El nombre Milanesat fue elegido por los usuarios de las redes sociales (iStock)
Llamado así después de una encuesta en las redes sociales, ya orbita en el espacio. Uno de los responsables del proyecto explicó a Infobae cuáles son los objetivos del satélite que le dará 15 vueltas por día a la Tierra
El nombre Milanesat fue elegido por los usuarios de las redes sociales (iStock)
A partir de las 00:00 del jueves se puede sumar un satélite argentino más al espacio. Pese a su inminente lanzamiento, fue noticia antes, en octubre pasado, cuando el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva en conjunto con Satellogic, la empresa constructora, impulsó una encuesta a través de Facebook y Twitter para darle un nombre al satélite.
Por amplia diferencia, con 7.401 votos sobre 10.232, "Milanesat" arrasó con sus rivales "Cronopio", "Mendieta" y "Malbec". Desde allí, el satélite saltó a la fama. Fue blanco de numerosos memes, pero logró instalarse en el imaginario colectivo con más fuerza que ningún otro.
Ya me lo imagino al #MilaneSAT pic.twitter.com/OBusZp0fmS— tinchosantii (@Martin78b) 20 de septiembre de 2016
Milanesat fue rimbombante, más allá de que se trata de una estrategia que no es nueva para Satellogic. Sus antecesores, ya en órbita, también tienen nombres curiosos: Fresco, Batata, Capitán Beto, Manolito y Tita. En medio del anuncio del apodo, el CEO Emiliano Kargieman había dicho: "Diseñamos estas naves para mirar la tierra. Cada cámara es para algo diferente. Por ejemplo, medir el calor, los colores. Con esto buscamos democratizar el acceso al espacio. Para eso, hay que perderle el miedo a la tecnología".
El convenio firmado en 2011 con el Ministerio de Ciencia permitió a Satellogic llevar adelante su propósito: ver el mundo en tiempo real desde distintos puntos de vista. Descubrieron que la única forma era a través de satélites; algo obvio, pero también reconocieron que, para lograr su objetivo, había que lanzar muchísimos, cientos de ellos. Milanesat es el sexto de un conjunto de satélites económicos y de rápida construcción que ya orbitan en el espacio.
Para las órbitas bajas, a excepción de un permiso sobre bandas de radiofrecuencias de comunicaciones, no hay un ente que regule el lanzamiento de satélites al espacio. "Por supuesto hay que tener un cohete para llegar; algo que no todos tienen, pero no hay regulación salvo en los geoestacionarios que ocupan lugares precisos en el espacio como el Arsat", puntualizó Alan Kharsansky, uno de los ingenieros responsables del proyecto.
Sobre el Milanesat en particular, Kharsansky precisó: "El satélite se construyó en una fábrica en Uruguay a partir del año pasado. Sigue un modelo similar al que venimos utilizando hace dos años, pero con algunas pequeñas mejoras".
Parte del equipo a cargo del Milanesat
El Milanesat es como un cubo de 80 centímetros por 50 centímetros, como un lavarropas pequeño, diseñado para durar tres años. Pesa 50 kilos y va a estar en una órbita a 550 kilómetros de altura. Su velocidad, de 27 mil kilómetros por hora. "El satélite da una vuelta entera a la Tierra cada 95 minutos, lo que es un total de 15 vueltas al día", aseguró el ingeniero.
El objetivo del nuevo satélite en el espacio es expandir la capacidad de observación que ya la compañía tiene. "Si vos querés sacar una foto de un lugar, necesitás un satélite que pase por arriba. Milanesat monitoreará el estado de campos y de cultivos, de instalaciones petrolíferas e infraestructura que luego, toda esa información, terminará en distintos análisis", explicó
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