Japón ha resistido la tentación de comprar misiles aire-tierra para sus cazas por temor a que sus vecinos acusen a Tokio de desplegar una capacidad militar ofensiva. Sin embargo, dado el deterioro de la seguridad en el noreste de Asia, el gobierno ha decidido mejorar sus capacidades de ataque, informó el diario Yomiuri.
Se espera que Japón compre el misil de ataque conjunto (Joint Strike Missile, JSM), desarrollado por la Noruega Kongsberg Defence Systems.
“El JSM tiene una tremenda capacidad y Japón nunca antes había tenido algo como esto”, dijo Lance Gatling, un analista de defensa y presidente de Nexial Research, con sede en Tokio.
El arma también está disponible como una variante anti-buque, dijo Gatling, y se aloja internamente en el F-35 para proteger sus capacidades de sigilo.
“Esta arma, combinada con el F-35, permitirá a Japón acercarse mucho más a los objetivos con un alto grado de sigilo”, añadió.
Gatling dijo que el JSM tiene una ojiva unitaria, lo que significa que está diseñada para detonar sobre objetivos específicos y por lo tanto es ideal para ataques a misiles balísticos intercontinentales terrestres, como instalaciones de mando y control, búnkers endurecidos y silos. Como el arma también se puede reprogramar después del lanzamiento, es capaz de dirigirse a las unidades de lanzadores móviles.
El gobierno japonés ha expresado su preocupación por el desarrollo de misiles de Corea del Norte que pueden alcanzar objetivos en Japón. En ocasiones, ha desplegado los sistemas antimisiles Patriot Advanced Capability-3 en lugares de Tokio y el norte de Japón, ambos considerados como posibles blancos para los ataques de Corea del Norte.
Tokio también ha desplegado destructores antimisiles equipados con Aegis en el Mar de Japón (Mar del Este) y está planeando agregar otra capa de defensa comprando la variante terrestre del arma.
Sin embargo, el JSM le dará a los militares japoneses la capacidad de apuntar a sitios de lanzamiento en Corea del Norte si se determina que un ataque a Japón es inminente.
Gatling dijo que desplegar una capacidad de ataque ofensiva diseñada para eliminar objetivos en rangos de más de 300 km provocará inevitablemente protestas de algunos de los vecinos de Japón.
Corea del Norte afirma con regularidad que Japón se está preparando para invadir Asia continental y verá este último desarrollo como una prueba más de las ambiciones imperiales de Tokio. China, por su parte, es poco probable que deje pasar el tema sin comentarios.
A pesar de la larga disputa sobre la soberanía de las Islas Diaoyu, actualmente controladas por Japón y conocidas como Senkakus, Gatling cree que el despliegue de JSM está menos dirigido a China porque es muy improbable que Japón ataque a sitios en el continente.
Sin embargo, el arma permitiría a los aviones japoneses atacar objetivos en una isla que ha sido ocupada por las fuerzas enemigas, algo que los militares japoneses han estado elaborando planes para contrarrestar.
El gobierno ha dicho que la Constitución no descarta específicamente que los militares japoneses tengan la capacidad de atacar bases enemigas.
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