Ampliará en $1676 millones el presupuesto; apunta a mostrar resultados
En las próximas semanas, el gobierno de Mauricio Macri realizará una fuerte jugada con el objetivo de empezar a mostrar resultados concretos en la lucha contra la inseguridad y, en especial, en el combate contra el narcotráfico, uno de los temas prioritarios de la agenda presidencial.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, dispondrá, por medio de una decisión administrativa, de una suculenta ampliación presupuestaria para el Ministerio de Seguridad. La norma, que según fuentes oficiales se conocerá en los próximos dos meses, dotará a esa cartera de $ 1676 millones adicionales.
Ese dinero se sumará a los $ 1900 millones que el Gobierno ya destinó ya a la adquisición de equipamientos para el combate al narcotráfico. Eso quiere decir que los fondos para modernizar a las fuerzas federales crecerán el 88%. El equipamiento por comprar será definido sobre la base de las deficiencias advertidas hasta ahora e incluirá, fundamentalmente, helicópteros, equipos de comunicaciones de avanzada y drones.
Dentro del presupuesto adicional figura el rubro: "Acciones inherentes a la tecnología, Equipamiento y Logística de la Seguridad", la partida dentro del Ministerio de Seguridad destinada solamente a ese fin, contempla $ 888,57 millones, es decir, cerca de la mitad de los fondos que se le sumarán ahora.
Estos nuevos recursos alimentarán el denominado Plan de Compras para la emergencia en seguridad, que dispuso el presidente Macri a través de un decreto firmado a principios de este año.
La decisión, que se instrumentó con el objetivo de "revertir la situación de peligro colectivo creada por el delito complejo y el crimen organizado", también despertó polémica, en especial porque ahora se permite el derribo de aviones sospechosos que no tengan plan de vuelo y que no respondan a las órdenes de las autoridades de seguridad.
Lista de compras confidencial
Aunque es confidencial, fuentes al tanto de su armado confirmaron a LA NACION que está previsto comprar vehículos aéreos no tripulados -que incluye a los conocidos drones, helicópteros modernos, distintos elementos de visión nocturna, vehículos equipados con nueva tecnología, indumentaria especial para procedimientos en territorios adversos y equipos de comunicaciones de alta tecnología, tales como los transmisores encriptados, que permiten comunicarse sin ser escuchados ni interceptados por los delincuentes. La mayor parte de estas compras apuntarán a mejorar el combate del narcotráfico y a los delitos complejos.
El Ministerio de Seguridad definirá el equipamiento a comprar sobre la base de las deficiencias que se advirtieron en los primeros cuatro meses de gestión.
Durante la búsqueda de los prófugos del triple crimen en los pastizales de la provincia de Santa Fe, algunos efectivos de seguridad, que no llevaban calzados especiales, fueron mordidos por serpientes. En la noche, además, iluminaban su paso con linternas comunes, una herramienta rudimentaria para esa clase de trabajo, pues los profesionales en esta materia generalmente están dotados de elementos electrónicos de visión nocturna.
En el entorno de la ministra apuntan otro ejemplo. En un allanamiento reciente en la Triple Frontera, los efectivos de distintas fuerzas de seguridad tuvieron que comunicarse a través de mensajes de WhatsApp debido a la deficiencia de los sistemas propios.
El objetivo de Bullrich, desde hace tiempo defensora a ultranza de la incorporación de alta tecnología para combatir el crimen, es poder confeccionar en los próximos años algo similar a un gran centro de emergencia para seguir en tiempo real determinados acontecimientos importantes, tal vez algo más tecnológicamente avanzado que la actual Sala de Conducción Operativa que funciona en el Departamento Central de la Policía Federal, en la calle Moreno 1550.
Quienes manejan el presupuesto de las fuerzas de seguridad consideran que no se trata de una apuesta tan cara como para no concretarla.
División de roles
El manejo de la futura ampliación presupuestaria encierra también una nueva manera de administrar los fondos destinados a la seguridad. Macri dio la orden desde que llegó al Gobierno: quiere que cada fuerza se encargue de su tarea, sin pasar por las tareas administrativas.
Hasta ahora, la Policía Federal, la Gendarmería Nacional, la Prefectura Naval y la Policía de Seguridad Aeroportuaria se encargan de su plan de compras, si bien en el caso de gastos suculentos deben contar con la autorización de la ministro. En cambio, los futuros fondos que enviará Jefatura de Gabinete serán administrados por la Unidad Ejecutora de Compras para el Plan de Emergencia en Seguridad, que ya fue creada en el marco de la cartera de Bullrich. La integrarán su número dos, Eugenio Burzaco, y representantes de las demás fuerzas federales.
En el Gobierno esperan que el hecho de centralizar el manejo de los fondos para la compra de bienes no despierte malestar en las fuerzas de seguridad, cuyo interés pasa por estos días, según la lectura oficial, en la búsqueda de la jerarquización. Apuntan un dato en esa dirección: hace aproximadamente 20 días Macri tuvo "una comida de trabajo" con los jefes de las cuatro fuerzas federales en la Casa Rosada. En su entorno no tienen recuerdo de algo así en la historia moderna del país.
Según el decreto que estipula la emergencia, se entiende como delito complejo y crimen organizado a la producción, tráfico y comercialización de estupefacientes, al contrabando de armas y de estupefacientes, a los delitos relacionados con las actividades de una asociación ilícita calificada o de una asociación para cometer hechos terroristas, y a las asociaciones ilícitas organizadas para cometer delitos con fines políticos o raciales.
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