Totalmente equipado, el Shadow de AAI ya pesa alrededor de 170 kilos al despegue
Empresas de Israel y Estados Unidos pugnan entre sí por liderar el importante mercado internacional que existe en torno a vehículos aéreos militares tripulados remotamente.
Se trata de un sector cuya demanda de aeronaves y sistemas completos se ha visto acelerada por el éxito de su despliegue y empleo en operaciones de combate en Afganistán e Irak y por las lecciones extraídas de su utilización en misiones de baja intensidad, operaciones especiales y la lucha contra el terrorismo yihadista.
Según el último informe de Global Market Insights, el mercado de los denominados indistintamente UAV, UAS o drones militares está inmerso en una importante etapa de crecimiento. Los estudios de prospectiva indican que el volumen de negocio del conjunto del sector para el periodo 2018-2025 va a alcanzar un incremento del 12%, lo que supone pasar de una facturación anual de 12.100 a 26.800 millones de dólares.
Estados Unidos e Israel dominan el mercado occidental de drones militares
El segmento que experimentará un crecimiento más notable será el de los drones con un peso comprendido entre los 25 y 150 kilos, “que acapararán alrededor de la mitad de las ventas” y que es el nicho donde existe una mayor oferta y competencia entre las empresas de Estados Unidos e Israel, los países que encabezan el ranking de los desarrollos de este tipo de sistemas de armas.
El empleo táctico, operacional y estratégico de los drones ha crecido de forma muy rápida en los últimos 20 años, desde que a finales de la década de 1990 solo un escaso número de empresas de Estados Unidos e Israel se dedicaban a su producción en serie.
Hoy en día se cuentan por centenares las compañías de todo el mundo que ofrecen plataformas y sistemas completos, pero son las sociedades norteamericanas e israelitas las que siguen dominando el mercado occidental y también mundial, a pesar de los esfuerzos de posicionarse a escala global de importantes corporaciones industriales europeas como Airbus, Dassault Aviation, Thales e incluso la española Indra.
Estados Unidos es sin ninguna duda el líder mundial, ya que dispone de una industria que supera con creces a la del resto del mundo, tanto por sus capacidades como por el alto grado tecnológico con el que están dotados sus sistemas. Pero los sistemas de Israel le van a la zaga y tienen una relevante implantación en Iberoamérica, Asía y el resto del mundo, incluida Europa, a pesar de que Rusia, China e India están haciendo grandes inversiones para dotarse de UAV de todo tipo, tamaño y prestaciones.
El Predator B será recepcionado en breve por el Ejército del Aire español
El despegue con fuerza del sector norteamericano tuvo lugar a finales de la década de 1990 y ahora tiene como principales proveedores a empresas de primer y segundo nivel del marco industrial de la Defensa Nacional de Washington. El enorme mercado doméstico de Estados Unidos es su principal clientes, cuya capacidad de compra es muy superior a la del resto del mundo occidental en su conjunto.
En el top está el Northrop Grumman RQ-4 Global Hawk, una aeronave estratégica empleada por la Fuerza Aérea de Estados Unidos, con nada menos que 39,9 metros de envergadura y cerca de 15 toneladas al despegue, dotada de más avanzados equipamientos para mando, control, comunicaciones, inteligencia, vigilancia, adquisición de objetivos y reconocimiento (C4ISTAR), lo que conlleva con su coste unitario sea del orden de los 150 millones de dólares.
Entre los fabricantes de segundo nivel de los drones de ala fija está General Atomics, que domina el mercado de drones con el RQ-1/MQ-1 Predator , una aeronave polivalente que data de mediados de los años 90 y una de cuyas últimas variantes es el MQ-1C Gray Eagle, de 1,6 toneladas y en servicio desde 2009. El Ejército del Aire ha adquirido cuatro plataformas Predator-B, cuyas dos primeras aeronaves y estaciones de control llegarán a España después del presente verano, seguidas de otro aparato a finales de año y un cuarto y último a lo largo de 2020.
Otros dos sociedades que compiten a escala doméstica y mundial son AAI Corp., una empresa del grupo Textron que desarrolla la familia RQ-7 Shadow, de 170 kilos al despegue; y AeroVironment, dedicada a la producción de drones tácticos de poco tamaño y peso, como son el RQ-11 Raven ‒que pesa en torno a 2 kilos ‒ y el RQ-20 Puma ‒de 5,9 kilos‒, aparatos pata vigilancia y recopilación de inteligencia y en ambos casos dotados de sensores y cámaras electro-ópticas e infrarrojas.
De 5,7 toneladas, el Heron TP es el fruto de una colaboración entre IAI y Airbus DS GmbH de Alemania
AAI Corp ha dominado en solitario durante muchos años en mercado nacional de pequeños UAV. Pero hace no hace mucho que ha entrado con fuerza Insitu, una filial del gigante Boeing, que con el ScanEagle ‒de 18 kilos‒ y el RQ-21 Blackjack ‒de 61 kilos y antes denominado Integrator‒ está en servicio en la US Navy y compite a escala global.
La industria de drones militares de Israel es una de las más avanzadas del mundo, a lo que se une sus grandes capacidades en guerra electrónica y sensores de todo tipo. Sus dos grandes fabricantes son Israel Aircraft Industries (IAI) y Elbit Systems, cuyos desarrollos están enfocados a la lucha contra la insurgencia y las fuerzas que apoyan a los grupos terroristas, empleo que llevan a cabo tanto en los territorios de países vecinos como en el propio.
Con enorme cantidad de drones militares de todo tamaño, capacidades y aplicaciones, entre las diferentes iniciativas de cooperación ejercidas por Israel en el marco de los países de la Unión Europea está el Watchkeeper de cerca de los 450 kilos, una propuesta de Elbit en asociación con Thales UK. Basado en el Hermes 450 de la firma israelita, está en servicio en el Ejército británico.
El mercado mundial crecerá el 12% entre 2018 y 2025
Otro ejemplo de cooperación es el Heron TP ‒de 5,7 toneladas‒, una colaboración entre IAI y Airbus DS GmbH sobre la base del Heron Eagle desarrollado para las Fuerzas Armadas de Alemania, que tiene en alquiler el sistema aéreo y su segmento terreno, a semejanza de la formula también elegida por otros países extraeuropeos
Estados Unidos e Israel compiten en Europa y el resto del mundo por la venta de sus drones. La diferencia entre las estrategias que siguen las compañías de uno y otro país es que Israel es más mucho proclive que la administración norteamericana a llegar a acuerdos de cooperación. A ello se suma que sus sistemas incluyen cargas útiles “ITAR free” ‒sin componentes vetados por las reglas de exportación de Washington‒, lo que refuerza su capacidad de venta a terceros países.
Fuente:aptie
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