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El gigante surcoreano Samsung presentó el diseño de la nueva versión del Galaxy S20 que prevé suministrar a los militares y a las autoridades de EEUU. Según la empresa, este dispositivo móvil es un "gran salto adelante en la movilidad táctica".
Cada aspecto de este teléfono —desde una encriptación extra hasta una comunicación sin conexión a la red— se diseñó de tal manera que fuese lo más práctico posible en la implementación de las tareas de campo.
El nuevo Galaxy S20 Tactical Edition no está disponible para el público general y solo puede adquirirlo el Departamento de Defensa y el Gobierno Federal de EEUU a través de unos canales específicos.
Su diseño se basó en el del anterior teléfono militar S9, y representa un "gran salto adelante en la movilidad táctica". De acuerdo con la empresa, las pruebas de campo han demostrado que es el único dispositivo que el usuario final necesitará para poder planificar sus misiones, entrenarse y realizar operaciones. Además, es apto para el uso diario.
El nuevo Galaxy S20 puede conectarse a varias estaciones de radio para mantener abierta la comunicación y apoyar los telémetros de láser y, así, controlar la misión. Si bien es un teléfono móvil, el usuario también es capaz de conectarlo a un monitor para planificar el trabajo.
Este Samsung Galaxy S20 Tactical Editiones un "gran salto adelante en la movilidad táctica", según la empresa
La batería inteligente permite ahorrar energía optimizándola. Cuando se pulsa un botón especial en el lateral, el dispositivo inicia rápidamente las aplicaciones de la misión. La pantalla táctil también es lo suficientemente sensible como para reconocer los toques con guantes.
Los principales líderes de la Fuerza Aérea de EE.UU. fueron testigos de la primera demostración de un tipo de avión completamente nuevo - el avión eléctrico de despegue y aterrizaje vertical (eVTOL) en el Campamento Mabry, el 20 de agosto.
El 21 de agosto, la Fuerza Aérea anunció que la Secretaria de la Fuerza Aérea Barbara Barrett, el Jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea, el General Charles Q. Brown, Jr., y la Sargento Mayor de la Fuerza Aérea JoAnne S. Bass se reunieron para ser testigos de los avances en un transporte de personas totalmente autodestructivo desarrollado por el Avión Elevador.
De acuerdo con un reciente comunicado de prensa del servicio, los principales líderes de la Fuerza Aérea se reunieron con sus anfitriones de la Guardia Nacional de Texas y el personal de AFWERX para ver la primera demostración de vuelo de Agility Prime ORB.
La demostración fue presentada por LIFT Aircraft, una empresa de Texas que recibió un contrato de Investigación para la Innovación de Pequeñas Empresas (SBIR), como una de las primeras empresas de su tamaño en unirse a la "Carrera Aérea hacia la Certificación" de Agility Prime.
El avión se parece a un gran zángano con 18 juegos de hélices, motores y baterías. Tiene un asiento para el piloto y pesa sólo 432 libras - lo que lo califica como un Ultraligero Potenciado por la FAA, por lo que no se requiere licencia de piloto para volar.
Los aviones eléctricos multirotor vuelan utilizando algo llamado propulsión eléctrica distribuida (DEP), que permite controlar un avión simplemente variando la velocidad de los múltiples motores eléctricos, una tarea que se realiza mediante ordenadores de control de vuelo.
"El piloto no vuela la aeronave en el sentido de los helicópteros tradicionales y los aviones de ala fija" dice Colin Guinn, un pionero de la industria de los aviones no tripulados que ha ocupado puestos de liderazgo en DJI, 3D Robotics y Hangar Technologies. "Con los aviones DEP, al igual que con los drones, la computadora de vuelo mantiene la aeronave estabilizada y el piloto sólo proporciona entradas de control utilizando un joystick"
Foto de Staff. Sargento Sean Kornegay
Agility Prime es un programa con una visión de impacto mundial", dijo Barrett durante el lanzamiento del programa en abril de 2020. "La idea de un vehículo eléctrico de despegue y aterrizaje vertical - un coche volador - puede parecer sacada de una película de Hollywood, pero al asociarnos hoy con las partes interesadas de todas las industrias y agencias, podemos establecer los Estados Unidos para este fenómeno aeroespacial".
En el calor de la tarde, Matthew Chasen, director ejecutivo del LIFT, piloteó el Hexa sobre el patio de armas de Camp Mabry, a pocos kilómetros del centro de Austin.
Ahora tenemos más de quince de los principales fabricantes de aviones del mundo solicitando asociarse con Agility Prime, y muchos de ellos ya están contratados", dijo el coronelNathan Diller, director de AFWERX y líder de Agility Prime. "Este vuelo de hoy marca la primera de muchas demostraciones y pruebas de vuelo a corto plazo diseñadas para reducir el riesgo técnico y prepararse para el lanzamiento de Agility Prime en 2023". Fuente:https://defence-blog.com
Si bien el aumento de las operaciones de bombarderos pesados de la Fuerza Aérea de los EE.UU en la región del Pacífico ha atraído una atención significativa en los últimos meses, también se han intensificado actividades similares en Europa.
Un impresionante grupo de seis bombarderos B-52H Stratofortress, que ahora se encuentran en un despliegue a corto plazo en el Reino Unido, voló recientemente junto con los aviones de combate noruegos F-35A Joint Strike Fighters y F-16AM Viper. La llegada de los bombarderos, todos los cuales parecen tener capacidad nuclear, parece haber tenido la intención, al menos en parte, de ser una señal dirigida a Rusia.
La Real Fuerza Aérea Noruega, o Luftforsvaret , publicó imágenes y videos de los aviones en vuelo el 24 de agosto de 2020, pero no dijo cuándo ni dónde tuvo lugar el evento. Ninguna de las imágenes mostraba los F-35 que, según los informes, participaron en las misiones de entrenamiento. Un ejercicio igualmente grande que involucró a cinco B-52H y F-16AM noruegos el año pasado tuvo lugar sobre el Mar de Noruega.
6 American B-52 Stratofortress bombers trained together with Norwegian fighters. pic.twitter.com/jSWjVTngz7
«Estoy feliz de que nuestros amigos estadounidenses elijan practicar y entrenar en nuestras áreas locales», dijo en un comunicado el mayor general del ejército noruegoEirik Kristoffersen, el actual jefe de Defensa del país. «Es importante que conozcan las condiciones noruegas y puedan operar con nosotros si es necesario».
Los bombarderos tomaron una ruta polar que los vio sobrevolar Canadá y Groenlandia, antes giraron hacia el sur y volaron a través del Mar de Noruega y el Mar del Norte. Fairford es un lugar común para los despliegues de bombarderos estadounidenses de corta duración en Europa y tiene plataformas de alerta y otras instalaciones capaces de soportar los grandes aviones
USAF B-52Hs TORE51 flight of 6 departed Minot AFB, North Dakota for RAF Fairford, England via Greeland and the Norwegian Sea. It appears this is a new Bomber Task Force deployment. pic.twitter.com/0bLLolCzt7
Si bien, como se señaló, los despliegues de bombarderos de la Fuerza Aérea y las salidas de largo alcance a Europa son cada vez más comunes, este último grupo de B-52H también parece haber tenido la intención de enviar un mensaje dirigido principalmente a Rusia. Los expertos y observadores señalaron que los seis bombarderos en este despliegue parecen tener capacidad nuclear (algunos de los B-52H no lo son), lo cual es inusual para este tipo de despliegues) Fuente:https://www.transponder1200.com
Unidades pertenecientes a la División Patrullado Marítimo detectaron y acompañaron un buque de la Armada de Estados Unidos.
En navegación – Durante las primeras horas de la mañana del pasado sábado, a unas 100 millas náuticas de la costa marplatense, el patrullero oceánico ARA “Bouchard” tomó contacto con el buque de la Armada de Estados Unidos de América USS «Tripoli» (LHA-7) que navegaba hacia el Estrecho de Magallanes.
Tras darle la bienvenida a la Zona Económica Exclusiva de responsabilidad argentina, lo acompañó por algunas horas, para luego continuar con sus tareas de control de los espacios marítimos.
El domingo, en tanto, hizo lo propio la corbeta ARA “Granville” que detectó a la unidad militar a unas 200 millas náuticas de Trelew. Acompañó la derrota por un par de horas y lo despidió deseándole una buena travesía hacia el Estrecho de Magallanes.
El USS «Trípoli» es un buque de asalto anfibio construido recientemente en los astilleros de Pascagoula en Mississippi, que se encuentra realizando su primer viaje por Latinoamérica.
En ocasión de su encuentro eventual con las unidades de la Armada Argentina pertenecientes a la División Patrullado Marítimo, estaba realizando una navegación de traslado hacia el Sur, para continuar por el Océano Pacífico con destino a la Base Naval de San Diego en California.
El titular de la Fuerza Aérea dialogó con DEF sobre las misiones realizadas en el marco de la pandemia, los desarrollos estratégicos que buscan concretar y el recuerdo del piloto Gonzalo Britos Venturini ocupó un lugar especial durante la charla.
El brigadier y actual jefe de la Fuerza Aérea Argentina en diálogo exclusivo con DEF. Foto: Fernando Calzada.
Días antes de haberse desatado la pandemia, el brigadier Xavier Isaac asumía como jefe de la Fuerza Aérea Argentina (FAA). No imaginó, por entonces, que le tocaría comandar en un contexto cargado de desafíos.
“A las Fuerzas Armadas, como a todos, si bien nos sorprendió este tipo de amenaza, nos encontró preparados y entrenados para enfrentarla”, detalla el exagregado aeronáutico en Washington y exdirector general de Planes, Programas y Presupuesto de la Fuerza.
-¿Qué desafíos supuso el tener que desplegarse en apoyo de la pandemia desatada por el COVID-19?
-Si bien esta situación es muy particular, la Fuerza Aérea Argentina se prepara para estos escenarios. Incluso, en materia de catástrofes, participamos en ejercicios con otros países. La pandemia nos encontró en un momento en el que afortunadamente contábamos con aviones y material en servicio, que nos permitieron llevar adelante un gran esfuerzo. Sin temor a equivocarme, creo que cumplimos con el 100 por ciento de las misiones encomendadas.
-¿Con qué medios contaron para llevar adelante las diferentes misiones?
-Nuestros caballos de batalla fueron los Hércules C130, Fokker F28, los helicópteros Bell 412 para la observación nocturna en apoyo a las fuerzas de seguridad, entre otros. También empleamos, para el traslado de insumos en Córdoba, las aeronaves de la Escuela de Aviación.
Es destacable que, en su página oficial, la empresa Cessna mencionó cómo nuestros pequeños aviones C182, construidos por ella, participaban como auxilio en la pandemia llevando insumos a Río Tercero. Del mismo modo, nuestro Hospital Militar Reubicable está cumpliendo un rol fundamental en esta pandemia.
Además, en este contexto, nunca dejamos de llevar adelante la misión principal, que es el control del espacio aéreo, para la cual mantuvimos nuestra presencia permanente en la “Operación Fronteras”.
En síntesis, creo que, en medio año, debido a la pandemia, llevamos volado lo que podríamos haber volado en un año completo.
-En todo ese contexto, ¿cómo se trabajó en la base antártica Marambio?
-Fue el primer lugar de Argentina en el que se aplicaron, antes que en ningún otro, protocolos para evitar la llegada del COVID-19. Incluso, tuvimos que llevar adelante los relevos parciales, siguiendo todas las medidas para evitar el contagio, que podría haber sido muy problemático.
Por ejemplo, además de la cuarentena previa, nuestras tripulaciones fueron testeadas y, en algunos casos, el personal ni siquiera descendió del avión para evitar el contacto con la dotación de la base. A fines de año, está previsto el recambio de la dotación, para lo cual tendremos que ser muy cuidadosos.
Desarrollos estratégicos
-Hay dos áreas que comienzan a tener cada vez más peso en las Fuerzas Aéreas de todo el mundo: la espacial y la ciberdefensa. ¿Qué peso tendrán estos temas en su gestión?
-Respecto de la ciberdefensa, tenemos perfectamente claro lo importante que es. En nuestra orgánica, está la Dirección de Ciberdefensa creada a tal fin, con gran cantidad de tecnología incorporada en estos últimos años.
“La Fuerza Aérea Argentina se prepara para estos escenarios como la pandemia y otras catástrofes”, afirma el brigadier Xavier Isaac. Foto: Archivo DEF.
Consideramos que, como está planteado el escenario mundial actual, la seguridad de nuestras redes de información es un tema trascendente. En este contexto, estamos en permanente coordinación con la Subsecretaría de Ciberdefensa del Ministerio.
En relación con el espacio, la Fuerza Aérea Argentina tiene como objetivo relacionarse nuevamente con la actividad espacial. Es una materia pendiente que no debemos prorrogar más. Tenemos que participar del Plan Nacional de Acceso al Espacio, ya que, si bien dicho ámbito es de uso civil y pacífico, el componente militar es importante en lo relativo a la seguridad de las comunicaciones, o por ejemplo, en el mapeo particular de ciertas zonas, que permitirá efectuar el relevamiento con vista a determinadas operaciones. Lo tenemos en carpeta y no lo vamos a dejar de lado.
-Suelen cuestionar a la Fuerza por mantener en servicio aviones con cierta antigüedad. Sin embargo, en el mundo, muchas Fuerzas Armadas hacen lo mismo…
-El avión debe ser bien mantenido. Con similar cantidad de años que nuestras aeronaves, en el mundo, dichas máquinas están en un promedio de 40.000 o 50.000 mil horas voladas por avión. En nuestro caso, están en alrededor de 15.000. Este es un dato contundente.
Se cuestiona el mantener en servicio el F-28 y el hacer volar, de nuevo y eventualmente, al F-27. Sin embargo, el Hércules tiene tantos años como esos aviones y, en algunos casos, el sistema posee aun más horas de vuelo. Lo que importa es el estado general de la aeronave, su mantenimiento, y no tanto su año de fabricación. Como dije, el Hércules es un buen ejemplo.
-¿Es factible lo de los F-27?
-El tema aún se encuentra bajo un proceso de análisis. Cuando hablamos de reflotar y recuperar un avión, se busca asesoramiento, no solo de los estudios de ingeniería y logística, sino de los operadores del sistema. Estamos en permanente contacto con ellos y seguimos su evolución.
Isaac sobre la ciberdefensa: “Consideramos que, como está planteado el escenario mundial actual, la seguridad de nuestras redes de información es un tema trascendente”. Foto: Fernando Calzada.
Hemos recabado información actualizada para este proyecto. La empresa Fokker está en capacidad para certificar los trabajos y enviar los repuestos necesarios. Por otra parte, hay empresas certificadas que pueden efectuar la recorrida de los motores y dejarlos a nuevo. Es un esfuerzo; lo estamos estudiando, no es imposible.
-Modernizar sería la clave.
-Hay muchas fuerzas aéreas que vuelan aviones de 50 años o más. Por ejemplo, la Fuerza Aérea de Estados Unidos lo hace con sus B-52 o T-38. Por supuesto, nuestra Fuerza necesita reequiparse, comprar equipos nuevos, pero ello no implica descartar lo que ya tenemos.
Hay que modernizar, como lo hacen también las otras fuerzas aéreas del mundo. Por ejemplo, un Hércules nuevo sale 80 millones de dólares. Yo no me ruborizo cuando busco recuperar o modernizar un avión, lo fundamental es que respete los estándares de seguridad requeridos. La idea es no perder más capacidades, como, por ejemplo, cuando se desprogramaron los Boeing 707 y nos quedamos sin transporte aéreo estratégico. Muchas veces apostamos a desprogramar para comprar algo nuevo y, por una causa u otra, nos quedamos sin nada, a mitad de camino.En este sentido, tenemos grandes proyectos por desarrollar con FADEA.
-¿Qué lugar tendría la industria nacional en esos planes?
-Reequipar es recuperar y es apostar a la industria nacional, tanto con FADEA como con INVAP. Detrás de ellos, hay gran cantidad de pymes que pueden beneficiar a todo el proceso de reequipar y actualizar, que es tan beneficioso, en muchos casos, como comprar.
Fightinghawk despegando.
Vamos a continuar con el proceso de recuperación de varios sistemas de armas, que nos permita contar con la mayor cantidad de aeronaves en servicio. No solo el mantenimiento de lo que está en línea de vuelo, sino levantar los porcentajes de disponibilidad de nuestro material.
Sí considero importantísimo recuperar la capacidad de interceptación supersónica a través de la adquisición de un avión caza, multirrol, de cuarta generación. La idea es poder tener, al menos, un contrato firmado a tal fin en el corto plazo.
-¿Cómo repercute esa intención en el personal?
-Reequiparnos es fundamental, como también recuperar la capacidad de mantenimiento con nuestra gente. Eso es innegociable. Durante años, hemos tercerizado, lo que nos llevó a erogar muchísimos recursos y nos impidió volar más o tener más aviones en la línea. La gestión de los recursos es fundamental.
Recientemente, el ministro de Defensa anunció la compra de un Boeing 737, que podría ser utilizado para el transporte de nuestros Cascos Azules, por ejemplo.
-Eso es correcto; este avión sirve como medio de transporte estratégico. Incluso, en esta pandemia, podría haber sido de gran utilidad: en la mitad del tiempo, por la mitad del gasto, podríamos haber trasladado al doble de personas.
-¿Qué otras aeronaves se sumarán?
-Tenemos también firmada una carta de intención conEE.UU para la incorporación de 10 aviones C-12 Hurón: bimotores de 12 pasajeros y con capacidad de carga.
“Se cuestiona el mantener en servicio el F-28 y el hacer volar, de nuevo y eventualmente, al F-27. Sin embargo, el Hércules tiene tantos años como esos aviones y, en algunos casos, el sistema posee aun más horas de vuelo”, sostiene Isaac. Foto: Archivo DEF.
Con estos aviones, buscamos tener mayor movilidad entre nuestras unidades con un medio económico y eficiente. Por ejemplo, hoy, para trasladar de modo urgente un repuesto, debemos recurrir indefectiblemente a medios más caros en su operación (C-130, F-28, etc.). Estamos abocados a optimizar la relación costo-beneficio de nuestras operaciones al máximo.
-¿Tienen la capacidad de llevar adelante vuelos sanitarios?
-Sí, este año acondicionamos un Learjet 35 para aeroevacuación de alta complejidad, incluso ya hemos hecho vuelos para el INCUCAI. Asimismo, agradezco al Ejército Argentino, que proveerá los terapistas que cada operación requiera. Eso también es conjuntez.
-¿Poseen desarrollos propios de drones?
-Tenemos varios proyectos propios que descartan la compra en el extranjero. La idea es apostar a lo que se pueda producir en el país. En ese sentido, la Dirección General de Investigación y Desarrollo de la Fuerza está llevando adelante, entre otros proyectos, un UAV Clase II, denominado “Vigía”, de empleo táctico, cuyas características son: 350 kg máximo de despegue, techo aproximado de 20.000 pies y una autonomía superior a ocho horas.
Próximamente lo probaremos en Chamical y la idea es mostrarlo en una demostración allá por octubre. Eso nos va a servir para mejorar la cobertura de nuestro espacio en el norte. Es una herramienta eficiente y tiene grandes prestaciones para vigilancia y control, con los sensores adecuados.
Las preocupaciones del personal de la Fuerza
-¿Qué ocurre con los profesionales que migran hacia el sector privado?
-Eso es un fenómeno mundial. Les pasa a todas las fuerzas aéreas del mundo, en mayor o menor medida. A esa tendencia, nosotros le sumamos que, por la escasez de material, teníamos una falta de horizonte profesional para nuestra gente: durante años, volamos y operamos poco, lo que provocó una pérdida de sentido de pertenencia que estamos, desde hace un tiempo, tratando de revertir con gran énfasis.
Se nota mucho en los aviadores, pero también tuvimos una sangría grande con nuestros especialistas técnicos. Sin embargo, últimamente, escuché hablar con pasión sobre sus aeronaves tanto a los mecánicos como a los otros operadores de los sistemas. Considero que el Fondo Nacional de la Defensa (FONDEF) va a darnos el impulso necesario, al materializar un cambio fundamental para nuestros proyectos por los recursos que aportará.
-¿Cómo fue recibido el anuncio que hizo el presidente de la Nación sobre el blanqueo salarial?
-Fue una gran noticia. Cuando los nuevos jefes de estado mayor de las FF.AA. asumimos, el presidente ya nos había manifestado su intención de ocuparse de ese tema y efectivamente cumplió con lo expresado en esa oportunidad.
Para el jefe de la Fuerza Aérea, reequipar los aviones es “recuperar y apostar a la industria nacional”. Foto: Fernando Calzada.
-Se está discutiendo la ley para el personal militar. En ese contexto, a la hora de pensarse como instrumento, ¿qué tipo de fuerza se busca?
-La FAA tiene que aspirar, en el corto, mediano y largo plazo, a ser eficiente en el uso de nuestros recursos y recuperar todas nuestras capacidades. Tiene que tener los medios adecuados, ya sea por incorporación, modernización o recuperación, para ejercer nuestra misión principal: el control del espacio aéreo. Entendemos que eso es lo que necesita la Nación. Por supuesto, las operaciones conjuntas son una prioridad. En este aspecto, estamos muy bien encaminados. La ley de reestructuración que estamos analizando busca aggiornar y no cambiar per se. Hay muchos aspectos que son parte de las nuevas FF.AA., como por ejemplo el rol de nuestras mujeres, nuestros soldados voluntarios en lugar del Servicio Militar obligatorio, etc.
Respecto a dicha ley, tenemos que lograr que ese cuerpo legal esté acomodado a los tiempos y, nosotros no podemos perder el objetivo de que tenemos que seguir sirviendo a la Patria a través de un efectivo control de la soberanía aeroespacial.
“Sentimos la pérdida de nuestro Halcón”
-¿Cómo se vivió la noticia del fallecimiento del piloto Gonzalo Britos Venturini?
-Fue un hecho lamentable. Siempre honramos a nuestros caídos, en este caso a nuestro Halcón que se nos fue temprano. El impacto en la sociedad que tuvo su pérdida nos sorprendió sobremanera.
-Justo sucedió unos días antes del 10 de agosto, aniversario de la Fuerza Aérea…
-Fue un contexto difícil. Creímos que un respetuoso silencio sería un buen homenaje. Sentimos la pérdida de nuestro joven guerrero. Aun así, seguimos con todos nuestros despliegues, operaciones y obligaciones en curso. Gonzalo Britos Venturini era un excelente piloto, gran profesional y mejor persona.
-¿Suele haber accidentes?
-Empecé mi carrera a los 18 años, y en varias ocasiones debí acompañar a familiares y amigos de mis camaradas caídos en situaciones como esta. El vuelo militar y, particularmente, el de combate es desafiante y tiene un alto grado de riesgo. Los pilotos lo asumimos y lo reducimos a su mínima expresión entrenando, estudiando y adiestrándonos con altas exigencias. Por supuesto, hay eventualidades que pueden pasar. Entrenarse para combatir en el aire exige capacidades que no son comunes en todas las profesiones, por ello son tan pocos los que llegan a volar una aeronave de combate.
-Luego del accidente, el ministro Agustín Rossi dijo que ningún avión de la Fuerza Aérea sale sin estar en condiciones óptimas…
-Nosotros volamos los aviones en perfecto estado. Si no lo están, no salen del hangar. Tenemos una Dirección de Aeronavegabilidad que exige trazabilidad en todos los componentes de una aeronave. Además, las inspecciones se hacen como manda el manual del avión: cada determinada cantidad de horas de vuelo, debe pararse y desarmarse para ser analizado. Si la aeronave está en condiciones, sale a volar.
“Gonzalo Britos Venturini era un excelente piloto, gran profesional y mejor persona”, dijo Isaac sobre el piloto que murió en Córdoba a principios de este mes. Foto: Archivo DEF.
La FAA no vuela aviones inseguros ni inservibles. ¿Que se necesitan aeronaves nuevas?, absolutamente, pero las que tenemos no están en malas condiciones. Permanentemente aspiramos a mayor presupuesto de funcionamiento, ya que de nada vale comprar sistemas nuevos si luego no se pueden volar por un costo excesivo en logística, operación y mantenimiento.
-Hay un grupo de mecánicos detrás de las aeronaves, ¿no?
-Tenemos grupos técnicos de excelencia. El mecánico tiene el orgullo de mantener su máquina. Para ellos, es un desafío ponerla en servicio en la línea de vuelo para que el piloto se suba. Para ellos, es su vida. Decir que volamos aviones mal mantenidos, para mí, es una ofensa para nuestro personal. Lo mismo se traslada a todo el personal de la institución, sea cual sea la tarea que deban llevar a cabo.
“La vida en la Fuerza Aérea es un árbol de frutos muy dulces”
-En lo personal, y teniendo en cuenta que su hermano es un héroe dentro de la Fuerza, ¿cómo lo marcó la guerra de Malvinas?
-En la época de la guerra, era cadete de tercer año en la Escuela de Aviación. Siempre porté con orgullo mi apellido y, de alguna manera, en la Fuerza, ser el hermano de uno de los máximos héroes, sobreviviente del ataque al portaviones HMS Invincible, fue un aspecto que hizo que me exigiera al máximo, por su legado y el de todos nuestros héroes malvineros.
-¿Qué le diría al joven cadete Isaac que recién ingresaba en la Fuerza?
-Una vez, estando en la Escuela de Aviación, un jefe me dijo: “La vida en la Fuerza Aérea es un árbol de raíces muy amargas y de frutos muy dulces”. Esa expresión se grabó a fuego en mí . La vida de cadete puede ser dura, el cambio del estado civil al de militar implica también grandes sacrificios, pero el recorrido posterior fue altamente gratificante. En síntesis, disfruté al máximo mi vida como oficial.
Por otra parte, la Fuerza Aérea da a sus integrantes grandes oportunidades, desde lo profesional hasta lo personal. Permite a nuestros hombres y mujeres, civiles y militares la chance de desarrollarse, conocer el mundo, compartir operaciones y experiencias con otros países y otras culturas y, en definitiva, conformar un equipo único por sus virtudes.
Como institución, nuestro personal ha desplegado en numerosas oportunidades a diversos países a realizar diferentes tareas y, como se ha visto en esta pandemia, todos y cada uno de nuestros integrantes lo ha hecho con profesionalismo y vocación. No podría estar más orgulloso de ellos. Puedo asegurar que mi recorrido en esta gloriosa Fuerza Aérea ha sido gratificante. Sin dudas, valió la pena. Fuente:https://www.infobae.com
Turquía se está preparando para iniciar la producción de un nuevo avión no tripulado de gran altitud y larga duración, con la esperanza de ampliar su alcance militar en la región y compensar, aunque sea parcialmente, la pérdida de los aviones F-35 de nueva generación tras una disputa con Washington.
Baykar Makina, una empresa propiedad de la familia de Selcuk Bayraktar, el joven yerno del presidente Recep Tayyip Erdogan, anunció el 14 de agosto que el segundo prototipo de la variante de gran altitud y larga duración del avión no tripulado Akinci, cuyo nombre significa “raider” en turco, había completado con éxito los vuelos de prueba y estaba listo para su producción.
Un techo de servicio de 40 mil pies y 24 horas de resistencia hará que el nuevo dron sea inmune a los sistemas de defensa aérea de corto alcance y le proporcionará un radio de operación de 600 kilómetros (373 millas). Tendrá un peso máximo de despegue de 4,5 toneladas y una capacidad de carga útil de 1.350 kilogramos, 900 kilogramos en el exterior y 450 kilogramos en el interior, y estará propulsado por dos motores turbohélice ucranianos Ivchenko-Progress AI-450C, cada uno de los cuales generará 550 caballos de fuerza. Hasta ahora Turquía ha importado 12 de estos motores de Ucrania, su principal socio en el campo de la tecnología de los drones.
Avión no tripulado Akinci
Algunos pueden preguntarse cuál es el gran problema de un dron que, al final del día, es bastante engorroso, con una velocidad de no más de 400 kilómetros por hora. Pero Ankara tiene grandes expectativas sobre lo que el dron podría ofrecer.
Ankara ve al Akinci como su principal vehículo aéreo para tareas de adquisición de objetivos de inteligencia-vigilancia (ISTAR) y mando-control-comunicación (C3) en la próxima década. El avión teledirigido estará equipado con sistemas de desarrollo autóctono, entre ellos un radar activo multifuncional de barrido electrónico, un radar SAR/GMTI, un sistema de vigilancia de área amplia, guerra electrónica, un conjunto de inteligencia electrónica y de señales y sistemas de comunicaciones por satélite fuera de la línea de visión, cuya suma hace que el Akinci sea el mejor activo de ISTAR+C3 que haya tenido el ejército turco.
Además, el avión teledirigido puede ser armado con una amplia gama de municiones aire-tierra, incluidas las bombas de uso general MAM-L, MAM-C, CIRIT, Mk81 y Mk82 y municiones inteligentes. El misil de crucero SOM-A de Roketsan, que tiene un alcance de 250 kilómetros, también está previsto que se integre en el Akinci. La combinación de un avión teledirigido relativamente lento, impulsado por un motor turbohélice, con misiles de crucero de punto muerto (SOM) podría parecer ilógica, pero es probable que se convierta en un cambio de juego para Ankara en el próximo decenio, en el que se espera que en su vecindad se produzcan principalmente conflictos de baja intensidad con agentes no estatales violentos como el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y el Estado Islámico, en lugar de una guerra convencional en toda regla. A saber, el nuevo avión teledirigido permitirá al ejército turco utilizar un alto poder destructivo y una guía de precisión contra objetivos situados a una distancia de hasta 800 kilómetros (casi 500 millas), algo que hasta ahora solo ha podido hacer con los aviones F-4E 2020 Terminator y F-16.
En las operaciones en Irak y Siria, por ejemplo, los drones turcos han apuntado a estructuras ligeras y vehículos terrestres no blindados a una profundidad no superior a 100 kilómetros (62 millas) de la frontera, utilizando micro municiones inteligentes MAM-L de 22 kilogramos con un alcance de ocho kilómetros (cinco millas). La combinación Akinci-SOM permitirá ataques de mayor poder de destrucción sobre objetivos críticos a una distancia de hasta 800 kilómetros.
Algunos analistas turcos afirman que el Akinci podría estar equipado con misiles aire-aire de fabricación nacional, pero dada la relativa lentitud y la limitada capacidad de maniobra del dron, esto parece ser una anticipación exagerada. Sin embargo, algunos observadores incluso sostienen que los promotores deberían trabajar en una variante avanzada del avión teledirigido, capaz de desplegarse en el TCG Anadolu, un buque de asalto anfibio multipropósito de fabricación nacional, que el ejército tiene previsto recibir en el 2021.
Avión no tripulado Akinci
Ankara tiene previsto que seis Akincis estén operativos a principios del 2021, y se menciona que Azerbaiyán, Malasia, Qatar y Ucrania están interesados en adquirir el dron.
El Akinci llega justo a tiempo para la fuerza aérea turca, cuyas flotas de F-16 y F-4 están envejeciendo. Peor aún, su capacidad operativa se ha debilitado mucho después de que Washington retuvo un lote de aviones F-35 sigilosos de Turquía por su compra de sistemas de defensa aérea rusos el año pasado. Además, el proyecto de aviones de guerra TFX de Turquía ha estado lleno de problemas financieros y técnicos. E incluso si el proyecto avanza según lo planeado, es poco probable que el ejército reciba el jet a principios del 2030. Por lo tanto, la próxima década es crítica para la fuerza aérea. El Akinci fortalecerá la mano de Ankara, proporcionando una nueva opción para las misiones de largo alcance, aire-tierra en entornos de conflicto de baja intensidad y aliviando así la carga de los F-16.
Dado que se centra en la máxima resistencia aérea a expensas de la velocidad, el dron será una nueva opción también para las tareas de patrullaje aéreo menos costosas y más largas, especialmente sobre el Egeo y el Mediterráneo oriental, reduciendo de nuevo la carga de trabajo de los F-16.
La llegada del Akinci sin duda llevará a la fuerza aérea turca a actualizar sus doctrinas de guerra aire-aire y aire-tierra. Un nuevo concepto que se está debatiendo en Ankara prevé que los aviones F-16, cargados con munición aire-aire, proporcionen cobertura a los aviones teledirigidos Akinci mientras vuelan a las zonas objetivo para atacar objetivos en tierra. En otras palabras, tales ataques aéreos significarían tareas de combate compartidas uniformemente por aviones de guerra y drones.
Además, el Akinci permitirá a Turquía utilizar la comunicación por satélite para establecer una red regional de aviones teledirigidos con un alcance de al menos 800 kilómetros y una altitud fuera del alcance de los sistemas de defensa aérea de baja y media altitud.
Imaginen, por ejemplo, una base de drones turcos en Qatar o Somalia. Un Akinci que despega de tal base puede volar hasta 600 kilómetros para disparar un misil SOM. Y con el alcance propio del misil de más de 250 kilómetros (155 millas), Turquía sería capaz de ataques no tripulados contra objetivos a una distancia de hasta 850 kilómetros (528 millas).
Avión no tripulado Akinci
El principal inconveniente del Akinci es la dependencia de Ucrania para su motor turbohélice, que requiere un mantenimiento frecuente y el suministro de piezas de repuesto. Turquía se enfrenta a problemas de motor similares en otros proyectos clave para el equipo militar autóctono, como el avión TFX, el principal tanque de batalla de Altay y el helicóptero de ataque T129. La dependencia de motores fabricados en el extranjero se está convirtiendo cada vez más en el punto blando más crucial de toda la industria de defensa turca. Ankara cuenta con los conocimientos técnicos de empresas ucranianas y británicas y con fondos de Qatar para desarrollar motores turbohélice, diésel y a reacción totalmente autóctonos, pero a las empresas turcas les queda un largo camino por recorrer para lograr ese objetivo.
No obstante, el proyecto Akinci promete convertir a Turquía en una potencia mundial de aviones teledirigidos, y Ankara está tratando de utilizar el nuevo avión teledirigido principalmente para atacar al PKK en Irak y Siria, pero también para la proyección de potencia y tal vez para ataques de precisión en Libia, el Mediterráneo oriental y el Egeo.
Aunque las perspectivas de cambio de juego de los Akinci son evidentes en términos militares, su impacto en la diplomacia podría ir en cualquier dirección. ¿Contribuirá a una resolución más rápida de las crisis de política exterior de Ankara o las complicará y prolongará aún más? La respuesta, según parece, surgirá dentro de poco tiempo Fuente:https://www.istiklal.com.tr