El fracaso del programa de combate de Irak pone de manifiesto la corrupción en la Base Aérea de Balad
El tan cacareado programa de cazas F-16 de Irak ha caído en tal desorden que los pilotos ya no pueden volar en misiones de combate contra el autoproclamado Estado Islámico (EI) - un colapso en la capacidad militar que pone de relieve una degradación más amplia de la relación de seguridad del país con los EE.UU. y los efectos de la corrupción generalizada.
En más de una docena de entrevistas con el Informe sobre el Petróleo de Iraq, funcionarios iraquíes y contratistas estadounidenses detallaron varios planes criminales y fallos de supervisión en la base aérea de Balad al norte de Bagdad, donde están estacionados los aviones.
Sus alegaciones plantean serias dudas sobre las prácticas de trabajo de la Fuerza Aérea Iraquí y de Sallyport Global Services, el contratista estadounidense responsable del suministro de alimentos, dormitorios, seguridad y combustible a la base.
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