El Liaoning, único portaaviones de China, ha entrado este lunes en el mar del Sur de China en su camino al Pacífico para participar en unas maniobras.
Antes de llegar al mar de la China Meridional acompañado por cinco buques, el Liaoning navegó por el sur de Japón y el sureste de las Islas Pratas, controladas por Taiwán, según ha comunicado el Ministerio taiwanés de Defensa, citado por la agencia Reuters.
A principios del mes en curso, el Liaoning había participado en otros ejercicios en el norte de China. El nuevo desplazamiento constituye la primera vez que se dirige al Pacífico desde su entrada en servicio en 2012.
Nuestro Liaoning debe disfrutar de la ley de libertad de navegación y sobrevuelo establecida por el derecho internacional, y esperamos que todas las partes puedan respetar este derecho de China”, indica la portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Hua Chunying.
Los movimientos del portaaviones chino, ha asegurado este mismo lunes la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Hua Chunying, están dentro de la ley, pese a que la prensa china ha celebrado que el Liaoning esté listo para el combate.
“Nuestro Liaoning debe disfrutar de la ley de libertad de navegación y sobrevuelo establecida por el derecho internacional, y esperamos que todas las partes puedan respetar este derecho de China”, ha indicado Hua.
El envío del portaaviones al Pacífico, según algunos analistas de las relaciones internacionales, pueden traducir la intención de China de demostrar su fuerza a Estados Unidos en medio de las tensiones entre ambos países, agravadas por el contacto telefónico que mantuvo el presidente electo estadounidense, Donald Trump, con su homóloga de Taiwán —que, según Pekín, es parte del territorio chino
La conversación telefónica hizo que China movilizara su bombardero nuclear de largo alcance H-6. Con fecha anterior, el ministro de Exteriores del gigante asiático, Wang Yi, había mostrado su rechazo a la inusual conversación, pero restándole importancia.
Este mismo lunes Pekín ha probado además un nuevo prototipo de avión de combate furtivo FC-31 Gyrfalcon con miras a blindar sus Fuerzas Armadas. Este acto demuestra que además de la Marina, China también está modernizando su Ejército del aire.
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