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miércoles, 20 de mayo de 2020

Conoce a la I.A.E. 27 Pulqui I: El intento de Argentina de fabricar su propio avión de combate

¿Qué ha pasado con él?

  • Punto de vista: El jet fue un diseño interesante que se basó en la experiencia de un colaborador nazi francés. Sin embargo, nunca terminó de entrar en producción completa.

Después de la Segunda Guerra Mundial, Argentina se ganó la reputación de acoger a personajes de pasado a cuadros. No sólo era un refugio para los nazis que huían de la justicia, sino que resulta que Argentina recurrió a los científicos del Reich y a traidores franceses para construir un avión de combate en la década de 1940 basado en un diseño originalmente destinado a la Luftwaffe de Hitler.

La historia comienza en los últimos días del Tercer Reich en 1945, cuando del barco de estado nazi que se hundía surgió una corriente de criminales de guerra alemanes y colaboradores europeos que huían de una merecida celda de prisión o de un lazo de ahorcado. Con la complicidad del régimen fascista del presidente argentino Juan Perón, así como del Vaticano, muchos se dirigieron a Sudamérica, donde los gobiernos ofrecieron refugio y protección.

Foto: Dirección de Estudios Históricos de la Fuerza Aérea Argentina

Una de esas naciones fue Argentina. Un diseñador de aviones francés, Emile Dewoitine, se refugió allí. Su creación, el caza D.520, fue el mejor caza francés que enfrentó a la Luftwaffe durante la Batalla de Francia. Pero después de la rendición de Francia, Dewoitine colaboró con los nazis para construir aviones de entrenamiento para uso de la Luftwaffe. Acusado por el gobierno francés de posguerra de traición, Dewoitine huyó a España y luego a Argentina.

Fuente y Fotos: Dirección de Estudios Históricos de la Fuerza Aérea Argentina
El avión I. Ae 27 Pulqui junto a su piloto Capitán Edmundo Osvaldo Weiss

Allí trabajó con ingenieros argentinos para desarrollar el I.Ae. 27 Pulqui I, el primer avión a reacción diseñado y construido en América Latina. Con alas de retroceso, un solo motor a reacción Rolls Royce y un tren de aterrizaje triciclo, el Pulqui I parecía tan moderno como cualquier otro producido en los talleres soviéticos o americanos de la época. 

 I.Ae. 27 Pulqui I en el museo Aeronáutico Nacional

Pero con una velocidad máxima de sólo 447 millas por hora -aproximadamente la misma que un P-51 Mustang- y unas terribles cualidades de vuelo, los argentinos sólo construyeron un prototipo
 

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