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jueves, 22 de julio de 2021

El Sukhoi Checkmate, Argentina y el resto del mundo


El, 20 de julio de 2021
, la empresa rusa Rostec presentó, dentro de la exposición aeronáutica MAKS 2021 en Moscú, una mock up (maqueta a escala real) de su nuevo proyecto, bautizado Sukhoi Su-75 Checkmate. En los días previos a la presentación, la empresa difundió un video en el que se veían supuestos pilotos de distintas fuerzas aéreas, incluyendo el Grupo 5 de Caza de la Fuerza Aérea Argentina, observando el avión, en lo que podría tomarse como una indicación de que el nuevo modelo apunta a equipar a fuerzas como las de los países que allí figuran: fuerzas de países en desarrollo y con pocos recursos.

La inclusión de la Fuerza Aérea Argentina, que necesita desesperadamente la incorporación de un caza de superioridad, generó muchísimos comentarios en Argentina y toda América Latina.


El Checkmate, cuyo diseño recuerda mucho al Northrop MRF-54E, sería un avión de combate supersónico monomotor de quinta generación con características stealth, compartimentos internos para armas y capacidad de despegue a corta distancia. Según Rostec, la velocidad máxima de la aeronave sería Mach 1.8, el alcance de 2.800 kilómetros y la capacidad de carga útil de 7.400 kilogramos. 


Si bien Rostec ha afirmado que el costo por unidad será de unos 30 millones de dólares, esto se ve como demasiado optimista si se tiene en cuenta el tipo de equipamiento y características que tendría la aeronave. Recién en 2019, luego de cientos de ejemplares producidos, Lockheed Martin pudo alcanzar un valor de 80 millones de dólares por cada F-35 producido.

El fabricante también afirmó que el avión será equipado con un avanzado sistema de inteligencia artificial que actúa como “copiloto”, además de que presentaría una alta modularidad y, por lo tanto, se podría desarrollar fácilmente en diferentes versiones, como biplaza y no tripulado, según el requisito del cliente.

Lo más probable es que el avión sea propulsado por el llamado Izdelye 30, un motor turbofan de próxima aparición que actualmente está desarrollando Saturn, una subsidiaria de United Engine Corporation de Rusia. La producción en seriel del Izdelye 30 está programada para mediados de la década.



Más dudas que certezas

Sin embargo, hay muchos aspectos a analizar en el nuevo proyecto ruso. El primero de ellos es que el avión por ahora no es más que una propuesta y Rostec no ha informado oficialmente un cronograma de ensayos, aunque algunos medios rusos indicaron que un prototipo podría estar volando para el año 2023, con entregas para 2026, lo cual se ve muy poco probable, especialmente en cuanto a las entregas, ya que las pruebas en vuelo de un nuevo avión de combate llevan más de tres años.

El segundo punto a tener en cuenta es que desde la caída de la URSS, hace tres décadas, Rusia sólo pudo avanzar en el desarrollo de un único avión de combate nuevo, el Sukhoi Su-57, el cual voló por primera vez en 2010 y, según fuentes rusas, recién en diciembre de 2020 se empezaron a entregar los primeros ejemplares de serie a unidades operativas, aunque la Fuerza Aérea Rusa aún está lejos de alcanzar una capacidad operativa con el modelo, del cual también se conoce muy poco sobre sus reales performances y capacidades. Hasta hoy, la Fuerza Aérea Rusa sigue casi exclusivamente equipada con aviones diseñados en los tiempos de la URSS, como los MiG-29 y 31 y los Sukhoi Su-30, 34 y 35.


Aunque Sukhoi haya aprendido mucho en el desarrollo del Su-57, el modelo aún no se ha evaluado de manera operativa en grandes cantidades, mientras que, en cualquier caso, la aplicación y validación de los cambios que el aprendizaje haya generado lleva más tiempo que el planteado por Rostec para tener el avión listo para entregar.

En la actualidad, Rusia apunta a solo un lote de 76 Su-57. Para 2018, luego de una producción de 28 ejemplares y el despliegue de algunos a Siria, sin que haya evidencia de que hayan entrado en combate, se detuvo la fabricación, mientras los aviones entregados no tenían todos sus sensores y equipos integrados. 


El programa fue reiniciado en 2019, cuando se anunció la producción de otros 48. El poco entusiasmo que Rusia ha mostrado en el Su-57, en el que, según los rusos, han invertido más de 6.000 millones de dólares en su desarrollo, genera dudas sobre la eficacia del avión o la capacidad de Rusia de poder financiar una producción a gran escala. Por otro lado, se informó que se destinaron 2630 millones de dólares para la producción en serie, lo cual, teniendo en cuenta que el costo de producción de un avión de estas características está en el orden de los 100 millones de dólares, alcanzaría solamente para una parte del lote de 76 previstos, a lo cual hay que sumar el costo de modificaciones que surgen a medida que el diseño va madurando, hasta alcanzar una plena capacidad operativa.


El tercer punto importante es que Rusia no ha informado que vaya a adquirir el avión, lo que genera el siguiente interrogante y es quién va a financiar el proyecto, ya que Rostec no tiene capacidad económica para hacerlo. Viendo la realidad del Su-57, tampoco es muy factible que el estado ruso pueda financiarlo. 

Y en este punto, los potenciales clientes extranjeros, todos países de segundo y tercer orden, con pequeñas fuerzas aéreas y sin mucho presupuesto, solo podrían comprar cantidades pequeñas, además de que es muy posible que el precio sea inaccesible para la mayoría de ellas. Pero, en el mejor de los casos, entre todos los potenciales clientes apenas podrían superarse los cien ejemplares (desde Rusia apuntan a un potencial de 300 ejemplares, que suena bastante optimista), lo cual significaría que, para amortizar el costo del desarrollo, el precio de venta sería prohibitivo.


Así, a pesar de la expectativa que genera en unos, y entusiasmo en otros, todo indica que habrá que esperar varios años para ver si realmente este nuevo proyecto se convierte en un avión de combate operativo y que pueda captar parte del mercado mundial de la aviación de caza. A eso hay que sumar que, a sus competidores tradicionales de occidente, hoy se suman los productos de China y Corea, que vienen avanzando a mayor velocidad que Rusia en el desarrollo de aviones de combate de quinta generación.



Teniendo en cuenta que en los últimos diez años Rusia no ha logrado grandes exportaciones de aviones de combate (unos 50 Su-30 y Su-35, más otros tantos MiG-29M vendidos en ese período), el país tiene un largo camino que recorrer para convertir al Checkmate en un éxito.


Mientras tanto, Argentina y América Latina pueden hacerse pocas ilusiones en el corto plazo con el nuevo producto de Rostec y pensar en soluciones más viables.

Fuente:https://www.pucara.org

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