Miguel Jorge
Y sobre todo un mensaje a los países occidentales: Rusia regresa al Ártico. De acuerdo a Reuters estamos ante el mayor despliegue militar en la zona desde la caída de la Unión Soviética en 1991. Desde entonces Putin no ha cesado en su empeño por avanzar y aumentar su capacidad militar en la zona, incluso más que antaño. La expansión también tiene connotaciones geopolíticas y financieras, principalmente porque esta zona helada del planeta alberga grandes reservas de petróleo y gas, dicen que equivalentes a 400 mil millones de barriles de crudo.
Terminado en 1957, el rompehielos Lenin fue el primer buque de superficie propulsado por energía nuclear en el planeta. Se trataba de un rompehielos polar alimentado por dos reactores nucleares y cuatro turbinas Kirov de vapor. En el año 1989 fue dado de baja debido a que su casco estaba desgastado por la fricción del hielo. Desde entonces se encuentra anclado en una base para rompehielos nucleares en Múrmansk (Rusia), precisamente el lugar de donde parten las fotos de finales de enero.
Hablamos del Lenin porque fue un tesoro de la URSS en su momento, y hoy Moscú se encuentra construyendo otros tantos rompehielos nucleares junto a las bases militares de la zona helada (uno de ellos será el más grande del mundo). La idea es intentar demostrar el poderío armamentístico ruso al resto de naciones interesadas (Estados Unidos, Canadá y Noruega principalmente), al que Reuters añade un nuevo y enigmático jugador en el tablero del Ártico: China.
¿Qué ha hecho Putin en los últimos meses? Según la agencia y con la idea de reforzar su papel en el Ártico, ha ordenado reabrir antiguas bases aéreas y militares rusas así como la inclusión de radares en las islas árticas. Por su parte y ante este movimiento, Estados Unidos ha desplazado a más de 300 marines a Noruega para permanecer medio año como señal de fuerza.
Como decíamos al comienzo, poca broma. Se trata del primer gran despliegue de tropas extranjeras en esta zona desde la Segunda Guerra Mundial. Así que cuando vemos a los militares rusos vestidos de blanco como los villanos de una película de James Bond junto a sus trineos de madera y sus renos, los rusos están mandando un mensaje codificado al resto del planeta.
Aquí están ellos, y posiblemente mejor preparados que cualquier otra tropa que quiera hacerles frente en la “toma” por el Ártico.
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