase ULA(Foto Cortesía Armada Real de Noruega)

La opción brasileña

Desde hace dos años, por falta de medios propios, la Armada Argentina realiza el adiestramiento de sus submarinistas en escuelas navales de Perú y de Brasil, a partir de convenios suscriptos para esa finalidad.

Fuentes cercanas a la anterior gestión del ministro Oscar Aguad confirmaron a LA NACIÓN que se habían iniciado conversaciones con Brasil para constituir una fuerza complementaria en materia naval.

Los ministros de Defensa de ambos países firmaron, incluso, una carta de intención en junio de 2019 para el envío de submarinos convencionales a la Argentina, con el objetivo de "recuperar la estratégica herramienta marítima".

"La idea era no competir ni superponernos, sino formar una fuerza complementaria. Brasil avanzaba en la incorporación de un submarino nuclear y cedía a la Argentina cuatro submarinos IKL, de origen alemán, para su reparación, mantenimiento y puesta puntos en Tandanor", explicó la fuente a LA NACION.

La intención compartida era garantizar la vigilancia marítima en el Atlántico Sur, desde el norte de Brasil hasta Ushuaia, una zona estratégica, en la que preocupa la presencia ilegal de embarcaciones.

La propuesta del gobierno de Macri era extender esta modalidad de intercambio al resto de las Fuerzas Armadas, con barcos y aviones, e incluir también a Chile, aunque el gobierno de Bolsonaro prefería la negociación bilateral.

Las tratativas quedaron en el camino luego de la derrota electoral del gobierno argentino en las PASO de agosto. Durante el período de transición, según pudo saber LA NACION, Aguad le transmitió la propuesta a Rossi, pero las nuevas autoridades de Defensa, en virtud de las diferencias de Bolsonaro y su entorno con Alberto Fernández, discontinuaron la posibilidad.

Aunque la gestión de Juntos por el Cambio consideraba que la propuesta era de "buena calidad y bajo costo", fuentes de la Armada comentaron a LA NACION que no había acuerdo sobre dónde realizar las reparaciones. "Brasil proponía hacerlo en su astillero naval y la Argentina sostenía que, al menos, uno debía ser reparado en Tandanor".

No había coincidencias, al parecer, en otro tema sensible: el estado de las baterías. "Si había que cambiarlas, había que pensar en una inversión de más de un millón de dólares", reveló la fuente naval.

Por: Mariano De Vedia

LA NACION

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