La Defensa nacional atraviesa en la República Argentina un largo proceso de zozobras, reestructuraciones, restricciones y desmanejo político.
La gran jugada es hoy hallar la forma de dotar al sector castrense de las capacidades exigidas por la realidad en un tiempo de reducción presupuestaria y del déficit público.
Con un presupuesto que se consume mayoritariamente en el pago de sueldos, las autoridades nacionales tienen pocas opciones. La reducción de personal, ya de por sí bastante reducido en las aéreas de combate, es uno de las soluciones planteadas y debería acometer la reorganización de sobre-estructuras burocráticas que ha generado numerosos puestos de personal civil superfluo en muchas áreas, especialmente en los sectores de educación y obras sociales del ministerio de Defensa, sin beneficio alguno para la Defensa nacional.
Se han cedido o vendido miles de hectáreas de tierras, edificios de cuarteles generales e instalaciones de todo tipo de las Fuerza Armadas, pero nada de ello se concretó en reequipamiento, poco o nada se sabe de a dónde fueron a parar dichos fondos millonarios que, bien manejados, servirían para dotar medios. Está claro que se requiere un plan plurianual de adquisiciones efectivo y de largo recorrido que pueda recuperar la efectividad concreta de las instituciones castrenses, que hasta ahora solo se ha sostenido por la excelente calidad de los productos adquiridos hace más de tres décadas y por el esfuerzo en su sostenimiento.
Existe una necesidad perentoria de controlar los espacios nacionales, marítimos, aéreos, antártico y terrestre, especialmente las líneas fronterizas, y los objetivos sensibles del país. Todos estos factores fueron y siguen siendo descuidados por las autoridades. El gobierno insiste en la participación de las FFAA en la lucha contra el narcotráfico, tema urticante que requiere modificaciones en las leyes y normativas que deben pasar por el Congreso Nacional.
Aunque se han incrementado los días de operación en el terreno de las fuerzas en los últimos tiempos, mucho más por las tareas de búsqueda del submarino ARA San Juan, se sigue estando muy lejos de los niveles operativos y técnicos de las mejores épocas. Está claro que la conducción del MINDEF no es la adecuada y que la Defensa Nacional no es de mucho interés para la máxima conducción del país.
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