Un cohete Falcon 9 de la compañía SpaceX ha explotado ayer en la estación espacial de Cabo Cañaveral mientras realizaba una prueba antes de su lanzamiento, previsto para mañana sábado día 3 de septiembre A bordo llevaba el satélite israelí Amos-6 de la compañía Spacecom.
El incidente se produjo cerca de las 15:07 horas en España (09:07 hora estadounidense) mientras la compañía realizaba una prueba de ignición con la carga de la misión ya instalada. Las primeras investigaciones han apuntado a un fallo en la plataforma de lanzamiento, y no en el propio cohete, como motivo de la explosión
El incidente se produjo cerca de las 15:07 horas en España (09:07 hora estadounidense) mientras la compañía realizaba una prueba de ignición con la carga de la misión ya instalada. Las primeras investigaciones han apuntado a un fallo en la plataforma de lanzamiento, y no en el propio cohete, como motivo de la explosión
Aunque no se produjeron víctimas humanas, el vehículo y su carga útil han quedado totalmente destruidos, según ha confirmado la empresa en Twitter
El lanzador llevaba a bordo el satélite de telecomunicaciones israelí Amos-6,valorado en más de 200 millones de dólares y cuyo objetivo era reforzar el servicio de comunicaciones del Gobierno israelí y proporcionar servicios en una zona que va desde la costa de EEUU hasta Europa, África y Oriente Medio.
Así mismo, Facebook, en colaboración con Eutelsat, planeaba usar el satélite de fabricación israelí Amos-6 para ofrecer cobertura de internet de banda ancha a zonas del África subsahariana, como parte de su iniciativa Internet.org
Mark zuckerberg, el fundador de Facebook, no ha perdido la esperanza en ese proyecto y ha asegurado que "hemos desarrollado otras tecnologías, como Aquila (un dron solar autónomo) que lograrán el mismo objetivo y trabajaremos para que todo el mundo tenga la calidad de conexión que el satélite hubiese proporcionado".
La compañía dueña del satélite, Spacecom, se encuentra en plenas gestiones de ser adquirida por la empresa china Xinwei, por un coste de 285 millones de dólares
Sin embargo, no es la primera vez que un cohete de SpaceX explota, ya que en junio del año pasado estalló otro de sus lanzadores que debía transportar la cápsula Dragon con suministros para la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés). En ese caso, las investigaciones apuntaron a que la explosión se debió a la rotura de un puntal de acero.
SpaceX, propiedad del multimillonario Elon Musk, está trabajando en reutilizar partes de cohetes para abaratar los viajes espaciales y ya ha conseguido su primer cliente, el operador satelital SES, que pondrá en órbita el satélite geostacionario Ses-10
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