Hace más de un año nos hacíamos eco de un programa del Ministerio de Defensa ruso que pretendía diseñar una serie de buques militares multipropósito que entre sus tareas tendría la de ejercer como rompehielos en la región del Ártico. Se trata del Proyecto 23550 del Astillero del Almirantazgo de San Petersburgo, conocido ya como clase Ivan Papanin, del que en abril comenzó la construcción del primer buque que será entregado a la Marina Rusa previsiblemente en 2020. La construcción del segundo buque comenzará a finales de este año o comienzos del próximo.
Foto: Este es el aspecto de los primeros rompehielos de combate (Ministerio de Defensa de Rusia)
Como adelantamos el año pasado, se trata de buques militares denominados patrulleros, pero con un tamaño y capacidades más propios de buques mayores, que pueden actuar como remolcadores de altura y rompehielos. En este último rol serán capaces de navegar con espesores de hielo de hasta 1,5 metros, convirtiéndose en un tipo único de buque militar que algunos ya han bautizado como el primer “rompehielos de combate”. Podrá de esta manera abrir paso a otros buques militares o civiles o actuar como buque de apoyo a las operaciones en el Ártico, incluso transportando provisiones o remolcando buques con problemas.
Con una eslora de 110 metros, una manga de 20, un desplazamiento de 8.500 toneladas y una autonomía de 6.000 millas náuticas con una velocidad de crucero de 16 nudos, este tipo de buques podrán operar en solitario hasta dos meses en alta mar, con una tripulación de 60 personas y sitio para otras 50 mas. El armamento principal será un cañón A-190 de 100 mm. en la proa, cubierta para un helicóptero en popa y tras esta, en la toldilla, una zona multipropósito donde se ha previsto la instalación del sistema de misiles Club-K, con dos contenedores con cuatro misiles Kalibr-NK cada uno como los empleados por Rusia en el conflicto sirio.
Foto: La construcción del primer buque del Proyecto 23550 ya ha comenzado (Ministerio de Defensa de Rusia)
Rusia ya opera la mayor flota de rompehielos, tanto de propulsión nuclear como diesel y sigue ampliando este importante recurso que le posiciona con ventaja en el Ártico. El año pasado se botó en el Astillero Báltico el Arktika, un nuevo rompehielos de propulsión nuclear de la clase LK-60Ya o Project 22220 que con más de 33.000 toneladas de desplazamiento se convierte en el mayor rompehielos del mundo. Será entregado en 2019, se le prevé una vida útil de 40 años y le seguirán otras dos unidades más, el Sibir (por Siberia) y el Ural en 2020 y 2021, capaces de navegar con hasta 3 metros de hielo.
Foto: Este será el aspecto del mayor rompehielos del mundo
Si esta capacidad no fuera ya impresionante, ahora se ha difundido en medios rusos tras el trabajo del periodista Dmitri Yúrov, que se está estudiando la aplicación del láser para romper gruesas capas de hielo y dotar así a algunos de estos buques. Por ello se ha iniciado un programa de investigación a cargo de la empresa Astrofisica con el apoyo del Instituto de Investigación del Ártico y la Antártica de San Petersburgo que pasa por la disponibilidad de una fuente de alta potencia eléctrica, que en el caso de los buques de propulsión nuclear no sería en principio un problema. El rompehielos diesel Dikson ya ha sido asignado a este programa, que comprende la instalación de un láser de 30 kw. (José Mª Navarro García)
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