La compañía coreana KAI (Korean Air Industries), fabricante del avión de combate FA-50, y la sueca Saab, responsable del caza Gripen, están inmersas en plena ofensiva para hacerse con los 2.000 millones de pulas (más de 165 millones de euros al cambio actual) presupuestados por Botsuana en su programa del futuro sustituto de los F-5 con los que actualmente opera la fuerza de defensa del país (BDF, por sus siglas en inglés.
El periódico local Sunday Standard se ha hecho eco de las presiones que la empresa coreana está realizando al Gobierno del país para “asegurar el lucrativo acuerdo de miles de millones”, lo que, añade, está “causando malestar en Saab”, que lleva meses trabajando por hacerse con el contrato.
KAI ha preparado un documento, fechado en mayo de 2017, titulado FA-50 para la Fuerza de Defensa de Botswana: la elección correcta para el futuro. Esta iniciativa ha pesado en la invitación que el Gobierno de Suecia cursó al presidente botsuanés, Ian Khama, para que visitase hace dos meses el país europeo.
En todo caso, los sucesivos ministros de Defensa de Botsuana junto con miembros del alto mando de la BDF llevan de 2013 manteniendo reuniones con funcionarios surcoreanos. En el documento que KAI ha elaborado para aumentar sus opciones se recuerda que el FA-50, fabricado junto con la firma norteamericana Lockheed Martin, puede realizar tanto tareas de combate como de entrenamiento. No obstante, se trata de la variante de ataque ligero del T-50, un modelo creado para la formación avanzada.
Otra baza importante esgrimida por los coreanos es la “asequible adquisición y el bajo coste de operación” de su aparato en comparación con sus competidores de los países europeos, especialmente Suecia, según cita Sunday Standard. KAI asegura que su FA-50 tienen el mismo tamaño, el mismo motor y un rendimiento similar al Gripen, mientras que su coste de vida es tres veces menor.
La información recoge que además de Corea del Sur y Suecia, también “están desesperados por una porción del presupuesto militar de más de 20.000 millones de pulas (más de 1.650 millones de euros)” otros países, entre los que cita Brasil. Las autoridades botsuanesas han reconocido la negociación “con varios gobiernos y fabricantes de aviones”.
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