La mayoría de estas aeronaves, ideadas como cazas de superioridad aérea, todavía no dominan los cielos, pero representan el futuro de la aviación táctica mundial
Hasta la fecha, el único caza de quinta generación operativo en el mundo es el F-22 Raptor de Estados Unidos. Sin embargo, en pocos años esa situación cambiará muy pronto, ya que otros cinco aviones de distintos países están listos para su producción en serie. Veamos la situación de estas aeronaves a día de hoy.
F-22 Raptor
Se trata de un cazabombardero de quinta generación que EE.UU. comenzó a producir en 2001. Sin embargo, como se suele decir, las prisas son malas consejeras.
La cooperación entre Lockheed Martin, Boeing y General Dynamics generó la aeronave más cara de esta clase en el mundo, cada una de las cuales costó 150 millones de dólares. Así, la producción en serie de este modelo, pensado para reemplazar al principal caza pesado norteamericano —el F-15 Eagle—, se detuvo en 187 unidades.
Aunque la cifra exacta se mantiene en secreto, su mantenimiento también resulta muy costoso. Por ejemplo, tras cada misión hay que reemplazar la cobertura 'stealth' de los aviones y EE.UU. solo ha resuelto hace poco tiempo su problema con la erosión como consecuencia de las lluvias
El Gobierno norteamericano ha prohibido la exportación del F-22 Raptor y, a pesar de que las 'batallas' aún no han comenzado, ya se han perdido cinco ejemplares en catástrofes y otro ha sufrido daños, aunque se podrá reparar.
Se trata de otro desarrollo estadounidense. En 1995, Rusia permitió que algunos ingenieros de EE.UU. accedieran a la oficina de diseños Yákovlev y conocieran la tecnología de la Yak-141, su aeronave de despegue y aterrizaje vertical. A partir de entonces, los norteamericanos mejoraron el desarrollo de este avión de combate de nueva generación, que incluye versiones con despegue vertical. Hoy en día, este programa involucra a otros ocho países, cuya participación es mayoritariamente financiera
El desarrollo de esta aeronave ha sufrido innumerables dificultades técnicas que han contribuido a su encarecimiento. Así, una vez que ha comenzado a producirse en serie, su coste unitario debería rondar los 80 millones de dólares en su configuración más barata, la de la Fuerza Aérea de EE.UU.
Hasta el momento, se han fabricado menos de 200 cazas F-35 en tres versiones diferentes, aunque aún no están operativos. Su destino será la Infantería de Marina, la Armada y la Fuerza Aérea estadounidenses y se supone que la última los tendrá listos para funcionar en 2017, mientras que las primeras entregas a otros países socios del proyecto se han pospuesto hasta 2019.
Pese a que los creadores del F-35 Lightning II programaron que su producción en serie tuviera un costo relativamente bajo, el mantenimiento de cada aeronave podría ser muy caro, a razón de 590 millones de dólares durante sus 30 años de servicio
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Chengdu J-20 chino
China estima que esta aeronave furtiva es de cuarta generación pero, según la clasificación occidental, forma parte de la quinta.
El Chengdu J-20 emplea un motor ruso AL-41F de empuje vectorial, desarrollado por Rusia para el prototipo del caza furtivo MiG 1.44 —proyecto que fue suspendido en 2000—, y una variedad de componentes estructurales de los F-35 y F-22 de EE.UU., producto del espionaje industrial del gigante asiático.
Los Chengdu J-20 estarán disponible en el mercado a partir de 2017 y los chinos prometen que costarán un 15 % o un 20 % más baratos que los F-22
El primer prototipo de Shenyang J-31, que la Fuerza Aérea de China estima como un caza más potente que el Chengdu J-20, despegó en 2012 y, desde entonces, se encuentra en un cuidadoso proceso de refinamiento.
Casi toda la información sobre esta aeronave está clasificada. De momento, solo se sabe que, como el modelo J-20, empleará un motor ruso de producción rusa y que su producción en serie comenzaría a partir de 2019
Shinshin X-2 japonés (ex ATD-X)
El prototipo del primer caza de combate nipón, que utiliza tecnología furtiva, despegó en 2015. Esta aeronave la desarrolla el Instituto de Investigación Técnica y Desarrollo de Japón, adjunto al Ministerio de Defensa del país.
Los japoneses creen que el Shinshin X-2 puede superar al F-22 Raptor pero, de momento, solo disponen de un prototipo, mientras que la producción en serie de este modelo no comenzaría antes de 2020.
Pese a que en los años 90 Rusia quedó algo desfasada con respecto a la Fuerza Aérea de EE.UU., este país pudo desarrollar el proyecto PAK-FA, que le ha permitido disponer de un arma mejor y a un precio mucho más barato que el F-22 Raptor.
El primer prototipo de T-50 ruso despegó en 2010 y, a partir de entonces, las nuevas versiones han probado distintos elementos estructurales —desde armas hasta radares—, con la intención de que este aparato se convierta en la espina dorsal de la aviación táctica rusa.
La producción de la preserie de esta aeronave ya está en marcha, pero la entrega del primer lote a la Fuerza Aérea de Rusia se ha postergado hasta 2018.
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