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viernes, 25 de septiembre de 2020

Un plan para los submarinos en Argentina


A fines del año 2017, tras la pérdida del Submarino Clase TR-1700 ARA “San Juan”, la Fuerza de Submarinos de la Armada de la República Argentina (ARA) quedó integrada por su gemelo ARA “Santa Cruz” y el ARA “Salta” de la Clase 209, ambos fuera de servicio.

Por lo expuesto, en los más de 80 años desde que se creó el Arma Submarina, por primera vez en su historia la Argentina carece de al menos un submarino operativo, señal clara del nivel de desinversión y desinterés de la dirigencia política por la Defensa Nacional.

En todo país que se precie de serio, la renovación de los medios de sus Fuerzas Armadas -en este caso submarinos- se realiza con la debida antelación, ya que exige llevar a cabo un exhaustivo proceso de planificación, definición y evaluación de requerimientos técnicos (tecnología, dimensiones, etc.), operacionales (velocidad, autonomía, tasa de indiscreción, etc.) y condiciones comerciales (costo, financiación, offsets contractuales, etc.).

Sin embargo, el Ministerio de Defensa (MINDEF) no sólo no hizo la planificación pertinente para modernizar o sustituir los submarinos en línea con el avance tecnológico, sino que ni siquiera fue capaz de gestionar -con previsión- el adecuado uso y mantenimiento de estas unidades tácticas capaces de generar efectos militares estratégicos. La improvisación de las últimas gestiones del MINDEF obligó a la Armada a establecer convenios para adiestrar un reducido grupo de sus Oficiales y Suboficiales en submarinos de Marinas amigas, como la del Perú, Alemania y Brasil, para mantener su habilitación.

¿Necesitamos submarinos?

Solo basta mirar el mapa de la República Argentina para tomar conciencia de que se trata del octavo país más grande del mundo, con una superficie de casi 2,8 millones de Km2 en el continente Americano y casi un millón más de Km2 en el continente Antártico. 

El enorme litoral marítimo argentino, con sus casi 5.000 Km de costas sobre el Océano Atlántico, una Plataforma Continental de casi 6,5 millones de Km2 que la convierte en una de las más grandes y ricas del mundo en materia de biodiversidad y presencia de minerales, petróleo y gas, exigen que el país disponga de buques de superficie, submarinos, aeronaves, radares y satélites para controlar nuestras aguas jurisdiccionales.

Asimismo, más del 90% del intercambio comercial argentino se realiza por vía marítima y a ello se suman los más de mil millones de dólares anuales que genera la industria pesquera legal (se estima que se pierden cientos de millones de dólares por pesca ilegal). A esto se suma la obligación que asumió la Argentina ante la Organización Marítima Internacional (OMI) como país ribereño con responsabilidad de preservar el ambiente marino y salvaguardar la vida humana en casi 14,7 millones de Km2 del Atlántico Sur.

Finalmente, durante el conflicto bélico de 1982 los submarinos demostraron su gran valor como unidades tácticas capaces de generar efectos estratégicos. Por el lado británico, el HMS “Conqueror” hundió al Crucero ARA “General Manuel Belgrano” el 2 de mayo y, tras ese ataque, los buques de superficie argentinos se replegaron a aguas poco profundas, afectando drásticamente el abastecimiento logístico de las tropas propias en las islas.

Respecto al accionar en combate de los submarinos argentinos, el ARA «Santa Fe» participó en la recuperación de las Islas Malvinas cumpliendo tareas previas y encubiertas de inteligencia y reconocimiento, además de infiltrar buzos tácticos para marcar la playa en la cual el 2 de abril desembarcaron las tropas que reinstauraron la soberanía argentina en esos archipiélagos tras 149 años de infructuosos reclamos diplomáticos ante Inglaterra.

Luego que los ingleses establecieran una zona de exclusión, a mediados de abril, el ARA “Santa Fe” burló el bloqueo inglés para llevar a las Islas Georgias un grupo de Infantes de Marina con su armamento y provisiones. Cuando zarpaba de Gritvyken con rumbo a Mar del Plata fue atacado por helicópteros británicos y debió ser inutilizado por su tripulación, cumpliendo el legado del Almirante Brown de “irse a pique antes que rendir el pabellón”.

Por su parte, uno de los nuevos submarinos Clase 209, el ARA “San Luis” operó en Malvinas entre mediados de abril y de mayo de 1982, realizando durante su patrulla de guerra, diversos ataques a buques y submarinos ingleses en al menos tres oportunidades.

Pese a no hundir ningún buque enemigo por problemas entre la computadora de control tiro y los torpedos, el ARA “San Luis” sorteó en reiteradas oportunidades el bloqueo antisubmarino de la flota británica, provocando un alto desgaste logístico de los buques y aeronaves enemigas dedicadas a detectar y destruir al submarino argentino, ya que éste representaba un riesgo inaceptable para Inglaterra si hundía alguno de sus portaaviones.

Por lo expuesto, no caben dudas que urge la necesidad de volver a tener submarinos operativos para que la Armada y el país en su conjunto, dispongan de esta capacidad estratégica, la cual no sólo es útil en tiempos de guerra sino también durante la paz, dado que son unidades tácticas especialmente idóneas para realizar misiones encubiertas de inteligencia y reconocimiento, sabotaje, infiltración y exfiltración de tropas especiales, ataque a buques de superficie y submarinos enemigos, minado naval, control del tráfico marítimo y de la pesca ilegal en la Zona Económica Exclusiva, etc.ç

Un plan a corto y largo plazo

En lo inmediato se debería realizar las tareas de mantenimiento y renovación de baterías y otros componentes que requieren tanto el submarino ARA “Salta” -hoy limitado a navegar sólo en superficie- como el ARA “Santa Cruz”, que años atrás ingresó al Astillero TANDANOR para cambiar sus baterías y otros equipos esenciales.

De los casi 20 millones de dólares previstos en 2015 para reparar el ARA “Santa Cruz” ya se invirtió más de un tercio. Sin embargo, los vaivenes de la conducción política del MINDEF paralizaron las obras y los funcionarios actuales dudan si conviene completar su reparación, la cual demandaría unos 15 millones de dólares y un plazo de 12 a 18 meses.

Sería lógico completar los trabajos previstos hace casi un lustro en el ARA “Santa Cruz”, ya que se trata de un tipo de submarino conocido por los marinos argentinos, que no requeriría mayor esfuerzo en lo que hace a instrucción y adiestramiento de las tripulaciones ya que están familiarizados con su tecnología, performance de navegación en superficie y en inmersión, procedimientos y funcionamiento de sus equipos y sistemas.

Por su parte, en el caso de los submarinos Clase 209, la Armada Argentina podría recuperar en un año al ARA “Salta” y en dos años al ARA “San Luis”. Ambos requieren renovar sus baterías y, en el caso del segundo, también es preciso reparar ciertas partes del casco resistente que sufrieron los efectos de la corrosión por pérdidas de ácido de sus baterías, además de cambiar los motores diesel/eléctrico, válvulas, sensores, etc.

En concreto, invirtiendo aproximadamente 20 millones de dólares en el ARA “Salta” y U$S 60 millones en el ARA “San Luis”, ambos submarinos podrían volver al servicio operativo en 2021 y 2022, respectivamente, con algunas mejoras mínimas en lo que hace a modernizar sus sensores (radar, sonar, periscopio, etc.) y ciertos subsistemas auxiliares.

Comprar una nueva clase de submarinos implica inversiones de varios cientos de millones de dólares (entre 300 y 500 millones según el modelo) y plazos de cinco a diez años desde la firma del contrato hasta que se reciban las nuevas unidades y -en el mientras tanto- las tripulaciones de Oficiales y Suboficiales deben seguir adiestrándose, por lo cual una eventual compra debería ir de la mano con una opción de alquiler o leasing de una unidad del modelo elegido que tenga tripulaciones mixtas (de Argentina y de la Armada del país proveedor) a fin de lograr la indispensable familiarización de los submarinistas argentinos con los nuevos equipos y sistemas, su operación y mejor aprovechamiento.

Asimismo, resulta conveniente destacar que la Argentina dispone de un Astillero especialmente diseñado para construir submarinos y que es propietaria de los planos y licencia para fabricar unidades TR-1700, por lo cual una opción interesante sería conformar una alianza con el astillero alemán a fin de que contar con su asistencia tecnológica e industrial para recuperar totalmente la capacidad nacional de construir submarinos, máxime teniendo en cuenta que dentro del Astillero “Almirante Storni”  ex Domec Garcia se encuentra un TR-1700 sin terminar, con un estado de avance de obras del 70%.

Completar la construcción de este tercer “TR”, llamado ARA “Santa Fe”, costaría unos 200 millones de dólares (casi un tercio del valor de un submarino nuevo equivalente) y estaría terminado en menos de la mitad del tiempo que implicaría construir otro de cero.

Conclusiones

Actualmente la Argentina se ha convertido en el único país del mundo que, teniendo una Fuerza de Submarinos en la estructura orgánica de su Armada, carece de al menos una unidad operativa para adiestrar a sus submarinistas.

Los submarinos son unidades navales tácticas capaces de generar efectos militares estratégicos porque contribuyen decisivamente a negar el mar a eventuales enemigos, además de ser un factor disuasivo para la defensa de los intereses vitales de la Nación.

Submarino Clase U-214 también como posible análisis para los futuros submarinos para la armada argentina

El desempeño de los submarinos argentinos en la Guerra de Malvinas no sólo fue vital para su recuperación sino también para enfrentar a la Marina británica y limitar el accionar de la tercera potencia militar mundial, demostrando su valor disuasivo y estratégico.

Tras el ataque del 2 de mayo al Crucero ARA “General Belgrano”, hundido por el submarino inglés HMS “Conqueror” y en el cual fallecieron 323 de sus 1.093 tripulantes, todas las unidades de superficie de la Armada Argentina se replegaron y sólo los submarinos ARA “Santa Fe” y ARA “San Luis” siguieron operando y desafiando a la Armada británica. ¿Qué hubiera pasado si hundían uno o ambos portaaviones ingleses?

Es innegable la necesidad de incorporar nuevos Submarinos a la Armada para recuperar una capacidad militar única y sumamente válida para naciones con amplios litorales marítimos como el de la República Argentina.

Su capacidad de operar sigilosamente en inmersión y de no requerir reabastecimiento de combustible ni víveres durante períodos prolongados (30 a 90 días) demuestra su valor cualitativo en combate, por lo cual, teniendo en cuenta la extensión del Mar Argentino y las características operativas de los submarinos convencionales, la Fuerza de Submarinos de la Armada Argentina debería disponer de seis unidades convencionales de características oceánicas como los TR-1700 o los más modernos de las Clases "U 214  u U-212" de Alemania o “Scorpene” desarrollada por Francia y España.

Submarino clase U-212 una alternativa para el futuro

La Nación Argentina requiere que la dirigencia política deje de lado la desidia e indiferencia para tomar en serio la Política de Defensa, ejerciendo una conducción civil de los asuntos militares con responsabilidad y visión de largo plazo.

La sanción de la Ley de creación del Fondo Nacional para la Defensa (FONDEF) es una señal muy positiva y su reglamentación servirá para apalancar el desarrollo tecnológico e industrial para reequipar a las Fuerzas Armadas. 

Submarino clase Scorpene otra  alternativa para la armada argentina

En ese marco, retomar las reparaciones y la construcción de submarinos en el país sería una excelente forma de recuperar las capacidades militares, tecnológicas e industriales que fortalecerían la Defensa Argentina.

Los 44 héroes del Submarino “San Juan” merecen que se los honre con una Fuerza de Submarinos equipada y adiestrada para defender los intereses vitales de la Nación.

Fuente:https://www.elsnorkel.com

Lukasiewicz-PIAP presenta el Hunter UGV


Lukasiewicz-PIAP presenta el Hunter UGV

El Instituto de Investigación Industrial de Automatización y Mediciones PIAP (Łukasiewicz-PIAP), con sede en Varsovia, ha revelado un prototipo del vehículo terrestre no tripulado (UGV) Hunter. El UGV multipolar de 3,5 toneladas está diseñado para realizar patrullas y reconocimientos, y proporcionar apoyo a las tropas en zonas peligrosas.

El chasis 4x4 de Hunter mide 4,7 m de largo y 2,2 m de ancho y tiene dos ejes de dirección - cada uno integrado con un motor eléctrico - con una suspensión Panhard de 3 eslabones. Esta disposición le permite alcanzar una velocidad máxima en carretera de 50 km/h, y atravesar terrenos y obstáculos a campo traviesa.

Está equipado con un generador de 110 kW que suministra energía a sus motores y proporciona una generación de energía a bordo para los equipos que requieren una alimentación de 600 V CC, 400 V CA o 24 V CC.

Un receptor GPS, dos lidars, cuatro cámaras de navegación de alta definición (HD) montadas en el casco y un conjunto de cinco cámaras HD adicionales -incluyendo una cámara de paneo, inclinación y zoom (PTZ) operada a distancia- se distribuyen alrededor del vehículo y de su brazo robótico.

Este conjunto de sensores permite a Hunter realizar una navegación autónoma o semiautónoma, y la empresa afirma que el UGV puede planificar y ejecutar una ruta de patrulla al tiempo que reconoce y evita los principales obstáculos utilizando los puntos de ruta GPS preestablecidos por el usuario. El vehículo también puede controlarse a distancia, y el operador está equipado con un volante y una consola de pedales diseñados para un control intuitivo.

El UGV también puede estar equipado con diversos equipos de apoyo, como un brazo hidráulico y cajas de carga. También se puede equipar con un radar de penetración en el suelo para apoyar a las unidades de ingeniería del ejército.

Fuente:https://www.janes.com

Wilson Sons y Damen licitarán conjuntamente la construcción del nuevo buque de apoyo antártico para la Armada Brasileña




Wilson Sons y Damen anuncian su asociación en la licitación para la construcción del nuevo Buque de Apoyo Antártico (NApAnt) de la Armada Brasileña, que sustituirá al Buque de Apoyo Oceanográfico Ary Rongel.

Las ofertas deben ser presentadas a finales de este año y el anuncio final del ganador a mediados de 2021.

"Desde nuestro primer trabajo con Wilson Sons hace 25 años, hemos estado seguros de haber encontrado un socio capaz, competente y comprometido en Brasil", dice Rutger Dolk, director de la Cooperación Técnica Damen, que complementa: "Esta asociación estratégica marcó la diferencia para el éxito de nuestra actuación en el país y nos hace sentir seguros al entregar los buques con la calidad adecuada que exige la Marina".

Además del proceso de licitación de NApAnt, la Armada también está analizando la posible construcción de dos Buques de Apoyo Hidroceanográfico. Las futuras demandas de buques patrulleros y buques de búsqueda y rescate también pueden estar sujetas a la necesidad de la Fuerza Naval a medio plazo y están dentro del ámbito de la asociación entre las dos empresas.

"Nos hemos asociado con Damen en 92 proyectos en las últimas dos décadas. Somos optimistas sobre estas demandas debido a nuestra experiencia en el mercado, la calidad técnica de ambas compañías y el historial de entregas a tiempo, siempre siguiendo las mejores prácticas de ingeniería, calidad y seguridad", destaca el director ejecutivo de los astilleros Wilson Sons, Adalberto Souza.

Con la alta tecnología empleada, NApAnt apoyará a la estación brasileña en la Antártida, Comandante Ferraz, en el extremo sur del planeta. El buque tendrá la capacidad suficiente para dar apoyo logístico al continente helado, cumpliendo con los requisitos específicos de construcción exigidos, transportando importantes volúmenes de carga y equipos, además de albergar modernos laboratorios científicos, con comodidad y seguridad para su tripulación.

El requisito de contenido local es de al menos el 45% y las inversiones son del orden de R$ 750 millones. Si las empresas ganan la licitación, el buque se construirá en el astillero Wilson Sons de Guarujá, en São Paulo.

Fuente:https://www.damen.com

El Fondo Nacional de la Defensa ya es ley


Finalmente el FONDEF,
Fondo Nacional de la Defensa –impulsado originalmente por el ministro Agustín Rossi recibió sanción por parte del Senado. Si bien todavía falta la promulgación, el FONDEF corre ya a partir de los ingresos corrientes que perciba el Estado Nacional. Los fondos implicarán un apoyo importante de financiamiento para los proyectos relacionados a la órbita de la Defensa Nacional, y están destinados a una optimización del estado del instrumento militar.

La sesión especial de ayer en el Senado incluyó el proyecto tratado el lunes en la reunión entre las comisiones de Defensa Nacional y Presupuesto y Hacienda, luego de dudas sobre los tiempos para hacerlos ingresar dentro del proyecto de Presupuesto Nacional. A partir de esto, y atento a lo que reza el presupuesto dentro de los apartados en materia de Defensa, los porcentajes comenzarán a regir a partir del próximo ejercicio anual.

Con una aprobación otorgada sólo por el sector del oficialismo, dado el retiro de los sectores de la oposición debido a otros temas de agenda legislativa, el FONDEF finaliza su derrotero comenzado en las ultimas sesiones parlamentarias de noviembre pasado.

Recordemos que el Proyecto de Presupuesto Nacional para el año 2021 ya incluye una mención al FONDEF. En el texto del presupuesto se dice que «en materia de defensa, se avanzará en la creación del Fondo Nacional de Defensa (FONDEF), que destinará el 0.4% de los ingresos corrientes del Sector Público Nacional del 2021 a financiar el proceso de reequipamiento de las Fuerzas Armadas.

Esta acción favorecerá la sustitución de importaciones, el desarrollo de proveedores, el armado de cadenas productivas de valor agregado y la inserción internacional de la producción local de bienes y servicios orientados a la defensa. Así también, promoverá la innovación productiva, inclusiva y sustentable, por medio de un mayor escalonamiento tecnológico y del impulso de la inversión en investigación y desarrollo, tanto en el sector público como privado.»

El FONDEF estima una una masa destinada a la inversión en el ámbito de la Defensa Nacional de unos 1700 millones de dólares en escenarios positivos de la economía para los próximos años y de manera plurianual. Los fondos surgirán de los ingresos corrientes del Estado Nacional a razón de distintos porcentajes anuales: en una primera instancia se prevé la asignación de 0.5% de estos ingresos, para anualmente hacerlos crecer hasta un 0.8%. Constituido el FONDEF, se busca apuntalar proyectos de inversión que recuperen capacidades del instrumento militar y potencien clústeres relacionados a la ciencia y tecnología de la Defensa Nacional.

Desde AgendAR sólo queremos agregar que ésta puede ser la oportunidad de reconstruir una industria para la defensa -como la que representaron en su momento las siglas ARS, CINAR, FM con sus 19 plantas de producción, y la vieja Fábrica Militar de Aviones, hoy FAdeA. Aquella fue una industria de industrias.

No se trataba únicamente de tener destructores, cañones, fabricación y mantenimiento de vehículos de transporte y combate terrestre y aéreo, y de un autoabastecimiento total en armamento liviano. Además de ser garante de una capacidad de defensa nacional incluso en conflictos largos y de desgaste, en la paz nuestra industria de defensa generaba decenas de miles de puestos de trabajo calificado directos, centenares de miles de indirectos, y aseguraba la provisión local de insumos y servicios de alta calidad para otras producciones locales en manos privadas, desde la construcción hasta la química, desde la ferroviaria hasta la siderúrgica, desde la electromecánica a la computacional.

La industria argentina de defensa, hasta bien entrados los ’70, fue la más dinámica de la región, y también una consecuencia deliberada, aunque no inevitable, del sistema educativo público nacional, el otro gran orgullo argentino en el subcontinente. Por algo ambos decayeron en forma conjunta. Por algo, ambos deben ser revitalizados.

La de Defensa es la industria que en todos los países serios genera e incorpora tecnología nueva a la producción. Es la punta de lanza que abre paso a casi toda otra industria nacional.

Fuente:https://agendarweb.com.ar

Rheinmetall consigue un contrato por 500 millones de euros de municiones para el Ministerio de Defensa holandés


Las fuerzas armadas holandesas y Rheinmetall renuevan el acuerdo marco a largo plazo para la munición

Valor agregado potencial de 500 millones de euros

Rheinmetall y el organismo de adquisiciones de los Países Bajos, la Organización de Material de Defensa (DMO), han renovado y ampliado su acuerdo marco de larga data para el suministro de diversos tipos de municiones por un período de al menos diez años. El acuerdo marco prevé una convocatoria anual de unos 50 millones de euros, lo que significa que el volumen total podría ascender a 500 millones de euros. El cliente ya se está preparando para las primeras convocatorias.

El acuerdo marco abarca el suministro de munición de calibre medio de 35 mm para vehículos de combate de infantería, cartuchos de humo/obturantes ROSY de 40 mm y una familia de munición de artillería de última generación de 155 mm.

El General de División Ivo de Jong, Director Adjunto de la DMO, y Roman Köhne, Director Gerente de Rheinmetall Waffe Munition GmbH, firmaron el contrato el 30 de julio de 2020. Este es otro buen ejemplo de la fructífera y prolongada cooperación entre la DMO y el especialista en armas y municiones con sede en Düsseldorf. 

El acuerdo marco sigue a un acuerdo de asociación firmado por las dos partes hace poco más de un año y subraya aún más la gran confianza del cliente en la experiencia de Rheinmetall en materia de municiones.

Mediante este acuerdo, la DMO quiere suministrar munición segura y de última generación para las fuerzas armadas holandesas, tanto hoy como mañana.

En virtud del acuerdo de asociación mencionado, Rheinmetall ya ha asumido la plena responsabilidad de la cartera completa de 155 mm, que abarca desde la familia de municiones Assegai hasta las cargas modulares y los fusibles.


Alemania compra bombas de precisión GBU-54 para aviones Eurofighter


La Agencia de Adquisiciones de Defensa Alemana (BAAINBw) ha adjudicado a Diehl Defence un contrato para la entrega de bombas de precisión GBU-54 desarrolladas por Boeing para el avión Eurofighter de la Fuerza Aérea Alemana.


El arma aire-superficie, equipada con el kit de conversión "Laser JDAM" (Joint Direct Attack Munition), ha sido previamente entregada para el avión alemán Tornado, pero esta es la primera vez que la munición será volada por los Eurofighters del país.

A través de la combinación de navegación INS/GPS, buscador de láser y designación de objetivos, el GBU-54 puede atacar objetivos fijos y móviles.

Alemania tiene la intención de comprar 2.290 kits de guía y 910 bombas por unos 213 millones de euros.

El GBU-54 se añadirá pronto al inventario de bombas transportadas por el Eurofighter. Foto de archivo del Ministerio de Defensa alemán


Se supone que las primeras unidades se entregarán en noviembre de 2021. La entrega cubrirá presumiblemente 48 meses, dijo Diehl Defence, añadiendo que trabajaría con Rheinmetall Defence y JUNGHANS Defence como proveedores de componentes para la ahora encargada reprogramación.

El contrato de seguimiento viene después de un acuerdo de 2018 entre Boeing y Diehl con respecto a la adquisición de sistemas de armas GBU-54 en Alemania. En cooperación con el contratista de defensa de EE.UU. Raytheon, Diehl ya proporcionó a la Fuerza Aérea Alemana munición de precisión GBU-24 y GBU-48 en el pasado.

Fuente:https://defbrief.com

El ejército de los EE.UU investiga el funcionamiento del MQ-1C Gray Eagle con "cualquier tipo de combustible

El Laboratorio de Investigaciones del Ejército de los Estados Unidos ha concedido a la Universidad de Illinois-Urbana Champaign un contrato de cuatro años por valor de 8 millones de dólares para ayudar a desarrollar nuevas tecnologías de ignición de motores diesel destinadas a permitir que los vehículos aéreos no tripulados (UAV), incluidos sus sistemas aeronáuticos General Atomics MQ-1C Gray Eagles, funcionen con "cualquier tipo de combustible"

Fuente: Ejército de los Estados Unidos
General Atomics MQ-1C Eagle Gray Extended Range

La universidad planea investigar la química del combustible y las tecnologías de ignición asistida que harían más confiable la ignición del motor, dijo el servicio el 22 de septiembre.

"La flota de sistemas de aviones no tripulados del ejército a menudo experimenta problemas de rendimiento y fiabilidad debido a las variaciones en la propiedad del combustible y sus efectos en el encendido", dice Mike Kweon, director de programa del Programa de Investigación Esencial de Potencia Táctica y Propulsión Versátil del laboratorio.

El MQ-1C de General Atomics, que es el mayor UAV del Ejército de los Estados Unidos, está propulsado por un motor diesel. El Laboratorio de Investigación del Ejército de los EE.UU. señala que los motores de encendido por compresión, un tipo que incluye los motores diesel, tienen problemas con los combustibles de baja calidad. Un motor de encendido por compresión explota el combustible en sus cámaras utilizando pistones para comprimir el aire hasta el punto de ignición, no a través de una bujía como hacen los motores de gasolina.

"Para los motores de encendido por compresión, la energía térmica generada por la compresión es insuficiente cuando se utilizan combustibles de baja calidad de ignición, especialmente a grandes altitudes y en condiciones de frío", dice el laboratorio. "Para abordar este problema, los investigadores de la Universidad de Illinois-Urbana Champaign investigarán la química de la ignición de los combustibles utilizando algoritmos de aprendizaje a máquina, desarrollarán materiales para nuevas tecnologías de asistencia a la ignición para vehículos aéreos no tripulados de combustible flexible, e investigarán tecnologías avanzadas de propulsión para efectos de lanzamiento aéreo de alta velocidad en colaboración con científicos e investigadores del ejército".

La tecnología de asistencia al encendido será similar a la de la bujía incandescente de un motor diesel, según una convocatoria de investigación del programa de Investigación para la Innovación de la Pequeña Empresa (SBIR) publicada en diciembre de 2019.

"Históricamente, las bujías de incandescencia se han utilizado para ayudar a la ignición de los motores diesel durante las condiciones de arranque en frío, aumentando la temperatura de la cámara de combustión antes de la inyección de combustible", dice la convocatoria del SBIR. "Sin embargo, los calentadores existentes no están diseñados para la asistencia de encendido de larga duración debido a las limitaciones de temperatura de funcionamiento y los tiempos de respuesta de la energía".

El Ejército de los EE.UU. dice que está previsto iniciar la investigación de la tecnología de asistencia a la ignición "este otoño", como parte de un esfuerzo de desarrollo más amplio para crear una cartera de tecnologías multicombustible. Por ejemplo, los investigadores anunciaron en junio un modelo científico avanzado que permitirá a los especialistas en mantenimiento de vehículos predecir cómo podrían funcionar los combustibles de origen biológico en el interior de los motores de los UAV.

"Con esta solución, el ejército puede reducir los costes logísticos asociados al transporte y almacenamiento de combustible militar para operaciones militares en el extranjero", dice el servicio. "En cambio, el ejército puede convertir la Biomasa, como los troncos de madera, en combustible utilizable cuando y donde sea necesario, o utilizar cualquier combustible disponible localmente que tenga especificaciones diferentes a los combustibles para aviones de los Estados Unidos".

Fuente:https://www.newsbreak.com