En las maniobras militares Zapad 2021, que concluyeron el 13 de agosto, fuerzas chinas y rusas de 10.000 efectivos demostraron niveles de interoperabilidad sin precedentes utilizando un sistema conjunto de mando y control.
En las maniobras, las tropas rusas se integraron en formaciones chinas de mayor tamaño, utilizando vehículos y equipos chinos, y llevando a cabo operaciones planificadas por el Ejército Popular de Liberación (EPL) chino, con lo que ambas partes demostraron unos niveles de coherencia sin precedentes, clave para poder luchar codo con codo en una situación de guerra real.
Uno de los aspectos más destacados de las maniobras, y que puso de manifiesto su importancia, fue el despliegue por parte de China de los cazas furtivos J-20, que constituyeron la primera vez que se desplegaron junto a fuerzas extranjeras.
El J-20 se incorporó a la Fuerza Aérea del EPL en marzo de 2017, y es uno de los dos cazas de quinta generación que se producen a gran escala en todo el mundo, junto con el F-35 estadounidense. Mientras que Rusia ha tenido problemas para desarrollar un caza de nueva generación debido a los retrasos en su programa Su-57, la presencia del J-20 simboliza que el bloque occidental y sus aliados no tendrán el monopolio de las tecnologías de los cazas furtivos en caso de una guerra importante.
El J-20, al parecer, encabezó un ataque aéreo contra los centros de mando del frente enemigo y los puestos de observación de la defensa aérea durante un combate simulado, seguido de ataques con aviones JH-7 y artillería.
Los bombarderos chinos H-6, los cazas J-11 y J-16, y los cazas rusos Su-30SM, llevaron a cabo posteriormente otros ataques. Citando a un experto militar local, el medio de comunicación estatal chino Global Times informó: "Los J-20 abrieron la puerta y se hicieron con la superioridad aérea atacando con precisión objetivos de alto valor en tierra, y este fue el papel principal que los J-20 habían desempeñado en los ejercicios como cazas furtivos...
Esto permitió a las tropas de tierra y a otros aviones de guerra no furtivos proseguir sus misiones con mucho menos riesgo." Aunque el J-20 fue desarrollado para el combate aire-aire, se ha especulado con una capacidad de ataque de precisión que aproveche sus características de sigilo, su gran resistencia y sus potentes sensores.
El posible despliegue del J-20, ya sea en Rusia o para volar junto a las fuerzas rusas, se ha especulado desde 2018, y las maniobras aéreas conjuntas o incluso el entrenamiento de adversarios entre las unidades de combate chinas y rusas sigue siendo posible en el futuro.
Esto podría ser particularmente beneficioso para la Fuerza Aérea rusa, que podría entrenar con y contra cazas furtivos para permitirle desarrollar contramedidas para usar contra el F-35 y otros aviones furtivos occidentales.
Con las fuerzas chinas y rusas integradas por primera vez en una única estructura de mando, el despliegue del J-20 podría haber tenido como objetivo mostrar a las fuerzas rusas los beneficios de luchar junto al EPL de esta manera, es decir, el acceso a un hardware muy avanzado que, en gran parte, sólo China y Estados Unidos tienen actualmente.
Fuente:https://militarywatchmagazine.com
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