Fort Worth , Texas, diciembre de 2017 - El diciembre de Lockheed Martin (NYSE: LMT) entregaron el 66 º aviones F-35 para el año, el cumplimiento del objetivo de entrega gobierno y la industria conjunta para 2017.
Hasta ese momento se habían suministrado 65 ejemplares a Estados Unidos y clientes de exportación y se entrenaron más de 530 pilotos y cerca de 5.000 técnicos de mantenimiento, sobrepasando las 115.000 horas de vuelo. Se ha preparado un incremento de la cadencia de producción para llegar a las 160 unidades en 2023, reduciendo el coste de un F-35A a 80 millones de dólares en 2020, gracias a las lecciones aprendidas, eficiencias en procesos, automatización de la construcción, mejoras en instalaciones y herramientas, iniciativas en la cadena de suministro, etc., optimizando también la eficiencia.
El precio de esa versión se ha rebajado en un 60 por ciento desde el primer contrato; las labores táctiles se han reducido en aproximadamente un 75 por ciento en los últimos cinco años; y el tiempo de producción bajó en un 20 por ciento desde 2015.
Para preparar el incremento de producción, Lockheed Martin ha contratado más de 1.300 empleados en sus instalaciones de Fort Worth (Texas) desde enero de 2017 y espera llegar a los 1.800 anunciados previamente.
Hay unos 1.400 proveedores domésticos en 46 estados y en Puerto Rico y el programa se soporta con más de 170.000 empleados directos e indirectos en Estados Unidos, generando un impacto anual económico de 24.000 millones de dólares. También hay un centenar de suministradores extranjeros. El F-35 combina características de la nueva generación de cazabombarderos con furtividad frente a los radares, velocidad supersónica y agilidad, con el más potente paquete de sensores integrado de cualquier avión de la historia.
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