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miércoles, 23 de septiembre de 2020

FAdeA: actor clave en el desarrollo de VANT´s argentinos


Los drones, o Vehículos Aéreos No Tripulados (VANTs) son una tecnología que no para de crecer en todo el mundo y que según los especialistas del sector jugará un papel fundamental en el futuro de la aviación militar y civil por los múltiples usos que pueden desempeñar.


Es por ello que FAdeA, la principal empresa aeronáutica argentina y una de las más importantes de Latinoamérica, no podía quedar al margen de su desarrollo en nuestro país. Así, gracias a la capacidad que tiene para gestionar y conducir procesos de producción en serie, la fábrica cordobesa se erige como un actor central y estratégico en los distintos proyectos motorizados por el Ministerio de Defensa y la Secretaría de Ciencia, Tecnología y Producción para la Defensa.

El universo de los VANTs se divide, en función de su tamaño y usos, en tres grandes conjuntos: clases 1, 2 y 3. El Gobierno Nacional decidió motorizar el desarrollo de VANTs de cada una de estas categorías y así cubrir todas las necesidades que tiene nuestro país en materia de defensa, seguridad interior y otro sinnúmero de aplicaciones en ámbitos militares y civiles.

FAdeA tiene en avanzado estado de desarrollo dos proyectos pertenecientes a los VANTs clase 1 -los más pequeños y con un peso de hasta 150 kg-, el P-35 y el Lipán.

P-35

Inicialmente estos dos sistemas fueron desarrollados de forma pionera por el Ejército Argentino para para obtener información militar de uso táctico, siendo el Lipán el primer VANT de su tipo en toda América Latina. Sin embargo, no es lo mismo hacer un diseño y fabricar unas pocas unidades del mismo que encarar la producción seriada de un dispositivo complejo y con múltiples subsistemas incorporados, como son los VANTs de uso militar. Por ello, una vez que el Estado Mayor Conjunto determinó cuales eran los requerimientos operativos de las tres Fuerzas Armadas para este tipo de dispositivos, el MINDEF determinó que lo más adecuado era que ambos proyectos fueran continuados, por FAdeA y por FM.


Actualmente el equipo de ingenieros y especialistas de FAdeA está finalizando los trabajos necesarios para llevar al P-35 y al Lipán a la etapa de producción en serie. Estas tareas son tan laboriosas como el mismo desarrollo del prototipo e incluyen la estandarización y revisión de sus componentes, la optimización de los diferentes sistemas de operación y la obtención de la certificación de la Dirección de Aeronavegabilidad Militar, entre otras necesidades.


Tanto en el P35 como en el Lipán están fabricados con el mismo tipo de material compuesto, carbono y fibra de vidrio, sin embargo su diseño obedece a distintos requerimientos operativos por lo cual entre ellos hay notorias diferencias de tamaño y otras características.

El P35 es un sistema de reconocimiento cercano y diurno, pensado para ser utilizado en situaciones militares en donde la celeridad de movimiento es fundamental y que le permite a una patrulla de una fuerza armada adentrarse en un terreno que no está controlado, y poder tener observación, imágenes y video en tiempo real, de hasta 10 km más adelante y ver la situación del potencial enemigo que se encuentre en esa zona. Fue diseñado para ser transportado desarmado por dos personas dentro de sendas mochilas. Puede ser desplegado en cualquier zona, ensamblado rápidamente, y no necesita pista de despegue, ya que es lanzado a mano sin necesidad de ningún otro elemento. Tiene 1.40 m de envergadura, pesa 5 kg y puede llevar una carga útil de 1 kg. El motor es eléctrico y puede volar a 400 m de altura. Cada sistema incluye dos artefactos y la estación que permite su control desde tierra. Además tiene piloto automático y un plan de vuelo que se realiza de forma autónoma.


Por su parte, el Lipán fue concebido para otro tipo de misiones y por eso tiene características diferentes a las del P35. Tiene una envergadura cercana a los 4.5 metros, un alcance que ronda entre los 70 y los 100 km, una autonomía de 4 horas y su carga útil es de unos 10 kg. Para el despegue y aterrizaje necesita de una pista y requiere mayor cantidad de personal que el P35 para poder operarlo. Sin embargo, sus mayores dimensiones le otorgan grandes beneficios operativos ya que puede adentrarse mucho más que el P35 en el terreno a monitorear y además puede llevar una carga de sensores más amplia, como cámaras estabilizadas o térmicas para visión nocturna, lo cual le permite tener otros usos, entre ellos vigilar y patrullar grandes extensiones, como zonas fronterizas o costeras.

Si bien fueron concebidos dentro del plano militar, ambos dispositivos también ofrecen innumerables posibilidades de uso en el ámbito civil,
ya que, entre otras tareas, pueden funcionar como enlaces de radio, prevención y combate de incendios, monitoreo de siembras o asistencia en emergencias humanitarias y zonas de catástrofe.


Uno de los objetivos que persigue el Estado Nacional desde que renacionalizó la fábrica en el año 2009 es que FAdeA, al igual que durante las décadas del ‘40 y el ’50, se convierta en el motor de la industria aeronáutica argentina promoviendo la aparición de nuevas PyMEs en el sector y potenciando el crecimiento de las que ya existen. Los distintos proyectos que encaró la empresa cordobesa en estos últimos años, como la fabricación de piezas en material compuesto para el Embraer KC-390 o la reactivación de la línea de producción del avión de entrenamiento avanzado Pampa, están orientados en esa línea, y a ellos se suma ahora la producción en serie del P35 y del Lipán. Dentro del ámbito aeronáutico, los desarrollos de sistemas de aviones no tripulados funcionan como elementos integradores de primer orden, por eso mediante este proyecto FAdeA avanzará en el desarrollo de una red nacional de proveedores de componentes y software que permitirá dar soporte a una industria con gigantescas perspectivas a nivel regional y mundial.

Fuente:https://www.fadeasa.com.ar

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