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jueves, 2 de marzo de 2017

Sistemas de Morteros Autopropulsados

Patria AMV equipado con el sistema Nemo. Fuente: Patria

Un breve repaso a las posibilidades que ofrece el mercado

Aunque es difícil que se pongan de acuerdo sobre ningún tema, los historiadores parecen asumir que el primer ejército en utilizar morteros fue el reclutado por Mehmet II de cara a la toma de Constantinopla. Urgida su imaginación por los posibles refuerzos que pudieran llegar por mar para aliviar el peso de los asediados y encajonado entre el Bósforo y las hasta entonces imbatibles murallas de la vieja capital del Imperio Romano de Oriente, los cronistas cuentan que Mehmet II concibió la idea de un cañón que dejase caer sus proyectiles prácticamente en vertical. Un arma tan simple como efectiva que en pocos intentos le permitió alcanzar algunos buques del bando cristiano, además de golpear en el interior de la urbe y que pasados más de cinco siglos sigue estando en la vanguardia de los grandes ejércitos.

Mortero Autopropulsado Wiesel-2.

Consideraciones previas

En el caso español, las cosas parecen no haber avanzado desde entonces tanto como debieran. Sirva como ejemplo el de nuestras fuerzas en el extranjero, entre las que continúa siendo común, además del típico modelo Ecia de 81mm, que cada pelotón de una sección de fusiles lleve al menos un mortero de 60mm configurado como commando, esto es, sin trípode ni placa base. Es un arma útil, sin duda, pero cuyo uso es anecdótico y que en ningún caso puede suplir ni la pegada ni la precisión y mucho menos el alcance de cualquiera de los sistemas de que se están dotando amigos y enemigos.

Algo se mejoró, sin duda, en 2011, cuando a cambio de 7,2 millones de euros se adquirieron seis sistemas Cardom a la empresa israelí Soltam Systems que posteriormente se desplegaron en Afganistán. No obstante, es una cantidad a todas luces insuficientes pese a su polivalencia y la ventaja de utilizar com base un URO VAMTAC -algo que simplifica notablemente las cosas y las abarata-. Tampoco fue más que un triste remiendo la adquisición posterior de otras cuatro unidades en 2012 por 4,67 millones de euros ya que no son cifras que vayan a cambiar nada y que solo han servido para salir del paso y no para convertir el uso de morteros autopropulsados en una norma en nuestro Ejército de Tierra.

No existe pues en las Fuerzas Armadas, con la excepción del TOA portamortero y del ya citado Cardom, nada parecido ni siquiera remotamente a los sistemas que están entrando a formar parte -o que incluso llevan ya tiempo haciéndolo- de la dotación de los ejércitos de nuestro entorno y sobre todo, de la mayor parte de nuestros socios que son, en última instancia, con quienes debemos equipararnos si pretendemos interoperar y no convertirnos en una carga en caso de problemas.

Sistema Cardom sobre VAMTAC

Estados Unidos, con sus Stryker dotados de morteros autónomos Cardom, de procedencia israelí. Alemania con sus novísimos Wiessel-2 SP. Finlandia o Suecia con los AMOS y NEMO de Patria o la misma Arabia Saudita con sus LAV equipados con AMS-II. No son más que algunos de los múltiples ejemplos de ejércitos que cada vez más se equipan con morteros autopropulsados o, en su defecto, con sistemas que permiten convertir casi cualquier vehículo en un portamortero excelente y sobre todo, con una gran movilidad estratégica y táctica, tan necesarias cuando se dan despliegues a miles de kilómetros, como en algunas de las misiones que llevan a cabo hoy día nuestros soldados y que siempre suelen ser en terrenos difíciles.

Mucho más cerca que Afganistán o Líbano, en los yermos campos de San Gregorio es también muy común que las secciones de armas de las compañías de fusileros tengan a sus hombres entretenidos en montar y desmontar los viejos morteros de 81mm, sacándolos apresuradamente de sus cajas para hacer frente a amenazas imaginarias y simulando el tiro -raras son las ocasiones en que se dispara-, para una vez recogidos, volver a ejecutar la operación ora 100 metros hacia el este, ora 200 al norte. En ocasiones las circunstancias son incluso peores, pues los añejos afustes de cuero que permiten trasladar sobre las espaldas de la tropa las pesetas, los tubos, trípodes y munición siguen engrasados y aunque parezca fuera de época, se utilizan, aunque por fortuna, ya de forma marginal.

En cualquier caso, en la vida real, que siempre es la que marcan los combates, la reacción de un pelotón de cualquier sección de armas, por adiestrada que esté en su tarea, desde el momento en que descargan el mortero, hasta que entran en eficacia dista mucho de ser lo suficientemente rápida para el tipo de enfrentamientos en que se baten nuestros hombres. En estos prima la velocidad en las respuestas y sobre todo, es determinante la identificación de los blancos, muy complicada según el escenario

Sistema Amos, de la empresa finlandesa Patria.

Sistema Amos, de la empresa finlandesa Patria. Fuente: Wikipedia.
Hay que entender, sin duda, que la característica básica de esto que dan en llamar guerra asimétrica no es otra que vivir miles de pequeñas batallas locales en lugar de mantener un frente más o menos definido, en el que por lógica, el enemigo está al otro lado. Esto imposibilita la obtención de información estratégica e incluso táctica precisa, con lo que las decisiones no se toman en un lejano y caliente Estado Mayor sino que corresponden siempre al mando sobre el terreno. De hecho, la guerra asimétrica, más que ninguna otra, es el reino de la táctica sobre la estrategia .

Aplicado al tema que tratamos aquí, el de los morteros, esto supone que no hay apenas posibilidades de planear su localización y objetivos con adelanto, sino que las tropas occidentales actúan casi siempre a la defensiva, respondiendo -incluso cuando nominalmente están al ataque- a las acciones que los talibanes, por poner un ejemplo que se ha vivido, amparados en el conocimiento exhaustivo del terreno, llevan a cabo. Esta es la razón básica por la que el Ejército de Tierra precisa dotarse de un número mayor de morteros autopropulsados.

Su capacidad de efectuar el primer disparo en apenas unos segundos junto con la posibilidad de instalar medios de identificación y puntería impensables para cualquier mortero convencional los convierten en armas de apoyo extremadamente efectivas en el rango de distancias y tiempos de que estamos hablando. Por si esto fuera poco, a diferencia de las armas de tiro tenso, como los cañones de 105mm de nuestros Centauro, los morteros permiten que, a la distancia ordinaria de un combate en Afganistán, Líbano o por ejemplo hoy en día en Siria o Ucrania y máxime ahora que los Raven sobrevuelan a nuestras tropas, se pueda golpear más allá de la protección que ofrecen los oteros y colinas tan propios de aquellas tierras… ¡y de algunas partes del norte de África!.

No hay en España, pese a todo, al margen del mortero de 120mm montado sobre los vetustos M-113 y los escasos Cardom, ningún vehículo capaz de dar el tipo de apoyo que requiere la infantería. En realidad, ya que el M 113 (M1064A3) no es desplegable o más bien no se considera su despliegue, las unidades españolas en el exterior están cojas en este aspecto y siempre tienen que depender de su ingenio y de apoyos exteriores en situaciones en las que lo más útil sería –aunque esto escandalice a los charlatanes de siempre- pegar una buena docena de morterazos

Mortero sobre M113 en Iraq. Fuente: US Army.

No dejaremos de lado en este repaso, algunos sistemas anecdóticos, desfasados o en producción únicamente en países de recursos si cabe más menguados que los nuestros. Tomamos también en consideración sistemas que aun sabiendo de antemano que nuestra estrechez de miras impide su compra , cumplen con las dos características que mejor encajan con los típicos arreglos españoles basados en cinta americana y alicates: fiabilidad y robustez.

En aras de facilitar al lector cierto orden al que atenerse, comenzaremos por aquellos que forman un sistema de armas completo e iremos “descendiendo” hacia soluciones más económicas como podría ser la adquisición de sistemas integrados en torretas como los que ofrece la finlandesa Patria con sus flamantes NEMO y AMOS. Por último, nos ocuparemos de los parias del grupo, sistemas que permiten, con poquísimo dinero, convertir vehículos tipo Reveco o Hummer, en portamorteros más o menos eficaces pero que siempre serán mejor que lo que tenemos.

Una vez dicho esto queremos también dejar claro que somos conscientes de que son muchos más los sistemas, como el Rosomak con la torre RAK-120 y su sistema de control de fuego Topaz los merecedores de entrar en nuestra lista. Esta vez, por motivos de espacio han de quedarse fuera, pero ya habrá tiempo para hablar de ellos en el futuro

PLL05 del Ejército de Tierra Chino- Fuente: Zimin.V.G

El primer grupo de nuestra exposición lo ocupan los morteros autopropulsados de verdad, es decir, aquellos que desde su concepción han sido diseñados como tales -más allá de que todos partan de plataformas ya en funcionamiento-, siendo esta su única función. No han sufrido el añadido de un mortero o una modificación más o menos profunda para albergar un arma de este tipo, sino que más bien todo el conjunto del chasis ha sido rediseñado para adecuarse a la perfección a sus nuevas funciones. Como todos los sistemas específicos, representa la más cara de las soluciones que proponemos. Claro está, su especificidad y su mayor idoneidad para cumplir con su papel son ventajas que hay que pagar…

Wiessel-2 SP

La alemana Rheinmetall ha ocupado parte de sus últimos años en afinar esta variante del pequeño carro utilizado por el Bundeswehr. A simple vista, el pequeño ingenio germano no es más que un minúsculo vehículo con un tubo que sobresale en su espalda. Sus estrechísimas cadenas, junto con sus reducidas dimensiones ocultan en sus entrañas los circuitos del único sistema –toda vez que el XM-1204 3 se ha malogrado- concebido desde sus inicios para actuar en red, compartiendo los datos de UAVs, AWACs y de otros vehículos o designadotes entre todos los Wiessel-2 SP que conformen la red

Wiesel-2 de 120mm. Fuente: Primeportal.com

Este proceso se lleva a cabo a través de los vehículos de mando, que transmiten a sus subordinados las coordenadas de los posibles objetivos, maximizando así las posibilidades de que cualquiera de los integrantes de la red, por su posición ventajosa y la 3. Se trata del mortero NLOS-M que se estaba diseñando en el marco del programa FCS (Future Combat System) para el US Army. posibilidad –real- de hacer fuego indirecto, responda con éxito.

Cada uno de los equipos que forman la red se compone de cuatro vehículos ordinarios y uno de mando, cada uno de ellos susceptible de ser transportado incluso en helicópteros tipo CH-53 –no en vano, el Wiessel fue diseñado para las tropas paracaidistas-.

Además de las virguerías electrónicas, el pequeño Wiessel-2 ofrece una movilidad táctica y una resistencia extraordinaria –no en vano ha sido testado en un rango de temperaturas que va de -32 a +48 grados-. Gracias a sus cadenas, se permite superar zanjas de 1,5 metros y obstáculos de hasta 40 centímetros pese a que su motor apenas ofrece una potencia de 109 CV, más que suficientes, bien administrados, para mover sus poco más de 4,5 toneladas.

Su armamento no desmerece en absoluto sus otras bondades. Dotado de un mortero de 120mm de última hornada –respaldado por una MG-3-, según su fabricante es capaz de colocar sus proyectiles a distancias de hasta 8.000 metros –a la espera de nuevas municiones asisti- das-, con una precisión endiablada.

Por desgracia, su coste es excesivo –y más en los tiempos que corren- para casi cualquier economía. El propio ejército alemán ha adquirido únicamente 8 vehículos portamortero y 2 vehículos de mando como parte de un paquete que integra el adiestramiento de las tropas, los recambios, el mantenimiento y los propios vehículos a un precio exorbitado de 54 millones de euros.

Es muy posible que esta cifra incluya un sobrecoste propio de las primeras unidades, pese a lo cual sigue siendo un precio desmedido, especialmente si lo relacionamos con los que ofrece la competencia. En cualquier caso, este juguete ofrece todo lo que se debería exigir a un sistema de este tipo e incluso más. Veremos si con el renovado énfasis que Alemania parece poner en su defensa después de los últimos problemas y tras la amenaza del Brexit este sistema cuaja definitivamente o no.

SPM-85 PRAM

Checoslovaquia siempre tuvo una honrosa tradición armera. Una vez extinguida a causa de los avatares de la Historia, dividida en las repúblicas de Eslovaquia y la República Checa, estas continuaron en parte manteniendo el legado que habían heredado y desarrollando interesantes adaptaciones de los materiales en dotación en el Ejército Rojo

SPM-85 PRAM durante una exhibición. Fuente: Armorama.

La empresa ZTS sigue ofreciendo –al menos así consta en su catálogo online- el SPM-85 PRAM, pese a que su cadena de montaje fue cerrada tiempo atrás y solo se encuentra en dotación en las Fuerzas Armadas de las dos repúblicas antes mencionadas en cantidades testimoniales.

Diseñado a principios de los 90, en un tiempo en el que la República Checa todavía fabricaba bajo licencia BMP-1 y BMP-2, se denominó PRAM-S, siendo SPM-85 PRAM su designación internacional y fue desarrollado, precisamente, sobre la base de un chasis de BMP-2 convenientemente adaptado tras añadirle un séptimo eje y serle retirada la torreta.

Su vetusta tecnología –aunque de probada robustez- lo descarta directamente para cualquier ejército que se precie de moderno a pesar de lo cual, algunas de sus características, como el ser anfibio y estar preparado para operar en ambiente NBQ, así como sus 8.036 metros de alcance no van a la zaga de otros modelos con un precio mucho mayor.

El mortero en sí tiene una capacidad de movimiento en azimut de 15 grados a ambos lados y de +40 a +80 grados en elevación, siendo su máximo hándicap el manejo manual del mismo, similar al de nuestro M-113. Su alcance mínimo es de 504 metros mientras que su cadencia máxima oscila entre 18 y 20 disparos por minuto con munición checa tipo D, siendo capaz de hacer hasta 40 disparos en los primeros 5 minutos y 30 más en los 5 siguiente, por lo que tardaría aproximadamente 12 minutos en consumir los 80 proyectiles que es capaz de albergar sin poner en peligro la integridad del cañón.

Su armamento auxiliar, al gusto del comprador, puede incluir desde misiles antitanque 9K113 Konkurz hasta ametralladoras antiaéreas de 12,70mm, RPG-75 o ametralladoras de 7,62mm Tipo 58.

Minotor SM-120

Las repúblicas del otro lado del viejo telón de acero son pródigas en desarrollos o adaptaciones de sistemas de armas, en un intento de mantener una decrépita industria militar en la que los mercados, cada vez más, se decantan nuevamente por productos rusos u occidentales, dejando sin posibilidades a desarrollos más exóticos. En este caso, sobre el chasis de un MT-LBu, esta fábrica de la Rusia blanca insiste en mantener abierta la línea de montaje de un vehículo cuyas características solo pueden hacerlo atractivo a ejércitos del tercer mundo

Sobre un chasis MT-LBu encontramos el Minotor SM-120. Fuente: Minotor.

De escaso blindaje y con una tripulación excesiva, de 5 personas, un alcance de 7.200 metros y un chasis desfasado, no parece a priori un producto muy tentador. Por el contrario, precisamente su chasis, probado en todas las condiciones imaginables a lo largo de decenios y versátil como pocos, así como su capacidad anfibia pueden atraer todavía a más de un cliente. Está propulsado por un motor YaMZ-238N de 8 cilindros, diesel y con una potencia de 300 CV a 2100 rpm que permite una autonomía de alrededor de 500 km y una velocidad máxima de 60 km/h.

Es obligado aclarar que como en el caso anterior, el mundo de la electrónica es totalmente ajeno a él y el accionamiento del mortero es manual, debiéndose realizar las tareas de observación y puntería al modo tradicional.

Torretas

Cuando uno no puede permitirse acometer el desarrollo o la adquisición de un sistema específico, queda la posibilidad de aprovecharse de la versatilidad de algunos chasis y adaptarles una torreta que incluya todos los mecanismos propios de un mortero autopropulsado convirtiendo de paso un 6×6, un 8×8 o un vehículo de cadenas en un sistema en algunos casos, soberbio.

AMOS y NEMO

El primero de ellos, el archiconocido AMOS (Advanced MOrtar System) es un sistema de mortero bitubo con unas características sorprendentes, además de contar con la inestimable ventaja de poder integrarse en numerosos chasis, entre los cuales destaca, lógicamente, el del AMV de la misma empresa, aunque también pueden nombrarse otros como el futuro SEP sueco o el CV-90 y con al- gunas modificaciones, podría decirse que también nuestros Centauro. El diseño además está afinado al máximo de cara a minimizar la firma del vehículo en el que se haya instalado

Patria AMV equipado con el sistema Nemo. Fuente: Patria.

Se trata de un sistema único, compuesto por dos tubos de 120mm capaces de disparar con munición asistida a distancias que superan los 13.000 metros y a cadencias de hasta 26 disparos por minuto, cifra muy superior a la del resto de candidatos. Su sistema de carga es semi-automático, lo que le permite altas cadencias. Por si fuera poco, es capaz de hacer fue- go en menos de 30 segundos desde que el vehículo se ha detenido. Todavía en pequeñas cifras -ninguno de estos sistemas se adquiere en grandes cantidades-, el NEMO puede verse ya en las FDF -Fuerzas de Defensa de Finlandia- a bordo de chasis AMV y en el ejército sueco, que sobre sus CV9040 ha montado algunas de estas torretas modificadas para que cuenten con una protección mayor que el modelo estándar.

Sobre la misma base que su hermano menor, el NEMO (NEw Mortar), fue presentado a mediados de 2006 como una iniciativa privada de la empresa. Dotado de un solo cañón y como parte de una torreta de ape- nas 1,5 toneladas alcanza las mismas cifras de velocidad en cuanto al primer tiro y cuenta, como su hermano mayor con una precisión envidiable ya que la balística, al menos según el fabricante, es idéntica.

Desde su presentación, son varios los ministerios de defensa que se han interesado por este ingenio y Eslovenia, tomando la delantera, lo ha adquirido con la intención de montarlo en alguno de los AMV -también de Patria- que operan. Le siguieron, más recientemente Arabia Saudita que los montó en sus LAV II y también Emiratos Árabes Unidos, aunque en este caso, para equipar a sus patrulleros para dar apoyo de fuego desde el mar a sus tropas.

En resumen, bien si se plantease la opción de adaptarla al chasis del Centauro o bien si en el marco del FSCT 5 se optase por la opción AMV, el AMOS o el NEMO son dos sistemas muy a tener en cuenta…

2A60/2A80

Este epígrafe toma el nombre no de un mortero autopropulsado concreto, sino de dos modelos de cañón que han equipado infinidad de ellos en los últimos decenios y que están en la base de alguno de los sistemas de más éxito -tanto en ventas como en el campo de batalla- y que por ende, merecen ser tenidos en cuenta. Ideado en la extinta URSS, el 2A60 -y su hermano mayor el 2A80- son dos de los modelos más difundidos y a lo largo de sucesivas modernizaciones y reinterpretaciones ha sido utilizado desde principios de los 80, no solo en la propia Rusia, en donde se ha integrado con éxito en diferentes chasis, sino también, entre otros, en China

Mortero Autopropulsado 2S9 Nona-S. Fuente: Wikipedia.

En el caso chino, ha sido adoptado por el PLA sobre un chasis APC ZSL92/WZ551 de seis ruedas, dando lugar a un producto, el PLL05 parecido al 2S23 Nona-SVK. En el caso chino, ha entrado en servicio a principios de 2008 formando parte de la División de Infantería Mecanizada 127 en la región de Jinan y que se suman al centenar de Nona-SVK adquiridos a Rusia en los 90.

Sobre el chasis citado, que se mueve por obra de un motor turbodiesel BF8L413FC -en realidad, de origen alemán- de ocho cilindros, refrigerado con aire y con una potencia de 320 CV a 2500 vueltas, se ha constituido un vehículo capaz de alcanzar los 85 km/h en tierra y los 19 km/h en el agua.

Volviendo a lo que es propiamente el mortero, este se caracteriza por su movimiento azimutal de 360° así como de -4 a + 80° en elevación, lo que dice mucho de las bondades de este diseño a medio camino entre mortero y obús y cuyos alcances máximos son respectivamente de 9,5 km cuando lanza proyectiles de artillería y de 8,5 con munición de mortero estándar, que se extienden hasta los 12,8 kilómetros con munición OF-50 asistida por cohete. por si esto fuera poco, es capaz de disparar munición HEAT AF-49 a una distancia de hasta 1,2 kilómetros.

El sistema de tiro puede funcionar en modo automático o manual mientras que el proceso de recarga es semiautomático, lo que hace posible que alcance cadencias de hasta 12 dpm con granadas de mortero, ritmo que desciende hasta entre 6 y 8 dpm en el caso de los proyectiles de artillería. Su capacidad de almacenamiento es de 36 proyectiles de los diferentes tipos.

Rusia, por su parte, con la misma torreta y pasando con ello a los diseños de cadenas, tiene en dota- ción y en exportación el 2S31 Vena, la última variante de la familia Nona, basada en un chasis BMP-3 con un peso de 19,5 ton. A diferencia de los ofertados por las pequeñas repúblicas de Europa del Este, obsoletos en su mayoría, con este modelo Rusia ofrece prácticamente lo mismo que sus competidores occidentales, pero a un precio bastante menor.

Ha de tenerse en cuenta que se trata de un vehículo anfibio, capaz de avanzar en ambientes contaminados, con una suite de comunicaciones modernas, GPS, visión nocturna y un sistema de tiro que le permite aprovechar al máximo tanto la potencia de sus municiones como el increíble margen de elevación del cañón. Además, propulsado por su motor UTD-29 de 12 cilindros en V refrigerado por líquido, de 660 CV es capaz e alcanzar los 70 km/h y superar pendientes de hasta el 60%, obstáculos de 80 cm de altura y “nadar” a velocidad sostenida de 10 km/h. Por último, la torreta 2A80 está además equipada con una ametralladora de 7,62mm y con dos montajes que alojan cada uno seis granadas de ocultación de 81mm.

Es evidente -y también lógico pese a la chanza- que en ninguna de las “cabezas pensantes” de nuestro ejército hay sitio para valorar si quiera la adquisición de un producto como este, contrastado y que ha dado lugar a variados modelos a lo largo de los últimos años. Pese a todo, no está de más hacerle el seguimiento, en tanto descartado por nosotros, puede terminar engrosando las filas de algunos de nuestros rivales.

BAE 120mm AMS II

En cooperación con General Dynamics, BAE System tiene en su catálogo una torreta de 2,5 toneladas apta para montarse en vehículos blindados ligeros y medios, tanto de cadenas como de ruedas. Se trata de uno más entre los diversos modelos de este tipo que han crecido como setas en los últimos años, aunque destaca en algunos aspectos sobre la competencia

BAE 120mm AMS II- Fuente: Defense-update.com

Así, su velocidad para hacer el primer disparo una vez el vehículo se ha detenido por completo es asombrosa. En apenas 15 segundos desde la detención es capaz de apuntar y de hacer fuego a distancias que sobrepasan los 10.000m para el fuego indirecto y que llegan a los 1.200m en el caso de buscar un impacto directo.

Su cadencia de fuego sostenido es de 13 dpm y hasta ahora solo ha sido adquirido, hasta donde tenemos noticia, por la Guardia Nacional de Arabia Saudita, que ha encargado 73 unidades montadas sobre el chasis del LAV 8×8 pese a haber sido testado por otros potenciales compradores como Australia. No es la mejor de las opciones, pero en un país en el que todos sabemos como se asignan los contratos, llevar la firma de General Dynamics le da, al menos, una posibilidad.

Sistemas autónomos

Estos sistemas están en boga dado que constituyen una solución relativamente barata y además, su modularidad permite transportar por separado el mortero y el vehículo, maximizando las opciones a la hora de desplegarlos. De este modo, si la opción anterior continúa siendo demasiado onerosa aun se puede descender un peldaño más y acoplar a casi cualquier vehículo un pack que integre el mortero, el sistema de tiro y los mecanismos de puntería.

Con tantos niveles de prestaciones y un rango de precios tan variado como se pueda imaginar, constituye la opción más recurrente hoy día, ya que hace posible que cualquier vehículo, desde el IFV -Vehículo de Combate de Infantería- más pesado hasta un 4×4 de apenas 3 toneladas cumplan con una eficacia bastante aceptable el papel de mortero autopropulsado.

TDA 120R 2M

El TDA 120R 2M fue mostrado al público por primera vez en 1993 –aunque el primer prototipo completo aparecería un año más tarde-, como un novedoso sistema capaz de adaptarse a cualquier vehículo blindado de entre 10 y 15 toneladas. Desde entonces, ha sido objeto de nuevas demostraciones, entre otros en Arabia Saudí, montado sobre un MOWAG Piranha II y también, en Turquía, sobre un FNSS Savunma Sistemleri AIFV

TDA 120R 2M. Fuente: TDA-Armements.com

Francia por su parte se hizo con una única unidad, montada sobre un VAB exclusivamente para pruebas -ya que se pretende integrar en sus 8×8, mientras que Omán si que finalmente se ha decantado por este modelo para su ejército. Además, Italia, que como Francia utiliza la variante tradicional -remolcada-, está interesada en integrar el 120R 2M en sus Arrows, toda vez que ya lo ha logrado con éxito en un Dardo.

En lo concerniente al propio mortero, no hay mucho misterio en tanto no deja de ser balísticamente idéntico a su hermano remolcado que está en dotación en más de 20 ejércitos. Es capaz de moverse entre los 42 y los 85 grados en elevación y en 220 grados en azimut. Su alcance máximo con munición asistida es de 13 Km con munición asistida y 9 Km con munición convencional y su cadencia máxima de tiro es de entre 6 y 10 dpm que se reducen a entre 2 y 3 al hacer fuego sostenido. Es capaz de disparar toda la gama actual de municiones de 120 mm.

Por lo demás, la única característica reseñable, además de su peso de 1,5 ton es que el mortero va instalado sobre una plataforma circular de 1 metro de diámetro y que una vez plegado queda en posición horizontal a la vez que las dos compuertas de la parte superior del vehículo se cierran, con lo que es muy complicado distinguirlo, en orden de marcha, de un vehículo blindado corriente, lo que es siempre una ventaja ya que estos sistemas, por su valor añadido en combate, suelen ser objetivos prioritarios para cualquier enemigo, característica que comparte con el Dragon Fire, un desarrollo conjunto de TDA con el US Army sobre la base del TDA 2R2M.

Este sistema, como cualquiera de los que vamos a desgranar a continuación, constituye una solución más que adecuada a las necesidades de nuestras FAS. Sistemas autónomos, algunos de ellos diseñados para ser utilizados incluso en vehículos ligeros y muy sencillos de instalar, podrían embutirse tanto en los IVECO Lince, como en los URO VAMTAC o en los TOMs que no olvidemos, siguen recorriendo Afganistán y en otros países se utilizan como portamorteros.

Cardom

La israelí Soltam Systems exporta este otro sistema que cuenta con la siempre interesante etiqueta de “probado en combate” aunque parezca mentira, incluso por nuestro Ejército de Tierra que lo ha utilizado con éxito en Afganistán. Tanto en las IDF como en el US Army, el sistema Cardom ha sido adoptado con profusión, montado a lomos de un 8×8 M1129 en el caso de las brigadas Stryker o a bordo de M1064A3 modificados -Keshet- en el país del Templo. En realidad, la empresa asegura que su sistema es perfectamente adaptable a cualquier vehículo ligero o medio y sus escasos 650 Kg. En oposición a la tonelada y media larga del 120R 2M así lo aseguran. En nuestro caso, montado sobre vehículos VAMTAC S3, no parece que haya dado grandes problemas ni de suspensiones ni de ningún tipo

Vehículo Keshet con sistema Cardom de 120mm. Fuente: Wikipedia.

Como no podía ser de otra forma, al tratarse de un producto israelí, destaca por las cualidades de su sistema de tiro, que combina una calculadora balística, un sistema de navegación inercial y la posibilidad de recibir datos de otros vehículos te- rrestres o aéreos. Entre sus características más sorprendentes, fruto de la experiencia de Israel en el combate urbano, el sistema está diseñado de tal modo que el tubo de 120mm puede ser sustituido por otro de 81mm, mucho más útil en escenarios en los que sea recomendable limitar el nivel de destrucción. Además, esta cualidad permite reducir notablemente los costes operativos del Cardom al emplearse en entrenamientos proyectiles mucho más baratos.

Es capaz de hacer fuego hasta a 16 rondas por minuto a distancias de hasta 8 kilómetros y su constructor asegura que el primer impacto en el blanco se produce en menos de 30 segundos desde el inicio de las operaciones.

Empero, además de la tripulación del vehículo que lo transporte, necesita entre 2 y 4 operadores, en función del tubo que se haya montado, lo que le sitúa en desventaja frente a otros modelos más económicos en este aspecto.

RUAG Bighorn

Esta empresa suiza lazó al mercado hace ya algunos años un interesante mortero capaz de ser instalado en camiones o en vehículos de transporte de personal –hasta ahora se ha probado en un Mowag Piranha y sobre M-113 con notable éxito-. Se trata de un sistema completamente autónomo, que cuenta con sus propios medios para navegación, posicionamiento y control de fuego, controlándose desde una pequeña consola adosada al propio Bighorn. Sus características lo hacen apetecible para un ejército como el español, que ya tiene experiencia precisamente con los dos vehículos en los que se ha instalado hasta la fecha, aunque no parece, una vez tenemos el Cardom en catálogo, que sea una opción

Detalle del sistema Bighorn.

Con un calibre de 120mm y un alcance máximo superior a 9 km, gracias a que es capaz de hacer fuego con cualquier tipo de munición de mortero, incluida la guiada y la asistida y un peso de apenas 1,5 toneladas es una opción a considerar y en el caso de España, de cara a misiones en el exterior podría ser instalado sobre los Piranha que tan buen resultado han dado a nuestra Infantería de Marina, aunque en el caso de acelerarse el programa de sustitución de los BMR, podría adaptarse a cualquiera de los candidatos. Es sin duda, la joya de la corona de este tipo de sistemas, aun- que ni por tradición, ni por intención tiene demasiadas posibilidades de recalar en la piel de toro.

120SRAMS (Super Rapid Advanced Mortar System)

Desarrollado en Singapur por ST Kinetics, es la respuesta para ejércitos con un presupuesto estrecho que no quieren perder eficacia. Se trata de un mortero de 120mm refrigerado a través de un ingenioso sistema de absorción del aire caliente del interior a través de una válvula y que le permite reducir el intervalo entre disparos hasta permitirle una cadencia máxima de 18 dpm y una cadencia sostenida superior a 10 dpm. Además, cuenta con un sistema difusor que permite reducir el ruido entre 8 y 10 decibelios que no es mucho, pero sin duda ayuda a evitar su detección y a mejorar la vida de sus operadores

120 mm Super Rapid Advanced Mortar System (SRAMS) sobre Bronco. Fuente: Chosun.com

El 120SRAM pesa alrededor de 2 toneladas y puede ser montado en diversos vehículos, incluidos camiones. De hecho, en su presentación en la feria Asian Aerospace 2004 fue sobre un Bronco (similar a nuestros TOMs), aunque también se han dado a conocer variantes sobre Humvee o Spider. Este último es un diseño particularmente interesante por su ligereza y movilidad. No obstante, carente de cualquier blindaje para sus pasajeros, no parece adaptarse a nuestros requerimientos.

Necesita una tripulación de tres hombres y su diseño le permite adoptar ángulos de entre 40 y 80 grados de elevación. El tiempo empleado desde que el vehículo se detiene hasta que el mortero está en disposición de hacer fuego es de algo menos de un minuto y entre las municiones que puede utilizar se encuentran las ordinarias de 120mm y también las asistidas por cohete, siendo en este caso su alcance máximo del orden de los 13 kilómetros.

Una vez descartado su montaje sobre el STK Spyder, no deja de ser un gran candidato para España, toda vez que en 2007 se hizo pública una versión sobre el chasis de un RG-31 Mk 5 similar a los que España se dispone a enviar a territorio afgano, con lo que eso supone en reduc- ción de gastos de integración y sobre todo, aspecto que no puede dejarse de lado, en costes de mantenimiento y logística.

EIMOS 81mm

Entre todos, el único sistema nacional. Desarrollado e integrado por EXPAL -actualmente MAXAM- en un URO VAMTAC, parece diseñado ex-profeso para responder a nuestras peticiones y, sim embargo, es un sistema al que hemos dado la espalda. Se trata de un desarrollo privado, por lo que no responde a los requerimientos de ningún ejército en particular, lo que quizá le haya permitido exportarse, aunque todavía se desconoce el comprador de las 20 unidades comprometidas por EXPAL en 2014

EIMOS 81mm sobre VAMTAC

La verdad es que, a pesar de que nuestro propio Ejército de Tierra lo valoró en su día, sigue sin saberse demasiado de las características de este sistema, si bien es cierto que hay algunos datos interesantes, como la opción de dispararlo en su posición original, es decir, sobre el vehículo, o bien pie a tierra. Además, una nota de prensa de la empresa en 2009 dejaba bien claro que será un sistema realmente económico, en tanto la mayor parte de los componentes son de uso común en las FAS y que para ello se había diseñado, algo de lo que no parecemos haber tomado nota.

Ha sido testado en el CENAD de San Gregorio, realizando pruebas de velocidad en el primer disparo, precisión y sobre todo, resistencia por parte del vehículo encargado de portar el sistema que, a lo que parece, ha respondido de forma sobresaliente, soportando sus suspensiones sin inmutarse y sin modificaciones la mayor parte del retroceso del conjunto.

En cualquier caso, siendo realistas, es solo un sistema que serviría como parche. Su escaso calibre. Sus dos sirvientes que, como es lógico, a los pocos disparos estarán agotados. El desconocimiento acerca de su electrónica, que arroja dudas en temas como su capacidad de interactuar con otros medios en dotación como radares terrestres o UAVs y la falta de protección para sus operarios son problemas de difícil solución.

Aun así, no debemos olvidar que se trata de un sistema que aspira a ser económico y que incluye prestaciones, como la capacidad de girar 360º o la dirección de tiro automática que solo se encuentran en sistemas mucho más complejos.

Otros sistemas

No hay mucho donde escoger. De una forma u otra se encuentran en todos los ejércitos y guerrillas. En algunas de las zonas de combate actuales es usual ver vehículos ligeros -generalmente Toyota- con morteros de pequeño calibre montados de forma que, a riesgo de destrozas las suspensiones, puedan efectuar desde su cabina de carga unos cuantos disparos antes de salir zumbando.

Algunos ejércitos reguleres han pulido este mismo sistema, para facilitar la utilización de morteros de gran calibre, como el caso que presentamos.

M326

Es, sin lugar a dudas el “hermano pobre” de todos los que han pasado por estas páginas. Una solución inteligente para que los esforzados soldados no tengan que mover morteros de 120 mm. de más de 130 Kg., operación en la que, por otra parte, se pierden unos minutos preciosos

Detalle del curioso sistema del Mortero automatizado M326.
Fuente: Newatalas.com

El invento consiste, simplemente, en un armazón hidráulico que eleva y desciende el mortero –ya con la placa base adosada- dejándolo en una posición en la que los soldados pueden comenzar a hacer fuego el mortero en unos veinte segundos -otra cosa será, apuntando con la calculadora manual, cuando entren en eficacia…- En cualquier caso, BAE Systems afirma que en tres minutos se puede posar el mortero, apuntar, disparar y ponerse de nuevo en marcha aunque lógicamente, esto solo se puede conseguir en un campo de maniobras y siempre sin que la puntería sea demasiado importante.

Lo más interesante de esta propuesta es que además de poder ser adosado a varios modelos de vehículos, desde camiones a Hummer –entendemos que también en los REVECO-, su precio ronda los 24.000 dólares por unidad, una minucia en comparación con los sistemas de los que hemos hablado antes.

Está operativo en el Ejército de los EEUU que contrató 588 unidades, por un montante de 13,9 millones de dólares -en total, menos de lo que cuestan tres Wiessel-2-, precio en el que iban incluidos los sistemas, la formación, los equipos de almacenamiento y los repuestos.

Está claro que se sitúa en el último peldaño del recorrido y ni siquiera puede compararse con la solución ideada por la española, pero en una situación tan precaria en algunas aspectos como la de nuestras FAS, las soluciones de fortuna suelen tener buena acogida.

Conclusiones

Después de hacer este sucinto repaso a las que consideramos como las más representativas de entre las diversas opciones que ofrece el mercado nacional e internacional, conviene analizar si realmente alguno de los productos se adapta mejor a nuestras necesidades y si además existe alguna posibilidad de adquirirlo.

La deprimente situación económica, entre otras razones, nos obliga a descartar a las primeras de cambio el sistema más complejo: el Wiessel-2 SP. No existe ninguna posibilidad de adquirirlo y parece que su mercado potencial, ahora mismo, es tan reducido como su tamaño.

Cabe sin embargo la posibilidad de hacerse con algunas de las torretas ofertadas por la finlandesa Patria, especialmente si su candidato al FSCT -el AMV- se hace con el concurso para dotar al ET de un 8×8. Tristemente, esta opción queda demasiado lejos en el tiempo y nadie puede hablar en serio de futuros intentos de adquirir algunas torretas para equipar a nuestros Centauro.

Los modelos rusos, así como los modelos de firmas occidentales, pero que no están asociados a grandes éxitos comerciales o a la tradición de compras del ET pueden descartarse. No hay nadie interesado en nuestras FAS en probar productos que no estén desarrollados por alguno de los compañeros de viaje habituales de la DGAM.

Resta por tanto la opción de instalar el único sistema nacional de todos los examinados o bien de proseguir con las compras del sistema Cardom. En el caso de apostar por la plataforma de EXPAL, se daría de paso y una vez más, un respaldo importante a un productor nacional y se le abrirían con ello nuevos mercados.

En cualquier caso, en el clima ideológico que reina en España, cualquier despliegue de un arma de este tipo contaría con una notable oposición incluso dentro de las propias Fuerzas Armadas, con lo que pese a la urgencia de contar con mejores apoyos de fuego, el momento de nuevas compras parece aun muy lejano.

Christian D. Villanueva López

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