Antes del 31 de julio, Ankara deberá elegir entre el S-400 ruso o el Joint Strike Fighter (F-35) americano.
El Pentágono ha comenzado el proceso de retirar a Turquía del programa F-35 Joint Strike Fighter, para lo que ha elaborado planes para transferir las funciones de fabricación de las piezas que se fabrican en Turquía a otros fabricantes estadounidenses y aliados, dijeron el viernes funcionarios de defensa de Estados Unidos.
Washington le ha dado a Ankara una fecha límite: el 31 de julio, Turquía debe cancelar su orden de misiles interceptores S-400 rusos, o perderá su derecho a comprar 100 F-35 y a fabricar piezas de repuesto para un número aún mayor de estos jets de alta tecnología, dijo a la prensa la jefa de adquisiciones del Pentágono, Ellen Lord, el pasado viernes.
“Como hemos comunicado muy claramente a todos los niveles, Turquía no recibirá el F-35 si recibe el sistema S-400”, dijo Lord. “Por lo tanto, tenemos que empezar a deshacer la participación de Turquía en el programa.”
A los responsables estadounidenses les preocupa que el radar del S-400 obtenga detalles técnicos sobre los F-35, y luego los reenvíe a Rusia, que utilizará la información para mejorar la capacidad del S-400 para atacar al avión.
En una carta enviada el 6 de junio al ministro de Defensa turco Hulusi Akar, el secretario de Defensa estadounidense en funciones Patrick Shanahan, le dijo que los estadounidenses estaban “decepcionados” porque los militares turcos estuvieran en Rusia adiestrándose en el uso del S-400.
Eso hizo que el Departamento de Defensa anunciara que expulsaría a los pilotos turcos que están adiestrándose en el vuelo del F-35 en la Base Luke en Arizona el 31 de julio. Turquía ya tiene cuatro F-35 en Luke y, a finales de este año, el fabricante, Lockheed Martin, debía entregar el primer avión con base en Turquía.
A principios de este año, Estados Unidos detuvo los envíos a Turquía de equipo F-35 necesario para pilotar el avión y levantar una instalación de mantenimiento.
Turquía fabrica piezas clave del F-35, entre las que se incluyen el tren de aterrizaje y el fuselaje central. En total, 937 de las piezas distintas, de las que, alrededor de 400 de ellas, se montan en todos los aviones de los aliados de Estados Unidos. La mayoría de los proveedores sustitutos, dijo Lord, son compañías estadounidenses.
El “reparto de trabajo actual de Turquía se transferirá a fuentes alternativas a medida que se califiquen”, dijo. “Este enfoque deliberado y mesurado, destinado a permitir que nuestros homólogos turcos se ajusten a esta transición, se acelerará en gran medida si Turquía acepta la entrega del S-400 antes del 31 de julio”.
El mes pasado, la directora ejecutiva de Lockheed Martin, Marillyn Hewson, dijo que otros países estaban interesados en comprar aviones que se están construyendo actualmente para Turquía.
Varias veces durante la sesión informativa del viernes, los responsables de la defensa de Estados Unidos destacaron que Turquía podría reanudar fácilmente la plena participación en el programa F-35.
“Ninguno de los pasos que estamos dando es irreversible”, dijo Lord. “Si Turquía decide renunciar a la entrega del S-400, esperamos restaurar la actividad normal del programa.”
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