Mientras el gobierno argentino planea transformar los Hércules C-130 en servicio en la FFAA, en “aviones hidrantes”, debido a la carencia de máquinas de este tipo, tan necesarios para apagar incendios forestales como los de la cordillera o La Pampa que el Rabino Bergman consideró que se trató de una “profecía apocalíptica”, hay una realidad insoslayable que cruza a la Fuerza Aérea Argentina y es que ya no puede sostener las misiones antárticas, por falta de máquinas adecuadas, en número, equipadas y con suficiente apoyo de evacuación, dado que el material existente es poco, obsoleto o reacondicionado y tiene serias deficiencias técnicas y de aprovisionamiento de repuestos y servicios, algo que venimos advirtiendo desde hace varios años y en su momento pensamos que se trataba de la desidia, oportunismo y falta de preocupación del gobierno anterior. Evidentemente, en lo que va del actual gobierno, la situación sigue igual e inclusive, nos remarcaron las fuentes, en algunos aspectos peor.
El gobierno nacional anunció la finalización de la Campaña Antártica, pero de acuerdo a los datos recabados por OPI de fuentes irrefutables del propio Ministerio del Interior, la Base Marambio aún no ha podido ser reabastecida de combustible (desde Ushuaia y alimentos (desde Río Gallegos) para afrontar la temporada invernal que comienza en pocos días más y hace fundamental que toda la logística esté disponible vía aérea, antes de que “se cierren los cielos”, como expresan en la jerga, cuando por razones climatológicas ya no se puede volar al continente blanco.
En la base de la Fuerza Aérea de Río Gallegos, hay depositados unos 90 mil kilogramos de alimentos con destino a Marambio, que esperan ser trasladados junto a miles de litros de combustible apostados en Tierra del Fuego, pero el trabajo se hace materialmente imposible (y muy lento), por cuanto solo hay una sola máquina en servicio, el Hércules C-130 TC-66, avión que se encuentra cumpliendo diariamente esta difícil misión, con una sola tripulación muy recargada de horas, sin el descanso suficiente y una sola dotación de personal técnico que se levantan (junto a los pilotos) a las 06:00hs y regresan a la noche (todos los días), quienes deben sortear problemas de todo tipo a la hora de alistar la máquina y volar, para que el servicio se pueda completar, antes que el clima haga más difícil aún los vuelos a la Antártida.
Ayer 28 de marzo pasó por Río Gallegos, proveniente de Marambio, el titular de FAdeA (Fabrica de Aviones) de Córdoba, quien estuvo varado por dos semanas en la base antártica argentina, dado que luego de llegar en medio de la campaña antártica, no pudo regresar al continente, debido a que FFAA se vio forzada a interrumpir los vuelos por cuanto de las dos máquinas en servicio el TC-64 fue destacado a Perú, para asistir en el desastre natural y en la base de Río Gallegos, quedó apostado el TC-66. Sin embargo, por razones operativas, ningún avión puede volar solo a la Antártida, sin que haya otra máquina de reserva en el continente; en este caso el TC-64 era el backup, que por estar en Perú, no permitía la liberación del TC-66.
Debido a la demora en llegar, a la falta de otra máquina sustituta y a la urgencia por completar el acarreo de combustibles y alimentos a Marambio, la FFAA decidió ordenar el vuelo diario del TC-66, sobre exigiendo a la tripulación y al personal mecánico que deben hacer diariamente el trayecto: Río Gallegos-Usuahia-Marambio / Marambio-Usuahia-Río Gallegos, con todos los riesgos que ello implica, al no contar con un avión de resguardo en la base en caso de emergencia o a los fines de dar descanso a la tripulación y/o acondicionar las máquinas.
OPI viene informando desde hace años los problemas emergentes que tiene Fuerza Aérea, especialmente con los aviones Hércules de dotación, las únicas máquinas de carga aptas para la travesía aérea al continente blanco en épocas de verano.
A fines de diciembre de 2016, el gobierno difundió con bombos y platillos la actualización (motorización y aviónica) de los Hércules C-130 en servicio. Ellos son el TC-61, TC- 64, TC-66 y TC-69. Sin embargo, la realidad indica que el TC-69,reparado en EEUU, no se encuentra en servicio, tampoco está operativo el TC-64, dado que se encuentra en Perú y el TC-61, máquina reparada en la FAdeA (Fábrica de Aviones de Córdoba) “Brigadier San Martín”, cuyo vuelo fue motivo de un anuncio oficial y destacados titulares en los diarios, debió aterrizar en emergencia con un motor plantado y la cabina de la tripulación llena de humo en su primer vuelo. Fue sacado momentáneamente de servicio.
Por esta razón, el único que vuela en estos momentos a Marambio, es el TC-66, quien el viernes 24 de marzo retomó el puente aéreo Ushuaia-Marambio, el cual debiera haberse iniciado el día 15 y se fue demorando debido a la falta de una máquina de apoyo. Sin embargo, ante la inexplicable actitud del gobierno fueguino, hubo otra modificación en las últimas horas.
OPI pudo saber que en Tierra del Fuego, la gobernadora Bertone no ha cumplido con la asistencia a la tripulación, que demandan descanso y alojamiento, tal como se habría comprometido ante el gobierno nacional. A pesar de los acuerdos previos, hay quejas fundadas de que el gobierno fueguino no colabora con la campaña y por tal motivo, el puente aéreo en estos días se hace directamente Río Gallegos-Marambio y no se cumple con el acarreo del combustible basado en Ushuaia con riesgo de desabastecimiento, retardo de las operaciones y todos los peligros que conlleva, el recargo de horas de vuelo, la falta de descanso del personal y la exigencias de la única máquina en servicio actualmente. (Agencia OPI Santa Cruz)
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