Ha llegado a la Argentina el Jefe del Departamento de Operaciones de Mantenimiento de Paz de la ONU, Herve Lasdous, que arriba como enviado directo del Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon. Sabido es que tras cuatro años de discusiones y negociaciones, se rubricó el histórico acuerdo del cese bilateral y definitivo del fuego entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), tras cincuenta años de cruenta guerra interna que dejo miles de muertos.
Este convenio, firmado entre el Presidente colombiano, Juan Miguel Santos y el líder de las FARC, Timoleon Jiménez, pone en actividad uno de los puntos acordados, la entrega de armas. Los rebeldes deben estar desarmados en un plazo de ciento ochenta días. La ONU intervendrá con una fuerza de Cascos Azules, en la que se integrará Argentina con un plantel de 70 militares, cuya misión será la verificación del cese de hostilidades y el cumplimiento del proceso de desarme, obviamente en este último punto, nadie cree que las FARC entreguen todo su armamento. La requisitoria de las Naciones Unidas ha sido conformar una misión integrada por efectivos castrenses, que oficiarán como observadores internacionales desarmados, que obviamente irán escoltados por efectivos de seguridad colombianos.
El funcionario de la ONU y el Ministro de Defensa, Julio Martínez, visitan también el (CAECOPAZ) Centro Argentino de Entrenamiento Conjunto para Operaciones de Paz.
Aquí se entrenan todos los militares que se trasladan al exterior a misiones con la ONU, allí será presentado el plan de despliegue de los efectivos castrenses nacionales, que estarán al mando (como ya habíamos anticipado) por el General de Brigada Javier Pérez Aquino. También se anuncia que saldrán en unos días un equipo de avanzada de media docena de oficiales de Estado Mayor para consustanciarse de la programación de los planes en Bogotá.
La realización de tareas de desminado humanitario es otro de los puntos a conversar, ya que es bien conocida la enorme cantidad de artefactos explosivos improvisados y minas unipersonales que fueron colocadas por los insurgentes a través de años en puntos neurálgicos de Colombia. Plantas energéticas y sus torres de transmisión han sido blanco de preferencia para provocar daños y sabotear la economía colombiana, hoy esas municiones sin detonar y esparcidas en el terreno deben se removidas, lo que requerirá de elementos especializados y un costoso y lento trabajo. El Presidente Mauricio Macri se comprometió con el Presidente colombiano Santos y con el mismo Barack Obama, primer mandatario de EEUU, a participar con efectivos nacionales en este proceso de paz, de una tierra tan castigada por casi medio siglo.
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