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jueves, 2 de febrero de 2017

Revolución estratégica mundial: 1000 ojivas nucleares para China

Guillermo Pulido 

Primera prueba nuclear china, 1964

El martes 31 de enero de 2016, se informó que los chinos hicieron una prueba de una nueva versión de su ICBM DF-5 (la versión C) capaz de transportar 10 cabezas nucleares. El DF-5C de 10 ojivas es una gran mejora respecto a las 3 cabezas del DF-5B o de la única cabeza que transporta el DF-5A. Esta noticia, que se suma a la de hace pocos días sobre la entrada en servicio de varias brigadas de ICBM DF-41, indica que China va rápidamente hacia un arsenal de aproximadamente de entre 800-1000 cabezas nucleares desplegadas y operativas (a lo que habría que añadir por lo menos algunos cientos de ojivas nucleares adicionales almacenadas en reserva). Esto representa toda una revolución nuclear, ya que hasta hace pocos días se creía que China tenía solamente unas 260 cabezas nucleares en total, incluyendo las operativas/desplegadas y las que estaban en reserva.

Evolución estimada del arsenal nuclear chino.


Comparación de cuatro estimaciones del número de cabezas. Fuente: “Chinese Nuclear Proliferation”, Susan Turner Haynes.

Evolución de la estructura del arsenal nuclear chino. Fuente: “Chinese Nuclear Proliferation”, Susan Turner Haynes.

La estimación de 800-1000 cabezas nucleares no es fruto de la arbitrariedad, sino que se hace calculando el número de misiles ICBM que tiene China por el número de ojivas que puede transportar cada uno de ellos. 1) Teniendo en cuenta que China tiene unos 20 DF-5, cuando estos pasen de las versiones A y B a la C, ese país tendrá 200 ojivas solamente desplegadas en esa clase de ICBM. 2) A ello habría que sumar el DF-31B, que se especula con que es una versión MIRV de varias ojivas por misil que superaría a las 3-5 cabezas de los DF-31A. Dado que China tiene unos 40 DF-31 (las estimaciones varían entre 36 y 50), si cada uno de ellos transportase al 5 cabezas o más (algunos elevan a 10 MIRV) implica que China tendría entre 200 ojivas desplegadas en ese tipo de misil (5 ojivas por 40 misiles). 3) Los misiles DF-41 han entrado hace poco en servicio, pero como expliqué hace unos días habrán en poco tiempo cuatro brigadas desplegadas (ya hay dos según las filtraciones de prensa) de entre 10 y 12 misiles cada brigada. Dado que se estima que será un misil “mirvado” con unas 10 ojivas en cada misil, daría a unas 400 cabezas en total aproximadamente. 4) En resumen, estaríamos hablando de 200 cabezas en DF-5C, 200 en DF-31B y 400 en DF-41 (200+200+400 = 800).

Mirvado hipotético del DF-5A en un análisis de hace años de la Fundación Heritage.


Misiles DF-5 en base subterránea.

Instalaciones de una brigada de DF-5, con un silo en la parte superior izquierda de la imagen.

A lo anterior habría que añadir los misiles intercontientales chinos JL-2 en submarinos balísticos Tipo-94. Se estima que hay ya 4 de esos submarinos desplegados (de 8 planeados), con 12 misiles JL-2 en cada uno. Cada JL-2 tiene una cabeza nuclear en la primera versión del misil, y de 3 a 4 ojivas en la versión JL-2C. Por consiguiente, tendríamos 48 cabezas nucleares para 48 JL-2 y 144/192 ojivas para la versión JL-2C, duplicándose esa cifra si se llega a los 8 submarinos SSBN Tipo-94. Estas cifras han de sumarse a las 800 ojivas desplegados en los misiles DF-5, DF-31 y DF-41, por lo que estimar en 1000 el número de ojivas no es absoluto descabellado (excluyo los DF-4 ya que no tienen alcance para llegar a los Estados Unidos contienentales) (también habría que añadir las ojivas desplegadas en bombarderos aunque no tienen alcance intercontinental, así como las cabezas nucleares desplegadas en misiles de alcance medio e intermedio). De hecho, la estimación de entre 800-1000 cabezas nucleares es la misma que ha hecho el STRATCOM (Mando Estratégico de EEUU).
Tres submarinos balísticos Tipo-94 en puerto fotografiados hace algunos años.


Comparación entre los SLBM JL-1 y JL-2. Fuente: Wikipedia.

Que China se esté dirigiendo rápidamente hacia un arsenal de unas 1000 ojivas nucleares como mínimo, representa un cambio espectacular y significa toda una revolución estratégica mundial. Desde los tiempos de la Guerra Fría, solo hubieron dos grandes potencias nucleares, teniendo el resto de potencias un arsenal nuclear muy reducido. Con los EEUU y Rusia disminuyendo sus arsenal nuclear estratégico a unas 1500 cabezas para implementar el tratado New START, significaría que China sería una potencia nuclear de tamaño similar al de eso dos países. No obstante, debemos tener en cuenta que China podría añadir algunos ICBM extra y culminar el desarrollo de su nuevo bombardero estratégico, por lo que podría llegar a tener un arsenal nuclear de tamaño igual al de Rusia y EEUU. De hecho ese parece el plan subyacente del gobierno chino al pretender desplegar 8 submarinos balísticos, ya que es la misma cifra de esa clase de submarinos que planea tener Rusia cuando termine de desplegar sus 8 SSBN clase Borey.

La Federación de Científicos Americanos estima (en rojo) que China podría tener material fisible para construir al menos 1660 cabezas nucleares.

¿Por qué China necesita un arsenal nuclear de gran tamaño?

Como expuse en este artículo sobre el arsenal nuclear chino, esto no es algo que pueda achacarse a la retórica antichina que del que está haciendo gala el presidente Trump, sino que se corresponde con un plan que probablemente se iniciara como tarde durante la primera administración de Obama. Probablemente, los chinos fueron cobrando conciencia que un enfrentamiento militar con EEUU empezaba a ser algo probable ya que el ascenso a gran potencia mundial de China y sus reivindicaciones territoriales en los mares adyacentes a su costa la ponen en rumbo de colisión con EEUU, situación que podría culminar en un enfrentamiento militar directo con los estadounidenses, o en un cara a cara militar para forzarles coercitivamente a retirarse de la región (bajo la amenaza una guerra asimétrica antiacceso y negadora de área que expliqué en este artículo sobre la Fuerza de Cohetes china).

No obstante, aunque la guerra asimétrica contra EEUU podría resultar en la destrucción del despliegue y la logística militar de ese país en Extremo Oriente, no implica necesariamente que ello acabase con la voluntad de lucha de los estadounidenses. Aunque un número elevado de bajas en una guerra corta de alta intensidad podría ser demasiado para la opinión pública norteamericana, no deja de ser verdad que podría ocurrir justo lo contrario y clamar por una venganza y guerra larga contra China. La opción más evidente y efectiva que tendrían los EEUU a su disposición, sería la de replegarse a la segunda cadena de islas y desde allí plantear una estrategia de bloqueo distante contra las líneas de comunicaciones marítimas de China, atacar la infraestructura de sus ciudades cerca de la costa, etc, causando un daño económico mucho muy severo y abortando de golpe su ascenso a ser la economía más grande del planeta (China ya es la economía más grande en términos de paridad de poder adquisitivo, pero aún no en términos nominales al tipo de cambio yuan/dólar).

Para conjurar la posibilidad de un bloqueo distante contra su economía y sus líneas de comunicaciones, la opción más efectiva y directa que tiene China a su disposición, es que en caso de enfrentamiento militar a gran escala con EEUU, dicho enfrentamiento representase un riesgo de escalada nuclear que implique la destrucción mutua asegurada entre los dos países. Sin ir más lejos, esa es la estrategia y doctrina nuclear que tiene Rusia en la actualidad, que consiste en amenazar con escalar el conflicto al plano nuclear en caso que una guerra convencional amenazara los intereses nacionales existenciales rusos. Si Rusia comenzase a perder una guerra convencional contra países de la OTAN, podría usar de manera limitada su armamento nuclear para equilibrar la situación. En el caso que la OTAN también decidiese responder nuclearmente, el riesgo de que se escale hasta la guerra nuclear a gran escala se incrementaría dramáticamente, siendo un coste y riesgo inaceptable para cualquier país proseguir con las hostilidades, por lo que la amenaza nuclear tendrían el efecto de hacer coerción contra planes hipotéticos de EEUU o la OTAN de hacer una guerra convencional victoriosa contra Rusia (ya que Rusia está en una gran inferioridad militar convencional respecto al conjunto de la OTAN).

A esta doctrina se la conoce como “escalar para desescalar” y no es algo exclusivo de Rusia, sino que desde los años 60 hasta el fin de la Guerra Fría fue la doctrina que tuvieron los EEUU y la OTAN (Respuesta Flexible) para compensar la superioridad militar convencional soviética en Europa. China ahora estaría haciendo algo parecido a lo que hace Rusia desde el final de la Guerra Fría y a lo que hizo la OTAN hace décadas. De hecho es habitual leer artículos de analistas chinos y rusos sobre que China necesita una estrategia nuclear adecuada a sus necesidades estratégicas contemporáneas.

Hay que recordar que, hasta ahora, la estrategia nuclear china ha estado basada en tener un arsenal nuclear muy pequeño, que implique un grado de “destrucción inaceptable” contra el país nuclear que decida atacarles o amenazar con atacarles. Bajo esa doctrina, China ni siquiera tendría una estrategia de “disuasión mínima”, ya que tal estrategia consiste en tener la suficiente cantidad de fuerzas de segundo ataque con el que poder destruir al país amenaza (lo que la enmarca dentro del concepto de Destrucción Mutua Asegurada). La doctrina china de “daño inaceptable” no implica la destrucción de todo el país enemigo sino, por ejemplo, solo destruir algunas pocas ciudades. Dicha doctrina tenía sentido cuando China tenía que defenderse de una posible invasión de la Unión Soviética, es decir: de una guerra total de alta intensidad. Pero en una guerra limitada, en la que no se amenaza a China con su destrucción o con invadir amplios espacios de su territorio (como la invasión del norte industrial chino con el que amenazaba la URSS), la doctrina de “daño inaceptable” no tiene sentido. En una guerra hipotética con EEUU solo se atacarían sus líneas de comunicaciones marítimas, bases y objetivos militares, y algo de su infraestructura civil.

No hay que olvidar que desde la Revisión de la Postura Nuclear de 2010, los EEUU buscan la superioridad nuclear absoluta con una doctrina de combate nuclear (Countering Air and Missile Threats: Conventional Prompt Global Strike, Defensas Antimisiles), lo que probablemente alarmase a los dirigentes chinos al perder la credibilidad nuclear disuasiva con la implementación de esa doctrina americana. Para colmo, aunque los planes de tener un arsenal nuclear de gran tamaño vienen como tarde de la Revisión de 2010, Trump ha azuzado esa tendencia, ya que en todas sus declaraciones públicas nucleares abogaba por la modernización de su arsenal nuclear y antimisil lo máximo posible, y en su primer memorándum de seguridad nacional ordena hacer nuevas revisiones de la postura nuclear y antimisil, revisiones que previsiblemente serán aún mucho más agresivas para la credibilidad disuasiva china de lo que fueron las posturas de Bush y Obama.

Conclusión: revolución nuclear estratégica mundial

En una guerra limitada con EEUU, China ha de tener capacidades de guerra nuclear limitada con el que poder “escalar para desescalar” generado por el terror de escalar hacia la destrucción mutua asegurada. Como las políticas nucleares de las últimas administraciones norteamericanas ha sido el de anular la disuasión nuclear china, ese país probablemente no haya tenido más remedio que iniciar una carrera de armamentos nuclear contra EEUU dado el riesgo creciente de enfrentamiento militar con ese país. Ese el motivo que subyace a las noticias de estos días de los DF-41 y DF-5C, que significan el advenimiento de una revolución en la estrategia nuclear mundial, al emerger una tercera gran potencia nuclear junto a EEUU a Rusia (resaltar que China, probablemente, termine superando la cifra de 1000 ojivas nucleares para acercarse a las 1500)



Ataque nuclear

Acerca de Guillermo Pulido 6 Articles

Analista de defensa y seguridad internacional; graduado en ciencias políticas y de la administración, y autor del blog Apocalipsis MAD. Ha colaborado en numerosas publicaciones y medios de comunicación. Actualmente cursa el máster en Paz, Seguridad y Defensa del Instituto Universitario Gutiérrez Mellado.

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