El presidente de EEUU, Donald Trump, está más que orgulloso de las últimas órdenes que está dando, ante el asombro de buena parte del mundo. La última de ellas ha tenido lugar este jueves, cuando usó la llamada "madre de todas las bombas" en la provincia oriental de Nangarhar contra una instalación del Estado Islámico (EI). Ahora el Pentágono ha difundido el vídeo en el que se puede ver el preciso momento del impacto y sus consecuencias.
Casi de forma paralela a la difusión de las imágenes, el general John W. Nicholson, comandante de las tropas estadounidenses en Afganistán, ha asegurado que la bomba GBU-43 era el arma correcta.
"Era el arma correcta contra el objetivo correcto", ha indicado en una rueda de prensa en Kabul Nicholson, también máximo responsable de la misión de la OTAN en el país, en alusión a un complejo de túneles, cuevas y búnkers en el distrito Achin de Nangarhar, que el EI utilizaba como una base de operaciones
Era el arma correcta contra el objetivo correcto
El militar estadounidense ha indicado que la bomba, de 10 toneladas y una de las más potentes del arsenal convencional de EEUU, es "un arma efectiva" y por ello decidieron emplearla en la campaña lanzada en marzo por las tropas afganas contra el EI.
Así, ha afirmado que la base alcanzada era un "gran obstáculo" en la lucha contra ese grupo terrorista y por ello "era el momento correcto para usarla".
LA ESTRATEGIA DE TRUMP
Nicholson mantuvo que hasta el momento se han contabilizado 36 muertos en el ataque, "totalmente coordinado" con el Gobierno afgano, y subrayó, como ha venido informado el Ejecutivo de Ashraf Gani, que no se han producido bajas civiles
El portavoz del Ministerio de Defensa afgano, Dawlat Waziri, precisó en la misma rueda de prensa que solo una familia vivía en las cercanías del lugar del bombardeo y que había sido evacuada ayer, pocas horas antes de la acción militar.
También señaló que algunos de los túneles, construidos por los muyahidines durante la época de la invasión soviética a Afganistán, se encontraban a 40 metros de profundidad por lo que la Fuerza Aérea afgana no podía destruirlos.
Nicholson indicó que en este momento las tropas afganas y estadounidenses están sobre el terreno y continuarán la tarea de "despeje".
Afirmó que Estados Unidos continuará trabajando "hombro con hombro" con Afganistán para eliminar a un grupo que ha cometido, dijo, atentados contra manifestantes pacíficos, mezquitas y hospitales; ha matado con explosivos a civiles y ancianos y ha secuestrado a mujeres y niñas.
"Son animales", dijo.
En los últimos dos años, alrededor de 400 kilómetros cuadrados de territorio han sido despejados de presencia del EI en Nangarhar, el principal bastión del grupo, donde han pasado de estar presentes en 11 distritos a controlar "una pequeña zona".
El ataque se produjo después de que el Gobierno de Afganistán afirmara esta misma semana que el número de insurgentes del EI en el país es inferior a 400 y que el año pasado abatió a unos 2.500 miembros del grupo, lo que redujo su presencia a sólo dos de las 34 provincias afganas.
También la misión de la OTAN en Afganistán informó la semana pasada de que en los dos últimos años ha reducido a la mitad el número de miembros del grupo terrorista y en más de un 60 % el territorio controlado por el EI en el país.
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