Barcelona es, quizás, el puerto español con más frecuencia visitado por buques de la Marine Nationale Française, lo que no sorprende, ya que se encuentra a menos de un día de navegación de la importante base de Tolón, donde se asienta su poder aeronaval y grupo de escolta. En esta ocasión ha sido el destructor MNF Chevalier Paul D621, de 5.791 toneladas de desplazamiento, el que amarraba sus estachas al muelle Barcelona Este el pasado 10 de junio para una estancia de tres días
Su nombre recuerda a Jean-Paul de Saumeur, un distinguido marino del siglo XVII, nacido en Marsella, protegido del cardenal Richelieu, que resultó herido en el combate naval librado frente a Barcelona en 1655 en el curso de la Guerra entre Luis XIV de Francia y Felipe IV de España. El buque forma con su pareja Forbin D620, una rara avis en las listas de la antigua Royale, nombre con el que era conocida la Marina Francesa entre los siglos XVII y XIX

La arquitectura stealth y la asimetría les confieren una personalidad acusada y sofisticada, sin llegar al extremo de los destructores de la clase USS Zumwalt DDG1000, un buque realmente novedoso y avanzado, pero carísimo.Por desplazamiento y dimensiones, recuerda los cruceros ligeros de antaño, que tantas veces hemos visto en aguas de Barcelona. (Albert Campanera i Rovira / Fotografías de J. Montoro)