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sábado, 11 de septiembre de 2021

El Comando Anfibio de Transportes Navales, proyectando el poder naval de la Armada de Chile a grandes distancias

Barcazas Chacabuco y Rancagua operando en el área austral. Foto: Armada de Chile

Valparaíso

El Comando Anfibio de Transportes Navales (Comanfitran) de la Armada de Chile tiene como misión proporcionar unidades organizadas y entrenadas para ser integradas a las fuerzas o grupos de tarea que conformen y contribuir al transporte marítimo institucional, satisfaciendo los requerimientos planteados por las comandancias en jefe de las Zonas Navales.

Esta fuerza operativa, integrada por las barcazas LST-92 Rancagua y LST-95 Chacabuco de la clase Batral y el buque multipropósito LSDH-91 Sargento Aldea de la clase Foudre, permite el despliegue rápido de las Fuerzas de Infantería de Marina, medios de asalto anfibio, vehículos de transporte terrestre y fuerzas militares expedicionarias que el mando pertinente desee llevar a tierra.

Sus unidades navales contribuyen al eficaz desarrollo de las operaciones anfibias en cualquier lugar del territorio nacional e internacional. Constituyen, además, el principal eslabón en el apoyo a comunidades insulares y otras, cuya conexión con el resto del país depende fundamentalmente de las vías de comunicación marítima.

Siempre listos para actuar

Esta fuerza operativa nació a finales de la década de 1980 como una oficina dependiente de la Primera Zona Naval y en 2001 queda bajo el mando del recién creado Comando de Operaciones Navales. Este cambio incrementó su entrenamiento como Fuerza de Proyección, realizando operaciones complejas en el área norte y austral apoyada por la Escuadra Nacional.

Las unidades del Comanfitran operan desde el 2012 en la base naval Talcahuano de la Segunda Zona Naval. En esta ubicación geográfica se encuentran en una posición equidistante de los extremos de Chile, lo que contribuye a atender cualquier requerimiento de apoyo en forma rápida.

El Comanfitran contribuye en el aspecto naval con capacidades anfibias a través de unidades entrenadas para colaborar con otras fuerzas o grupos de tarea, con el objetivo de efectuar operaciones de proyección del Poder Naval desde el mar hacia tierra

La otra línea es de apoyo humanitario o ante catástrofes naturales, donde sus unidades son las encargadas de asistir a la comunidad, principalmente, en zonas insulares y de difícil acceso, apoyando tanto con transporte de carga como de pasajeros, representando estas actividades un 70% de las operaciones de esta fuerza.

Este Comando mantiene una permanente interacción con la Infantería de Marina, Fuerzas Especiales y la Aviación Naval, ya que su rol es dar apoyo y soporte a dichas fuerzas. Esa interoperabilidad y entrenamiento son esenciales para la proyección del Poder Naval a grandes distancias.

Barcazas clase Batral

La LST-92 Rancagua y LST-95 Chacabuco son dos de las tres barcazas clase Batral construidas en la década de 1980 bajo licencia francesa en la planta industrial Talcahuano de Astilleros y Maestranzas de la Armada (Asmar) para recuperar la capacidad de desembarco perdida tras la baja de cuatro LST de origen estadounidense.

Estos buques de transporte cuentan con una rampa de desembarco a proa que les permiten varar en playas y disponen de una plataforma para helicópteros ligeros. Tienen 79,4 metros de eslora, 13,1 metros de manga y 2,5 metros de calado. Las barcazas desplazan a plena carga 1.409 toneladas.

Pueden transportar 350 toneladas de carga seca o vehículos y capacidad para 180 Infantes de Marina. Disponen de dos motores diésel de 4.000 HP y logran una velocidad de 14 nudos. Poseen una autonomía de 4.500 millas náuticas.

LSDH-91 Sargento Aldea

El buque multipropósito LSDH-91 Sargento Aldea fue construido en Brest por el astillero DCNS (hoy Naval Group) por encargo de la Marina Nacional de Francia. Entró en servicio en 1990 en donde prestó servicio bajo el nombre de TCD Foudre (L9011) hasta su baja en 2011. Fue adquirido por la Armada de Chile en noviembre de ese año y su incorporación incluyó la transferencia de la barcaza LCU Canave (ex Rapière, L-9061) y las barcazas LCM Fuentes (ex CTM 19, Do Ha) y Fuentes (ex CTM 24).

Tiene 168 metros de eslora, 23,5 metros de manga, 5,2 metros de calado y alcanza una velocidad máxima de 20 nudos. Desplaza 12 mil toneladas y posee una autonomía de 11.000 millas náuticas a una velocidad de 15 nudos. Tiene una dotación de 226 tripulantes, capacidad para 450 Infantes de Marina y puede evacuar a 1.600 civiles.

La unidad es capaz de embarcar 100 vehículos y en su dique inundable, situado a popa, puede transportar una LCU y cuatro LCM o bien 10 LCM. Cuenta con un ascensor de carga de 52 toneladas de capacidad y una grúa de 37 toneladas de levante. Posee una extensa cubierta de vuelo y hangar que permite la operación de tres helicópteros

El sector de hospitalización dispone de 500 metros cuadrados para servicios hospitalarios y cuenta con 50 camas, sala de rayos X, laboratorio de biología, sala de esterilización, clínica dental y sala de tratamiento de quemados. En cuanto a armamento, la unidad posee tres afustes dobles Simbad para misiles antiaéreos Mistral 3 de MBDA, tres cañones Breda-Mauser de 30 mm y cuatro ametralladoras Browning M-2 HB de 12,7 mm.

Reemplazo en el horizonte

La institución adjudicó a la empresa canadiense Vard Marine el contrato de diseño básico de una nueva generación de buques de transporte militar y anfibio. El proyecto Escotillón IV contempla el reemplazo de las barcazas Rancagua, Chacabuco, transporte Aquiles y buque multipropósito Sargento Aldea que se acercan a los 40 años de servicio.

Los roles principales que desarrollarán las nuevas unidades serán el transporte de personal y equipamiento militar para conducir operaciones anfibias y el transporte administrativo de tropas y vehículos militares. En cuanto a funciones secundarias, los buques proporcionarán ayuda humanitaria en operaciones de apoyo a desastres y el transporte administrativo de personal y carga en tiempo de paz para soporte logístico o conectividad de territorios aislados.

Las unidades dispondrán de una eslora de 110 metros, una manga de 21,8 metros, un puntal de 13,8 metros en cubierta principal, un calado de 5,7 metros y un desplazamiento de 7.945 toneladas. La velocidad máxima será superior a 17 nudos y la económica alcanzará 12 nudos, la autonomía será de 30 días y contarán con una distancia franqueable de 7.000 millas náuticas

Los buques, que estarán tripulados por 21 oficiales y 74 gente de mar, podrán embarcar una Fuerza de Tarea Anfibia (FTA) integrada por un comandante, un staff de la FTA, un comandante de Batallón de Infantería de Marina (IM), 16 oficiales IM y 231 soldados IM. Tendrán dos grúas de carga de 20 toneladas cada una, puerta y rampa en el costado y una puerta de popa para el varadero que permitirá el despliegue de diferentes tipos de embarcaciones.

Las unidades contarán con capacidad para 22 contenedores de 20 pies (dos de ellos refrigerados), 527 m2 de cubierta para vehículos y carga, un dique para una lancha LCM o barca auxiliar antártica, 25 botes inflables inorgánicos del Cuerpo de Infantería de Marina, dos botes de trabajo/ rescate tipo RHIB y dos botes de goma. Tendrán una cubierta de vuelo para la operación de un helicóptero Airbus Cougar, Dauphin o Sikorsky Black Hawk y el hangar permitirá el transporte de un Cougar más dos vehículos no tripulados de despegue y aterrizaje vertical (VTOL) o bien dos helicópteros Dauphin.

La institución ya solicitó los recursos para construir las dos primeras unidades multipropósito y la firma del contrato con Asmar se espera que se concrete en mayo del 2022. El horizonte maximo de entrega proyectado para estos buques es 2028-2030.

Fuente: Armada de Chile

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