El pasado 15 de agosto el Ministerio de Defensa de Alemania (Bundeswehr) informaba que había logrado aumentar sus efectivos a casi 179.000 en el marco del plan de refuerzo de su personal puesto en marcha el año pasado.
De este total de uniformados, casi 170.000 serían profesionales de todos los rangos, a los que se suman 8.970 de tropa, que prestan el servicio militar de forma voluntaria, denominados en Alemania como FWDL (Freiwillig Wehrdienstleistende), una figura creada en 2011 tras la suspensión del polémico reclutamiento obligatorio aquel año. A estos militares se habrían de sumar unos 85.000 funcionarios civiles.
A mediados del año 2016 las fuerzas del Bundeswehr tocaban fondo con la caída de sus efectivos a unos 166.500 militares, lo que representaba una de las cifras más bajas, porcentualmente hablando, en el seno de la OTAN. Como ejemplo, España, que no es el paradigma en el gasto en defensa y que además tiene un PIB que es poco más de un tercio del alemán, tiene 120.000 efectivos con una población de 47 millones, frente a los 82,6 que tiene Alemania.
La reducción del personal militar empezó en los años noventa, coincidiendo con la caída del comunismo y la desaparición del Pacto de Varsovia (la principal amenaza de Alemania), y siguió en el presente siglo, hasta tocar fondo en 2016, cuando se puso en marcha un plan de emergencia para aumentar los efectivos del Bundeswehr. Así, en mayo de 2016, en respuesta al agravamiento de entorno de la seguridad internacional y la expansión de los compromisos militares internacionales de Alemania, la titular del ministerio de Defensa, Ursula von der Leyen, fijaba el objetivo de alcanzar un total de 198.000 militares en el año 2024. En estos momentos, según la estadística de 7 de agosto, el Bundeswehr tiene desplegados 3.374 efectivos en misiones internacionales, con en torno a un millar de efectivos destacados en Malí y 974 que operan en Afganistán.
Leyen buscó que el aumento se realizase principalmente con la incorporación de profesionales y rebajando el importante porcentaje de FWDL, lo que no es tarea fácil, la bonanza económica que vive Alemania hace más difícil encontrar jóvenes que quieran incorporarse al Bundeswehr.
En el marco de esta prudente política de refuerzo de la capacidad de defensa también se está aumentando el gasto, que tocaba suelo en 2008 y que se está recuperando desde entonces poco a poco. Así, los gastos de 2016 equivalen al 1,19% y el presupuestado para 2017 al 1,22%, del PIB de Alemania, lo que supone más de 32.000 millones de euros, frente a los 5.758 presupuestados por España para 2017, excluidos los pagos pendientes de Programas Especiales de Armamento (PEA) acumulados de 2016/17, que suman 1.817,6 millones. (Julio Maíz Sanz)
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