UAV experimental que Northrop Grumman está desarrollando junto a la Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa estadounidense (DARPA) y la Oficina de Investigación Naval (ONR) ha superado dos hitos de gran importancia. Se trata del TERN o Tactical Exploited Reconnaissance Node, es decir, Nodo de Reconocimiento Explotado Tácticamente, destinado a dotar a cualquier buque de la U.S. Navy que tenga cubierta de vuelo, aunque sea pequeña, con la capacidad de operar un vehículo aéreo no tripulado de la categoría MALE (media altitud y gran autonomía).
En octubre el programa superó la Revisión Crítica del Diseño (CDR o Critical Design Review) del sistema de propulsión, basado en un motor turboeje de General Electric. También superó la CDR del sistema de gestión del vehículo que abarca tanto la arquitectura hardware como software que permitirán al vehículo despegar y aterrizar verticalmente desde la cubierta de vuelo de un buque y realizar la transición hacia el vuelo horizontal.
Northrop Grumman se adjudicó en diciembre del año pasado la fase 3 de este programa de DARPA, fase que incluye el diseño detallado, el desarrollo de dos demostradores a escala real y la realización de pruebas de despegue y aterrizaje vertical tanto en tierra como en un buque. Si el programa avanza satisfactoriamente la empresa confía en realizar una demostración aérea en 2018.
El programa TERN y el concepto de letalidad distribuida
Se trata de un proyecto que busca dotar a los buques de la U.S. Navy de pequeño y medio tamaño con vehículos aéreos no tripulados (UAVs) de media altitud y gran autonomía. El objetivo final es poder ofrecer a los buques que no disponen de gran cubierta de vuelo como los portaaviones la posibilidad de emplear UAVs con las que realizar misiones de Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento (ISR) e incluso de ataque en cualquier lugar del mundo con un alcance de 600 millas náuticas.
El futuro gran UAV de la U.S. Navy supera dos importantes hitoshttps://t.co/CHWspCOUg4 pic.twitter.com/rf8RCYWIU1— tecnologiabelica (@tecnologiabeli1) 2 de diciembre de 2016
En marzo del año pasado nos hicimos eco por primera vez de este programa cuando se llegó a la fase dos del programa, la correspondiente al estudio de viabilidad y reducción de riesgos a la que había llegado también Aerovironment que finalmente fue apartada en septiembre del año pasado de la competición. En la fase I o de diseño preliminar las dos empresas habían presentado sus candidatos.
La configuración del TERN es llamativa, se trata de un diseño de ala volante con estabilizador vertical y un propulsor delantero con hélices contrarotatorias o “tail-sitter” (que aterriza por la parte del timón). Recuerda a algunos diseños de la era de los cincuenta con los que se investigaba el despegue y aterrizaje vertical como el Convair XFY-1 “Pogo”. Si el funcionamiento se asemeja al de este, es de esperar que el UAV despegue y aterrice verticalmente usando esos propulsores como los rotores de un helicóptero para luego pasar a una fase de vuelo horizontal en la que actuarán como propulsores para finalmente aterrizar posándose sobre su timón.
La U.S. Navy necesita disponer de capacidades que le permitan realizar cada vez más misiones del tipo ISR en entorno naval o costero, por ello se intentan superar dos restricciones, la primera es a la hora de despegar y aterrizar desde cubiertas de vuelo de pequeño tamaño o con mal estado de la mar. La segunda sería la fase de transición desde el despegue hasta poder realizar una misión de larga duración a velocidad de crucero.
El nuevo concepto de “letalidad distribuida” de la U.S. Navy hace referencia a que formaciones de buques dispersas entre sí podrán incrementar su capacidad ofensiva frente a la estrategia china de denegación de área o de acceso. La idea básica que encierra es tan simple como la describió el contralmirante Peter Fanta de la U.S. Navy, “si flota debe combatir”, “hagamos que cada crucero, destructor, buque anfibio, buque de combate del litoral sea un obstáculo grave para alguien”.
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Esta estrategia pasa por armar tantas plataformas existentes como sea posible para lograr más letalidad y la adopción de aeronaves no tripuladas que puedan operar desde otros buques que no sean portaaviones resulta esencial tanto para las citadas misiones ISR como para las de ataque ya que el TERN contará con lanzadores para misiles bajo las alas
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