Una misión de unos diez u once meses en la órbita marciana. Esa es la premisa que Lockheed Martin ha puesto sobre la mesa de cara a la próxima década
Lockheed Martin, el mayor fabricante de armas del mundo por ingresos, despeja el camino hacia Marte. Ante el secretismo de la NASA respecto a sus planes de colonización del planeta rojo, el constructor de armamento y vehículos aeroespaciales ha decidido tomar la iniciativa. Y lo ha hecho con un plan ambicioso, presentado en la conferencia Humans to Mars, en la que ha puesto sobre la mesa un proyecto que pretende enviar a seis personas a la órbita de Marte en 2028.
La compañía presentará hoy el plan de manera detallada pero, visto su recorrido en tecnología espacial, Lockheed sabe que va a contar con la atención de los asistentes. No en vano, la firma fue la encargada de fabricar algunos componentes del programa Apollo y en la actualidad manufactura la Orion, la cápsula con la que la NASA pretende pisar el planeta vecino por vez primera.
Pero todavía se desconocen los pasos que la agencia va a seguir para que ese plan sea una realidad. Ante ese silencio informativo, Lockheed Martin ha lanzado un globo sonda: enviar una primera tripulación a orbitar Marte a finales de la próxima década. "Orbitar el planeta es un paso previo necesario antes de aterrizar. Ese es el plan de la NASA y nosotros sólo estamos rellenando los huecos en ese plan", ha explicado Tony Antonello, responsable tecnológico de la división de exploración espacial civil, a Popular Science.
En la propuesta de Lockheed Martin se utilizarán tecnologías ya fabricadas, como la nave Orion, o en pleno proceso de desarrollo
El plan de Lockheed se cimenta en tecnología ya existente o en pleno desarrollo, hecho que alimenta la esperanza de Lockheed de convertirlo en realidad. Para ello, se valdrá de la nave Orion, que ya voló a finales de 2014; de un hábitat para el espacio profundo (que el constructor está fabricando para tratar de hacerse con el favor de la NASA de cara a los viajes a Marte) y de la propulsión eléctrica que la agencia espacial está investigando en la actualidad y que propulsará todos los componentes que viajen hasta el planeta rojo. Una corte de 'rovers' y drones completará una expedición en la que ningún astronauta pisaría suelo marciano, logro que se deja para más adelante.
El vehículo que Lockheed Martin pretende enviar a Marte estaría compuesto de una nave Orion adicional, necesaria para afrontar ocasionales emergencias, y contaría con elementos estructurales que le permitirían generar electricidad 'in situ', como paneles eléctricos. También contará con otras estructuras pensadas para resguardar a la tripulación de la radiación solar, uno de los grandes problemas a los que se enfrentarán los primeros hombres y mujeres que hagan el viaje entre ambos planetas
Que la nave Orion ofrezca mayor resistencia a esa radiación es un componente que permitirá eliminar redundancias en la nave. Las cápsulas ofrecerán protección adicional si se produce una tormenta solar mientras que los depósitos de combustible serían una capa adicional contra las nocivas emisiones solares, como se puede observar en la imagen superior.
Más ciencia en medio año que en los últimos cuarenta
Lockheed Martin ha bautizado el proyecto como Mars Base Camp y pretende utilizar el nuevo cohete de la NASA, el SLS, para colocar todas las piezas de este gigante mecano en órbita lunar para ensamblarlas ahí e iniciar el tránsito hacia Marte. El primer vuelo de dicho propulsor no está previsto hasta 2018 y el primero tripulado no se producirá hasta 2021, como muy pronto, o 2023, como muy tarde.
Dibujo del concepto para un robot volador que podría explorar Marte. Si la NASA envía astronautas en órbita alrededor de Marte, podrían operar de forma remota tales robots en tiempo real de encontrar un lugar seguro para el aterrizaje de los primeros exploradores de Marte.
La expedición estaría compuesta del vehículo tripulado y de una pequeña colonia robótica que los astornautas controlarían desde la órbita marciana. Los retrasos en las comunicaciones entre la Tierra y el planeta rojo, que nunca descienden de unos doce minutos, no permiten la exploración en tiempo real. Cada día, los equipos situados en la Tierra que trabajan con los 'rovers' que llevan años en Marte, revisan el trabajo hecho durante la jornada y programan las instrucciones que se deben ejecutar el día siguiente
Según el fabricante estadounidense, los astronautas a bordo de la Mars Base Camp podrían controlar los vehículos en tiempo real y prestar atención a elementos que pueden pasar por alto a lo largo del día y que no se pueden inspeccionar con detalle debido al retraso en las comunicaciones.
"Llevar a investigadores con sus propios laboratorios les permitirá lograr más resultados científicos en pocos meses que todo lo que se ha logrado en cuarenta años", asegura Antonelli.
Lockheed Martin ofrecerá más detalles del Mars Base Camp durante el encuentro Humans to Mars. Unos detalles que permitirán conocer mejor los planes que, tanto la compañía privada, como la NASA, tienen de cara al futuro viaje al planeta vecino.
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