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sábado, 9 de julio de 2022

El avión espacial X-37B: ¿Es realmente un arma?


El vehículo de pruebas orbitales X-37B de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, en su misión 4, después de aterrizar en la instalación de aterrizaje del Centro Espacial Kennedy de la NASA en Cabo Cañaveral, Florida, Estados Unidos, el 7 de mayo de 2017. Fuerza Aérea de los Estados Unidos/Handout.

El proyecto X-37 lleva avanzando, en secreto, durante todo el siglo XXI. Diseñado por Boeing, el X-37 es una nave espacial robótica no tripulada, concebida para demostrar tecnologías espaciales reutilizables. Actualmente, la Fuerza Aérea de Estados Unidos opera el X-37B, llevando a cabo misteriosas misiones orbitales y ofreciendo pocas revelaciones públicas.  

X-37B: se conocen algunos detalles

Lo que sí sabemos del X-37 es que la tecnología es reutilizable. Empresas y organismos de todo el espectro industrial se apresuran a incorporar tecnologías reutilizables. Por fuera, los esfuerzos de materiales reutilizables se suelen comercializar como esfuerzos de sostenibilidad, un esfuerzo para reducir los residuos, orientado hacia el respeto al medio ambiente. Ciertamente, los productos reutilizables son ecológicos. Pero los productos reutilizables también son rentables; usar algo una vez es una propuesta cara. Y la rentabilidad, más que la sostenibilidad, es probablemente la principal motivación de las empresas que quieren adoptar la tecnología reutilizable. 

Los gastos de remolque son especialmente limitantes en la industria de la exploración espacial. En muchos aspectos, nuestras principales empresas y agencias de exploración espacial saben exactamente lo que quieren hacer (por ejemplo, ir a Marte o establecer una colonia lunar) y saben cómo hacerlo. Sin embargo, no pueden pagar por ello. Pensemos en el Proyecto Apolo de Estados Unidos, el logro más importante de la humanidad en materia de exploración espacial, que llevó a los hombres a la superficie de la Luna. Entre 1960 y 1973, Estados Unidos gastó 25.800 millones de dólares en el Proyecto Apolo, el equivalente a 257.000 millones de dólares en 2020. El año pasado, el presupuesto total de la NASA, para todos los proyectos, fue de 23.000 millones de dólares. La opinión pública estadounidense no está dispuesta a gastar dinero en la exploración espacial de la misma manera que durante la Guerra Fría. 

Para eludir el restrictivo entorno presupuestario, las empresas están desarrollando tecnología espacial reutilizable. SpaceX, por ejemplo, ha desarrollado el Falcon 9, el primer cohete reutilizable de clase orbital. "La reutilización permite a SpaceX volver a volar las partes más caras del cohete, lo que a su vez reduce el coste del acceso al espacio", afirma el sitio web de SpaceX. El Falcon9 se ha utilizado para poner en órbita diversas cargas útiles, como el X-37 de Boeing, otro ejemplo de tecnología espacial reutilizable y rentable.

El X-37 se desarrolló a partir del Boeing X-40; el X-37 es un derivado a escala del 120% del X-40. La NASA inició el proyecto en 1999, seleccionando a Boeing para crear un vehículo orbital. Durante la fase de desarrollo, que duró cuatro años, la NASA invirtió 109 millones de dólares en el proyecto. Las Fuerzas Aéreas estadounidenses y Boeing invirtieron otros 16 y 67 millones de dólares respectivamente. El resultado de la inversión, el X-37, fue un vehículo orbital reutilizable y funcional con un diseño aerodinámico similar al del transbordador espacial, con una relación de sustentación y arrastre similar. 

En 2004, la NASA transfirió la administración del programa X-37 a la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA), donde el programa ha sido clasificado desde entonces. Sin embargo, DARPA ha concedido al público algunos datos. 

Las pruebas del X-37 y los logros conocidos

En 2005, el X-37 voló por primera vez acoplado a un White Knight de Scaled Composites, un avión de investigación de gran altitud. Tras el vuelo, el X-37 se sometió a mejoras estructurales y se planificó la realización de la primera prueba de caída, en la que el X-37 se soltaría del White Knight en vuelo. Tras una serie de fechas de pruebas de caída canceladas, el X-37 fue finalmente liberado del White Knight el 7 de abril de 2006. El X-37 no tenía un sistema de propulsión intacto y simplemente se deslizó de vuelta a la Tierra. La parte de planeo de la prueba fue bien. Sin embargo, el aterrizaje fue un fracaso cuando el X-37 sobrepasó la pista, sufriendo daños menores. 


Después de otras dos pruebas de planeo totalmente exitosas, las Fuerzas Aéreas de EE.UU. anunciaron que desarrollarían su propia variante, el X-37B Orbital Test Vehicle (OTV) (la versión de la NASA/DARPA se conocía como X-37A). Según la Fuerza Aérea, el programa se centraría en "la reducción de riesgos, la experimentación y el desarrollo de conceptos operativos para las tecnologías de vehículos espaciales reutilizables, en apoyo de los objetivos espaciales de desarrollo a largo plazo", dijo el Secretario de la Fuerza Aérea. Esta explicación, coherente con el secreto del programa, no nos ofrece mucha información. Lo que sí sabemos es que las Fuerzas Aéreas han lanzado el X-37B al espacio.

El primer lanzamiento del X-37B, conocido como OTV-1, tuvo lugar en abril de 2010. 

Un cohete Atlas V llevó al X-37B al espacio. La Fuerza Aérea reveló muy poco sobre el vuelo, pero los astrónomos aficionados, que estaban atentos a la nave espacial en órbita, creyeron ver el X-37B en la órbita baja de la Tierra, dando vueltas a la Tierra una vez cada 90 minutos. La nave permaneció en órbita durante 224 días y aterrizó en diciembre. Desde la OTV-1, se han lanzado varias misiones del X-37B. La más reciente, OTV-6, tuvo lugar en 2020. Durante la misión, la nave soltó un satélite con cargas útiles experimentales para permanecer en la órbita terrestre. 

Todo indica que la Fuerza Aérea seguirá probando el misterioso X-37B reutilizable, lo que nos deja a todos preguntándonos, qué es exactamente lo que están haciendo allí arriba.   

Fuente:https://www.19fortyfive.com

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