El ministerio de Comercio, Industria y Energía de Corea del Sur ha anunciado el acuerdo alcanzado con el ministerio de Economía de Israel para el desarrollo conjunto de un sistema aéreo remotamente tripulado anfibio. Ambos organismos se han reunido en Israel para definir vías de trabajo en el marco de un fondo de cooperación de 45 millones de dólares que ambos países crearon en 2001 para impulsar proyectos de tecnologías de la información y energía.
De momento este fondo ha financiado 99 investigaciones coparticipadas por empresas de ambos países. Esta experiencia de quince años se pone ahora al servicio de la empresa coreana Keva Drone (en la segunda imagen aparece uno de sus desarrollos) y la israelí Aerodrome, que son las encargadas de investigar conjuntamente el desarrollo de un avión anfibio y ayudarse mutuamente a comercializarlo en el mercado internacional de drones.
En palabras del ministro de Comercio coreano, Joo Hyunghwan, “es importante buscar alianzas estratégicas con potencias mundiales para fomentar las nuevas tecnologías industriales”. En este contexto, añade, según la agencia local Yonhap, “Israel es uno de los países líderes en los sectores de desarrollo de drones e inteligencia artificial”
La fuente no especifica las características del futuro dron, que por su cualidad de anfibio deberá ser capaz tanto de moverse en el cielo como en medios acuáticos
No será la primera vez que se desarrolla un aparato con estas capacidades. El Instituto de Investigación Naval de Estados Unidos presentó el año pasado el Navigator, un ingenio no tripulado capaz tanto de volar como de desplazarse por debajo del agua. El aparato, como explican sus artífices, puede servir, entre otras misiones, para inspeccionar barcos o controlar manchas de petróleo en el mar.
Anteriormente se conoció el HexH2o (en la imagen), un RPAS, fabricado en fibra de carbono y epoxi por QuadH2o, capaz de amerizar sin problemas.
Rusia también desarrolla sus propios drones anfibios. La Corporación para la Fabricación de Dispositivos (OPK), anunció el año pasado la próxima producción de un RPAS de dos toneladas capaz de despegar y aterrizar como un aerodeslizador. Se trata de una aeronave basada en el Chirok, un dron menor, de 750 kilos de peso, capaz de operar desde multitud de superficies, incluidas arena, agua, nieve y tierra suelta.
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