La avanzada corbeta rusa del proyecto 22800 Karakurt contará con lanzadoras de misiles polivalentes, un cañón automático y sistemas de defensa antimisiles y de guerra electrónica.
Los trabajos de construcción de la nave —diseñada por la empresa estatal rusa Almaz— se están llevando a cabo en los astilleros de San Petersburgo. En total, 8 buques de este proyecto ya se encuentran en fase de construcción y se espera que al menos 20 corbetas Karakurt entren en servicio de la Armada rusa en los próximos años.
Esta nave —de 65 metros de largo y 10 de ancho— tiene un desplazamiento de 800 toneladas. Está equipada con dos motores diésel eléctricos y es capaz de alcanzar una velocidad de hasta 55 kilómetros por hora. Además, tiene un alcance de 4.600 kilómetros y una autonomía de 15 días.
De este modo, las Karakurt podrían convertirse en una herramienta de defensa capaz de operar tanto en la zona litoral como en aguas abiertas. Pese a sus dimensiones relativamente pequeñas, este buque cuenta con un amplio arsenal de armas más que avanzadas, como la lanzadora de misiles 3S14, capaz de lanzar misiles de crucero Kalibr y misiles supersónicos antibuque Onyx. Rusia ya ha utilizado proyectiles de esta clase durante sus ataques contra los yihadistas de Daesh —autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países— en Siria. Los lanzamientos se realizaron desde los mares Caspio y Mediterráneo gracias a que estos misiles tienen un alcance de hasta 2.500 kilómetros.
La novedosa corbeta también cuenta con un cañón automático AK-176, capaz de disparar hasta 125 proyectiles de 72 milímetros cada minuto a una distancia de hasta 16 kilómetros. Además, este cañón es casi invisible a los radares enemigos gracias al uso de la tecnología 'stealth'.
Asimismo, la corbeta Karakurt está equipada con la modificación naval del sistema de artillería y misiles Pantsir —capaz de seguir y atacar hasta cuatro objetivos a la vez—, así como con proyectiles de nueva generación Germes-K. El Pantsir-M tiene un alcance de entre varias decenas de metros y 20 kilómetros.
Según declaró el experto militar Dmitri Kornev, la corbeta Karakurt se usará para fortalecer las capacidades defensivas de Rusia y ayudará al país eslavo a disuadir a la OTAN.
"En teoría, los pequeños buques portamisiles rusos serán capaces de alcanzar cualquier objetivo terrestre o marítimo ubicado en Europa", indicó.
Subrayó también que el llamado Tratado INF (Intermediate-Range Nuclear Forces Treaty, en inglés), firmado por la URSS y EEUU en 1987, prohíbe la fabricación de misiles balísticos y de crucero, pero no menciona los misiles lanzados desde un buque. De modo que los pequeños barcos equipados con misiles Kalibr podrían ser muy eficaces en la disuasión de las Armadas occidentales.
"La Armada de EEUU cuenta con un gran arsenal de misiles Tomahawk. En su mayoría, los buques rusos fabricados en la época de la URSS están equipados con misiles antibuque. A su vez, el Kalibr es un misil polivalente. Esta es la razón por la que la Armada rusa necesita estas corbetas pequeñas", explicó Kornev.
Se espera que las primeras corbetas de la clase Karakurt entren en servicio en diciembre de 2017 y que el resto de buques lo haga entre los años 2018 y 2020.